Taiwán no quiere más problemas con China ni con sus cables submarinos. Así que ha activado un plan de seguridad inédito

Taiwán no puede garantizar la seguridad de sus cables submarinos de manera aislada, y por eso ha activado un plan integral

Military People Of Taiwanese Military Police 20200526 01
8 comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail

A comienzos de este año y tras lo ocurrido con un cable submarino que afectó el único enlace restante con las islas Matsu, incidente que se dio apenas una semana después de que otro cable que conectaba la isla fuera dañado, Taiwán tomó una decisión sin precedentes. Una llamada a Washington terminó con un acuerdo de dos años para que el ejército de Estados Unidos desembarcara en la isla y adiestrara a la armada taiwanesa. En realidad, este es solo una parte del plan.

Proteger los cables como prioridad. La infraestructura de cables submarinos es el pilar de la conectividad global de la mayoría de las naciones, pero un poco más para una isla como Taiwán, un territorio que depende casi en su totalidad de estos sistemas para garantizar la comunicación de sus ciudadanos, empresas e instituciones gubernamentales.

Para que nos hagamos una idea, cualquier interrupción severa en estos enlaces no solo podría dejar incomunicada a la población, afectando el acceso a servicios esenciales como aplicaciones móviles y plataformas digitales, sino que también tendría un impacto crítico en las operaciones económicas y gubernamentales. El problema es que la fragilidad de estos sistemas ha quedado en evidencia con la creciente frecuencia de incidentes en los cables que conectan el enclave con sus islas periféricas y con el mundo, lo que ha elevado las preocupaciones sobre la seguridad y resiliencia de esta infraestructura clave.

Frecuencia alarmante de fallos. A nivel global, los más de 450 sistemas de cables submarinos existentes experimentan daños en un rango de 0.1 a 0.2 incidentes (por cable) al año, lo que equivale a entre 50 y 100 fallos anuales en todo el mundo. Sin embargo, la situación en Taiwán es excepcionalmente crítica. Los cables que conectan las islas periféricas de Matsu con la isla principal sufren un promedio de 5.1 interrupciones anuales, lo que representa una frecuencia hasta 50 veces superior a la media global. Este dato subraya el nivel de vulnerabilidad de las comunicaciones y la necesidad urgente de implementar medidas de protección.

Como contamos, el pasado 22 de enero, los dos cables submarinos que conectan Matsu con Taiwán quedaron desconectados, lo que dejó a la isla aislada digitalmente. Según el Ministerio de Asuntos Digitales de Taiwán (MODA), la causa fue una "deterioración natural". Y no fue un caso aislado: apenas unas semanas antes, el 3 de enero, un cable de comunicaciones al norte de la isla principal, operado por Chunghwa Telecom, también fue cortado, presuntamente por un barco tripulado por ciudadanos chinos. La embarcación en cuestión, el Shunxing 39, estaba registrada en Camerún y Tanzania, lo que complica la atribución directa del ataque.

Estrategias para fortalecer la seguridad. El resultado de la situación ha sido activar un plan sin precedentes, medidas para reforzar la seguridad de sus cables submarinos. Por ejemplo, los operadores de telecomunicaciones han desplegado patrullas marítimas con el objetivo de advertir a las embarcaciones pesqueras que se acercan a zonas sensibles. Asimismo, la Guardia Costera de Taiwán ha intensificado la vigilancia mediante sistemas de seguimiento para rastrear embarcaciones en áreas críticas.

Hay más. Para mejorar la redundancia en las comunicaciones, el MODA ha implementado un programa de subsidios para incentivar la construcción de nuevas estaciones de aterrizaje de cables internacionales y la instalación de sistemas de respaldo. Además, Taiwán ha apostado por la diversificación de sus sistemas de comunicación a través de satélites.

En este sentido, el gobierno ha firmado acuerdos con la empresa europea SES para el despliegue de satélites de órbita media (MEO) y con OneWeb para la incorporación de satélites de órbita baja (LEO). Medidas todas que buscan garantizar la continuidad de las comunicaciones gubernamentales y militares en caso de una emergencia.

Desafíos legales para proteger los cables. Uno de los principales obstáculos en la protección de los cables submarinos es la complejidad de la legislación internacional en torno a estas infraestructuras. De acuerdo con las leyes marítimas internacionales, si un daño ocurre dentro de las aguas territoriales de un país, este puede ejercer jurisdicción sobre el incidente.

¿El problema? Que, si la afectación sucede en una zona económica exclusiva o en aguas internacionales, la responsabilidad recae en el país donde está registrada la embarcación sospechosa. Este marco legal genera barreras significativas para la investigación y la persecución de los responsables de sabotajes deliberados. De ahí la problemática en el Báltico con los “buques fantasmas”.

En respuesta a estos desafíos, Taiwán ha tomado medidas legislativas para penalizar los ataques intencionados contra sus cables submarinos. Las sanciones incluyen penas de prisión de entre uno y siete años, además de multas que pueden alcanzar los 10 millones de dólares taiwaneses (aproximadamente 300.000 dólares estadounidenses).

Y Estados Unidos. Lo contamos hace poco. El Ministerio de Defensa de Taiwán ha anunciado un acuerdo de dos años con Estados Unidos para entrenar a la armada taiwanesa en un contexto donde el parlamento de la isla se prepara para votar posibles recortes en el presupuesto destinado a entrenamientos militares en el extranjero. El acuerdo, valorado en aproximadamente 50 millones de dólares taiwaneses (1.5 millones de dólares estadounidenses), estipula que personal de la Marina estadounidense será enviado a Taiwán para llevar a cabo un programa especializado de formación naval.

Las sesiones de entrenamiento, en principio, se realizarán en la sede de la armada y el cuerpo de marines de Taiwán, ubicada en el distrito de Zuoying, cerca de la ciudad de Kaohsiung, en el sur del país. Se trata, por tanto, de la primera vez en la historia que el Ministerio de Defensa taiwanés reconoce públicamente la presencia de entrenadores militares estadounidenses.

Resiliencia regional. Los numerosos casos en los últimos meses lo han puesto de manifiesto. La protección de los cables submarinos, y más en Taiwán, no es solo un problema nacional, sino una cuestión de seguridad regional. Cualquier interrupción en estas infraestructuras puede afectar a sus países vecinos, lo que refuerza la necesidad de establecer alianzas estratégicas para la prevención y reparación de daños.

A este respecto, Taiwán apunta a trabajar estrechamente con sus socios en Asia para fortalecer las capacidades de reparación de cables, mejorar la logística y desarrollar tecnologías avanzadas de monitoreo. De hecho, hace pocas semanas investigadores de la Universidad de Lishui en China registraron una patente para un dispositivo de anclaje diseñado para cortar cables submarinos de manera eficiente. No hay evidencia de su uso en ataques reales, pero la simple existencia de estas tecnologías sugiere que los riesgos para las telecomunicaciones podrían intensificarse en el futuro cercano.

Imagen | 總統府

En Xataka | 2025 ha comenzado con otro cable submarino cortado. El problema es dónde y el sospechoso: en Taiwán y China

En Xataka | Si China vuelve a exhibirse frente a Taiwán en los próximos dos años se encontrará una sorpresa: el ejército de EEUU

Inicio