En una entrevista conjunta con Sport y Mundo Deportivo, Leo Messi anunció que tras finalizar su contrato con el PSG, su destino sería el Inter Miami. La MLS lleva unos años siendo una de las elecciones para que los futbolistas que dejan de tener fuelle para Europa acudan allí para su retiro dorado: menos competitividad, una vida más tranquila, más facilidad para brillar, y un cash sano que cobrar.
Sin embargo, que acuda Messi, uno de los mejores jugadores de todos los tiempos, si no el mejor, con el Mundial recién metido en el zurrón, da otra dimensión a este fichaje.
Y para Apple, este movimiento es un inesperado éxito.
Apple cae de pie
Hace justo un año, junio de 2022, Apple anunció que había adquirido los derechos de emisión de la MLS durante diez años, desde 2023 hasta 2032. Esta es una competición menor dentro del universo fútbol, muy por detrás de las grandes ligas europeas, pero al mismo tiempo una competición joven que ha ido creciendo.
Un año después, Apple recibe este premio a su apuesta por la MLS, cuya inversión fue de 2.500 millones de dólares por todo el acuerdo, a 250 kilos por temporada. Por poner en contexto, el valor de LaLiga por temporada es cuatro veces superior solo en España, al margen de los acuerdos internacionales. Apple logró los derechos de la MLS para la retransmisión global.
El fichaje de Messi se viene fraguando desde hace mucho, cuando empezaron los rumores sobre el interés del club de David Beckham por hacerse con Leo. Pero hay muchos más factores que ayudan a entender este movimiento colectivo entre club, jugador, competición... y Apple.
Messi admitió haber tenido ofertas de varios equipos europeos, pero las dos principales que salieron a la luz fueron la del Inter Miami, y la de Arabia Saudí, que según lo filtrado le ofreció 1.500 millones de dólares por tres temporadas. 500 millones al año, una cifra descomunal que deja atrás los 200 millones que supuestamente cobran cada temporada en Arabia Ronaldo o Benzema.
La oferta de Miami, según publicó el periodista argentino Pablo Stecco, "solo" llega a los 40 millones de dólares por curso, pero hay mucho más que un salario en juego. Según The Athletic, la oferta completa incluye un porcentaje no revelado de las nuevas altas que logre Apple TV+ por su paquete de suscripción a la MLS. Apple de hecho ya ha anunciado una docuserie de cinco episodios sobre el astro.
Adidas, patrocinadora de Messi desde 2006 y también de la MLS —todos sus clubes usan esta marca—, se ha involucrado en la negociación: por fin el club en el que juega Messi luce su logo en el pecho, tras dos décadas vistiendo camisetas de Nike. Algo que le ha valido para ofrecer a Messi otro porcentaje de los ingresos extra que logre Adidas en adelante.
Por último, se le ha ofrecido la posibilidad de comprar una franquicia cuando acabe su etapa como jugador. Este fue el movimiento maestro de Beckham que quizás Messi acabe replicando.
El espejo Beckham
Cuando el inglés ya tenía 32 años y se iba despidiendo de la máxima élite, aceptó una oferta de la MLS para jugar en Los Angeles Galaxy. En ese momento "solo" ganaría 6,5 millones por temporada, una cifra muy inferior a la que venía ganando hasta entonces, pero añadió una cláusula por la que ingresaría un porcentaje de lo que facturase el club desde su llegada, en cualquier concepto, ya fuera ticketing, patrocinios o restauración durante los partidos.
De los 33 millones que iba a ganar como jugador disparó la factura hasta más de 250 millones de dólares para cuando se retiró. Y no paró ahí. Compró la franquicia recién nacida del Inter Miami por 25 millones de dólares, que no empezó a jugar oficialmente hasta 2020, y ahora ha multiplicado su valor por veinte respecto a lo que pagó Beckham por hacerse con ella, fruto del crecimiento de la competición.
Quizás así se entienda que la elección de Messi, independientemente de la calidad de vida en una ciudad u otra o la opinión de su familia, tampoco implica necesariamente que vaya a perder dinero respecto a la oferta saudí.
Sobre todo si tenemos en cuenta que no solo hablamos de la franquicia futura, sino también de los porcentajes cobrados a Adidas y a Apple por el impulso que puede dar a la competición, y que ambas capitalizarían.
Y una audiencia al alza con vistas al Mundial
El fútbol en Estados Unidos es el cuarto deporte tras hockey, baloncesto y béisbol... y según nos confirmaron fuentes de ESPN, algunos partidos de LaLiga tienen más audiencia que los de béisbol. La MLS, tradicionalmente, llena los estadios, pero no tiene tanto tirón en audiencia televisiva.
Además, aunque el fútbol no haya sido especialmente interesante para el público estadounidense, la población latina suma 62 millones de habitantes en este país, más que los habitantes de toda España. Culturalmente, este es un grupo tentador para la industria del fútbol, y de hecho la gran base del crecimiento de LaLiga allí.
El acuerdo con Apple y la llegada de Messi puede hacer crecer este aspecto, pero sobre todo puede apalancar aún más el efecto del Mundial de 2026, que se celebrará entre Estados Unidos, México y Canadá; pero cuya final, cuya sede aún está por decidir, se jugará en el primero. Los Angeles, Nueva York y Dallas se disputan albergarla.
Ese evento, para el que ya solo quedan tres años, será la oportunidad de consolidar al soccer, que empezó a calar poco a poco desde 1994, cuando se jugó allí el Mundial de aquel año. La elección de Messi, en clave de negocio, también puede tener una parte de su motivación aquí: llega en la antesala del momento cumbre del fútbol mundial. Si sale bien, Messi puede replicar el movimiento de Beckham... y Apple conseguir el chorro de suscripciones con el que amortizar su inversión.
Imagen destacada | GTRES / Joly Victor / ABACA.
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