Sin duda, lo más pasmoso de este remake de 'Resident Evil 3' no es que se parezca más o menos a su modelo, o que siga con relativa fidelidad los pasos del previo 'Resident Evil 2'. Lo sorprendente es hasta qué punto clonando al juego de 1999, subtitulado 'Nemesis', repite su condición de juego tremendamente derivativo de la segunda entrega hasta el punto de perder una identidad individual clara. Lo que en su día fue conocido como "Resident Evil 2.5", hoy nos lleva a hablar de algo que podría ser un DLC del remake de 'Resident Evil 2' que salió hace ahora poco más de un año.
Se repiten las decisiones clave de Capcom de hace más de veinte años: para no tardar demasiado entre uno y otro juego (aquella vez era porque se les echaba encima el lanzamiento de Playstation 2, esta vez... bueno, porque los excelentes resultados del remake de 'Resident Evil 2' deben haber sido muy tentadores) vuelven escenarios y mecánicas de la anterior entrega. El resultado es un juego potente, con ideas y que sin duda garantiza unas cuantas horas de tensión y suspense. Pero es casi un spin-off, un extra del extraordinario 'RE2 Remake' que un juego con auténtica entidad propia.
Pero claro, cómo quejarse: aquí hemos venido a lo que hemos venido, es decir, a una repetición de lo que vimos en el 'Resident Evil 3' original y allí la cosa ya era derivativa y no demasiado innovadora. Es normal que esas circunstancias se repitan de nuevo, lo que no quiere decir que estemos ante un mal juego: recordemos que Nemesis es uno de los enemigos más icónicos de la saga, Jill Valentine una de sus heroínas más queridas y todo el arranque del juego en una Raccoon City arrasada, aunque recuerde a la segunda entrega, está entre las mejores ubicaciones de la serie.
Lo que tenemos es un juego impecable técnicamente, que hace un uso espectacular del motor gráfico y que incluso va más allá del anterior remake en ese sentido, con efectos y escenarios absolutamente impresionantes. También hace un esfuerzo al revisar mecánicas y recursos del anterior juego: se introduce un útil botón de esquiva -que incluso, pulsado en el momento preciso, dispara un curioso efecto 'bullet-time' que convierte cada encuentro con una criatura, casi literalmente, en un minijuego- y hay leves modificaciones en los controles.
'Resident Evil 3': Menos terror, más acción
La filosofía que prima aquí, sin embargo, es la de reorientar el juego hacia la acción, tal y como empezó a hacer 'Resident Evil 3' en su día, lo que no deja de ser una lástima. Se pierden así los hallazgos de los recientes juegos troncales de la serie (el increíble 'Resident Evil 7' y los dos notables primeros remakes), que intentaron retomar ambientación y mecánicas orientadas a recuperar la mezcla de puzle, aventura y horror de los mejores juegos de la saga. Incluso hay un nivel aquí, la defensa de un hospital asediado, que está robado de 'Resident Evil 4', el juego que viró definitivamente la franquicia hacia la acción.
Pero en este 'Resident Evil 3' los puzles desaparecen casi por completo, solo quedan unos pocos, muy sencillos y muy lejos del nivel infernal de los 'RE' de antaño. La dificultad se suaviza notablemente también en la acción: en el nivel medio (el que se juega por defecto) no hay problemas de escasez de munición, y casi tampoco de gestión de inventario. A diferencia del anterior remake, no hay cintas de tinta para las máquinas de escribir, así que se puede guardar partida siempre que se quiera.
Además, está la presencia de Nemesis, mucho más agresiva y letal que Mister X en 'Resident Evil 2', pero también, menos misteriosa y, de algún modo, menos implacable. En el anterior remake uno de los alicientes era jugar al gato y al ratón, intentar ser más inteligente que el monstruoso mutante: aquí se trata de huir en una carrera de obstáculos con ocasionales enfrentamientos y por escenarios bastante lineales y que a veces parecen esos trenes de la bruja llenos de quick-time events de los nuevos 'Tomb Raider' o los 'Uncharted'. No tan extremo, claro, pero más cerca de una huida frenética que de un choque de ingenios.
Nada de ello impide que 'Resident Evil 3 Remake' tenga momentos notables, si bien en conjunto es el peor juego de la serie troncal desde 'Resident Evil 6'. El arranque sigue teniendo la fuerza icónica de siempre, los controles están bien afinados y en los niveles de dificultad más elevados propone un desafío tan notable como es tradicional en la serie. Hay niveles que exigen ese andar y desandar para abrirse paso que retrotraen al estilo característico de la franquicia, aunque en general (especialmente en las persecuciones) todo está demasiado señalizado, en niveles con estructuras solo superficialmente laberínticas. A causa de esa reestructuración también se pierden algunos niveles completos y combates con jefes, lo que resulta en una duración que algunos jugadores encontrarán escasa.
'Resident Evil: Resistance': un extra resultón
Este multijugador asimétrico presentado como extra, por desgracia, no consigue hacer olvidar el magnífico Modo Mercenarios que dio algo de lustre al 'Resident Evil '3 original -y que se rumorea que podría llegar como futuro DLC-, pero es un añadido interesante. Básicamente, cuatro jugadores tienen que escapar de un entorno cerrado mientras un quinto coloca trampas y enemigos (incluso al mismísimo Mister X) para impedirlo, en un ejercicio de sadismo que recuerda al villano de 'Saw'.
El sistema de control de los jugadores varía sensiblemente para adaptarse a una mecánica aún más orientada a la acción que el juego principal, donde los jugadores tienen tienen que colaborar para salir del encierro, desbloqueando habilidades. Hay cajas de botín que se pueden adquirir con dinero virtual y, por desgracia, potenciadores que se pueden comprar con dinero real. Un punto negro, sin duda, aunque hay restricciones en este aspecto en todos los niveles.
Aunque hay ciertos matices que otorgan variedad al modo, especialmente en todo lo que respecta a la especialización de los personajes (y que le dan un aire rolero multijugador al tema, con clases estilo tanque, sanador, etc), el modo tiene una vida muy limitada. Como entretenimiento añadido es interesante, pero habríamos preferido que esos esfuerzos se hubieran orientado a dar más empaque al modo principal.
'Resident Evil 3 Remake': La opinión de Xataka
Se podría decir que este nuevo remake es una versión tosca de los hallazgos que propusieron las dos anteriores versiones de clásicos: escenarios más lineales, enemigos menos inteligentes y más directos, menos sofisticación en las mecánicas... pero eso no convierte esta nueva propuesta de Capcom en un mal juego, ni de lejos. Técnicamente, no nos cansaremos de insistir, es todo un portento, y hay escenarios absolutamente sensacionales en lo visual, especialmente en un par de brillantes horas iniciales. La ciudad arrasada y los comercios abandonados, sumados a las ya habituales alcantarillas, túneles de metro, etcétera, siguen teniendo un aroma clásico espectacular.
Los rediseños de los enemigos son potentes y alguno de ellos, como los Gammas, mejoran en esta nueva versión. Incluso Nemesis, pese a que su diseño original es mejor cuanto menos se modifique, recibe un indiscutible empujón con su renovada furia y su aspecto en alta definición. Es indudable que unas cuantas secuencias del juego original son ya historia de las ficciones post-apocalípticas, y esta versión de un clásico del género más ruidosa, más espectacular y con un Nemesis más impertinente que nunca es una visita obligada para turistas habituales del fin del mundo.
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