Probamos Immfly, el sistema para recibir contenido multimedia del avión en tu propio tablet o smartphone

Siempre que viajo en avión, no importa si es un trayecto corto o largo, llevo algo con lo que entretenerme: un libro, series en el tablet, juegos… Si nada de eso funciona, suelo usar el sistema multimedia (si lo hay) y ver qué tienen ya que a veces encuentro series y películas que no he visto todavía. La forma en la que consumimos contenido ha hecho que todas estas pantallas incrustadas en los asientos evolucionen, hasta tal punto que en algunos aviones han desaparecido para convertirse en una nube.

Iberia lleva un tiempo haciendo pruebas para meter un servicio multimedia en sus vuelos de bajo coste, aquellos que pertenecen a la línea Express. Siguiendo esa filosofía low cost, no han introducido pantallas ni mandos más propios del siglo pasado para ofrecernos contenido. Han creado su propia nube para que la pantalla que usemos sea las que siempre llevamos encima. Ayer tuvimos oportunidad de probarlo y esta es nuestra experiencia.

Qué es Immfly y cómo funciona

Immfly es una compañía que comenzó su aventura a finales de 2013 con el objetivo de crear un sistema de entretenimiento multimedia para los aviones. En vez de acompañar el desarrollo con pantallas y mandos, decidieron seguir el camino del BYOD (Bring Your Own Device) para que todo lo que se sirviera se viera directamente en cualquier dispositivo que tuviera pantalla y acceso a un navegador web.

Según nos explican un par de responsables técnicos de la startup catalan, se trata de un servidor instalado en uno de los módulos no críticos del sistema eléctrico del avión. “El mismo donde se encuentran los microondas, por ejemplo” matiza cuando le preguntamos por su posición. Unas antenas adicionales se encargan de asegurar que la red inalámbrica llega bien a todos los sitios.

Según nos explican, esta es la parte más compleja de la instalación ya que hay que tener cuidado con los cables y su colocación. Por último, se hacen unas pruebas de radiación para ver que la cobertura es buena y a través de simulaciones en el servidor se comprueba cuántos dispositivos se podrían conectar.

La instalación de este servicio en un avión lleva tres días, según Pablo Linz. Como tal, Immfly no es un servicio de internet, aunque se acceda a través del navegador, sino que es una intranet donde accedemos al contenido. Explicar esto es fundamental porque puede llevar a confusiones a los usuarios.

Cada vez que un avión aterriza, hace un vuelco de los datos a un servidor (comprobación de la máquina, interacciones de los usuarios…) y a través de una antena 3G envía los datos a un servidor. Si tiene que descargar contenido (periódicos, revistas…) lo hace en ese mismo momento aunque si se encuentra fuera de España se limita el tráfico a archivos de menos de 10 megas.

La parte de telecomunicaciones es gestionada por Vodafone aunque en Immfly aseguran que no se trata de ningún acuerdo estratégico y que podrían trabajar con cualquier otra teleoperadora sin mayor problema.

Nuestra experiencia con Immfly

Según nos montamos en el avión y comienza el despegue, por megafonía nos dan unas instrucciones sencillas para acceder a Imfly: activamos el modo avión, encendemos la WiFi y abrimos en el navegador la página de air.imfly.com. Entramos, hace falta registrarse.

En ese momento nos llevará a un menú principal donde podemos acceder al contenido que hay disponible en ese momento: revistas, periódicos, vídeos y algún que otro episodio. La mayoría del contenido es gratuito pero también hay parte de la oferta que es de pago.

Además de la oferta de entretenimiento, también tenemos un sistema de seguimiento en vivo de vuelo en el mapa. La posición se refresca cada veinte segundos y cumple a la perfección su labor de posicionarnos en el mapa.

Echamos un ojo para revisar qué series y vídeos hay y el catálogo es un pelín escaso: monólogos de El club de la Comedia, episodios de series españolas como Velvet, dibujos animados de Nickelodeon, programas de la tele como Pesadilla en la Cocina o Salvados… Contenido muy de televisión como vemos.

En comparación con un servicio multimedia con pantalla, tiene menos oferta audiovisual pero suficiente para entretenernos un rato, algo que tiene sentido en trayectos de corta duración. Lo más interesante, en mi caso, es la posibilidad de leer periódicos y revistas gratis. Tanto si accedemos de un ordenador como de un móvil, cada archivo se descargará en la memoria como un PDF por lo que necesitaremos una aplicación para ello, no incluye la opción de leer en el propio navegador salvo que tenga soporte nativo, claro.

La descarga de los contenidos es rápida y solo tendremos que esperar unos segundos para descargar un PDF o no es necesario dejar el reproductor en pausa un rato hasta que llegue el contenido. Todo se sirve con agilidad aunque en el avión en el que iba tampoco parecía que hubiera mucha congestión de tráfico.

Seguimos avanzando por los menús y rápido descubrimos cuál es el modelo de negocio de Immfly e Iberia: el contenido de pago y los descuentos. En nuestro camino a Mallorca vemos cómo nos salta un pop up para avisarnos de que estamos de camino y, si queremos, en un restaurante nos dan un chupito de Tequila presentando este cupón.

Seguimos explorando y modificamos nuestra ruta para hacerle creer que vamos a Londres. Ahí vemos cómo la oferta de contenido se expande y además de descuentos encontramos transportes privados para salir del aeropuerto, excursiones o cenas en todo tipo de restaurantes.

Para comprar tan solo tenemos que asociar una tarjeta de crédito o débito a nuestro usuario y, cuando aterricemos, se hará el cargo a la cuenta. Además, buena parte del contenido gratuito tiene algún tipo de patrocinio por lo que antes de verlo nos tocará un anuncio. En el caso de los periódicos y las revistas no, más allá de los que ya vienen en el propio documento digital.

Un buen concepto pero con lagunas

Immfly es una buena idea y encaja perfectamente con lo que una compañía low cost pretende: ajustar la inversión e intentar obtener el máximo beneficio posible. Además, todos a día de hoy llevamos un móvil, tablet o portátil encima por lo que en realidad no hace falta introducir una pantalla que probablemente sea más pequeña y tenga menos calidad.

No cabe dudas de que el servicio está orientado a monetizar el uso.

Sin embargo, todavía hay cosas que pulir y aunque ya han salido de la fase piloto, todavía tiene algunos fallos: tiempos de carga un poco lentos en ocasiones, descargas corruptas de archivo o un exceso de notificaciones que acaban abrumando y bloqueando la página.

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