Muchas son las expectativas que han generado las nuevas Xbox Series X y Xbox Series S, pero poco a poco vamos conociendo cómo se comportan en realidad las consolas de nueva generación de Microsoft.
De hecho ahora tenemos más detalles sobre las unidades SSD de estas consolas: ahora sabemos que del terabyte de SSD de las XBox Series X solo podremos acceder a 802 GB, pero conocemos otro dato importante: usar una unidad de disco externa USB puede ser una gran idea, porque podrás transferir juegos next-gen entre ella y el SSD sin problemas.
Por qué una unidad SSD de 1 TB encoge a 802 GB
La unidad SSD de las nuevas consolas promete ofrecer un rendimiento excepcional, pero solo dispondremos de 1 TB de capacidad en ella y de 512 GB en las Xbox Series S. Un pequeño análisis preliminar de IGN en vídeo muestra algunos detalles que no conocíamos de la consola, como el hecho de que por ejemplo de ese terabyte de la Xbox Series X solo 802 GB estarán disponibles para el usuario.
Esa cifra es algo sorprendente, pero es cierto que en cualquier dispositivo de almacenamiento la capacidad publicitada nunca es la misma que la que está disponible para el usuario: el sistema operativo y todas las aplicaciones preinstaladas en la consola ocupan espacio.
A ello se suma el hecho de que la forma en la que publicitan esa capacidad suele ser considerando que 1 GB son 1.000 MB y no 1.024 MB como podría asumirse. Ellos usan el prefijo "giga" como tal, cuando en informática deberíamos usar el prefijo "gigi". Así, una unidad de 1 TB equivale para un fabricante a 1.000.000.000.000 bytes, pero la capacidad real resulta de dividir ese número por (1.024 x 1.024 x 1.024) son 931,32 GB: casi 70 "gigabytes" de diferencia.
Hay otros factores que pueden influir en esa reducción de espacio, como particiones ocultas —Microsoft siempre las ha usado para poder restaurar nuestro PC, por ejemplo—, grandes ficheros ocultos o la propia sobrecarga del sistema de ficheros, que depende aquí del elegido por Microsoft para la partición (o particiones) de las Xbox Series.
Tiempos de carga que se reducen (como poco) a la mitad
En ese análisis en vídeo había otros datos llamativos. Por ejemplo la medición de tiempos de carga de distintos juegos en la Xbox Series X y en una Xbox One X.
Ninguno de los juegos, que se sepa, habían sido optimizados para la Xbox Series X, pero aún así la mejora respecto a la unidad de disco duro de la Xbox One X ya era interesante, y en la mayoría de los casos el tiempo de carga se reducía a la mitad, aunque en algún juego iba bastante más allá:
- Read Dead Redemption II: 1:05 frente a 2:43
- Control: 0:54 frente a 2:23
- State of Decay 2: 0:30 frente a 1:06
- GTA 4: 0:10 frente a 0:24
- Fallout 4: 0:22 frente a 2:11
Esa unidad también ayuda en el arranque en frío de la propia consola que en apenas 10 o 12 segundos frente a los cerca de 60 segundos que tarda la Xbox One X.
Yep. Works great.
— Jason Ronald (@jronald) September 26, 2020
Otro de los apartados mencionados en el vídeo es el que se refiere a la característica Quick Resume, que parece funcionar realmente bien, aunque quizás no tanto como en los vídeos promocionales. Como confirmo Jason Ronald, uno de los miembros del equipo Xbox, esa opción también estará disponible para juegos instalados en unidades de disco externas, pero estas tienen una virtud adicional aún más importante.
Un disco duro externo dará un gran respiro (y nos ahorrará un buen dinero)
Sin embargo una de las grandes noticias de este sistema de almacenamiento es que podremos tener a un excelente aliado en las unidades de disco USB externas tradicionales. No por su velocidad, sino por su coste, que será muy inferior al de las caras tarjetas externas que acaban de comenzar a poner a la venta Seagate y que cuestan 220 dólares por 1 TB adicional.
Es un precio totalmente razonable teniendo en cuenta que estas tarjetas no son más que SSD en formato M.2 NVMe PCIe 4.0 y los modelos a la venta están en precios totalmente en línea con los del mercado, pero acceder a ellas resulta por tanto una opción costosa para los usuarios.
En lugar de eso, no obstante, podremos utilizar una unidad de disco externa que se conecte al puerto USB de las Xbox Series S/X. Estas unidades auxiliares permiten que copiemos juegos next-gen desde el SSD a ellas, liberando así espacio cuando no juguemos a esos juegos, y luego volverlos a copiar desde el disco duro externo a la unidad SSD para volver a dejarlos "instalados" y preparados para ser disfrutados.
Eso evitará tener que estar descargando esos juegos next-gen una y otra vez, y con ello aliviaremos en gran medida la "escasez" de espacio en las unidades SSD internas de estas consolas. Hay otro detalle más: podremos jugar a juegos actuales (no next-gen) de la Xbox One y anteriores directamente desde esas unidades externas USB, pero instalarlas en la unidad SSD también es buena idea para aprovechar esos tiempos de carga acelerados.
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