Queridos señores de Microsoft y Google, una petición: por favor, dejen de marearnos con los nombres. Qué difícil aclararse con todo esto. Lo que era Bing ahora es Copilot, y lo que era Bard ahora es Gemini. ¿Para qué tanto cambio?
Ambos gigantes de la tecnología no paran de subir la apuesta en el segmento de la inteligencia artificial, y estos cambios de nombre ("rebranding", como gustan de decir los sajones") son su último movimiento para consolidar su posición. Atrás quedan los nombres "beta", parecen querer decirnos. Esta es la nueva generación de nuestros modelos.
Que de nueva, lo que se dice nueva, no tiene mucho, al menos en el caso de uno de nuestros protagonistas. Gemini se presentó en diciembre de 2023, pero este anuncio de hoy nos trae su versión más ambiciosa, Gemini Advanced (que no es más que otro nombre para Gemini Ultra, más confusión no, por favor). Copilot, que toma el relevo de Bing Chat a partir de hoy, es lo que llevamos viendo en ese chatbot desde hace nada menos que un año. ¿Qué cambia entonces?
El posicionamiento y estrategia de ambas propuestas.
Microsoft se rinde en búsquedas porque quiere ganar en IA
Microsoft, más agresiva desde el principio, convierte a Copilot en un buscador supervitaminado. Uno que quiere dejar atrás al tradicional Bing —que seguirá disponible, eso sí— para contestar a todo lo que queramos con esa interfaz conversacional de preguntas y respuestas.
Es lo que Bing Chat lleva haciendo desde hace meses y que ahora Microsoft quiere tratar de impulsar de forma definitiva. Copilot asume por tanto el papel de gran apuesta de Microsoft para coger el testigo del buscador tradicional. En Redmond parecen querer decirnos que dejemos atrás las búsquedas, porque con Copilot podremos hacer más y mejor.
Lo primero es probablemente cierto: Copilot cuenta con la ventaja de un modelo de IA generativa como GPT-4 que demuestra un comportamiento notable y más preciso que sus competidores. Al menos cuando recientemente lo comparamos con otros chatbots gratuitos como ChatGPT (GPT-3.5) y Bard (ahora Gemini).
Pero además permite acceder a la generación de imágenes y se beneficia de un modo equilibrado más interesante gracias a Deucalion, el nuevo modelo de IA en el que está basado.
¿Por qué el cambio? Es evidente: Bing jamás ha logrado tener éxito en el terreno de los buscadores, y esta es una nueva oportunidad. Aunque Bing Chat logró que el interés por este buscador subiese enteros y lograrse que 100 millones de usuarios lo aprovechasen a diario.
Como Yusuf Mehdi indicaba en una entrevista con The Verge, eso no fue suficiente, y el lanzamiento de Bing Chat "no hizo cambiar el panorama de las búsquedas". ¿Qué han hecho en Redmond? Ir aceptando la derrota y centrándose en Copilot como su futuro. Lo han integrado por todos lados, y los copilotos nos rodean.
Empezaron en GitHub, pero luego lo añadieron a su suite ofimática con Microsoft 365 Copilot y más tarde, por supuesto, comenzó a formar parte integral de Windows 11 y de varias soluciones empresariales. Hasta tenemos ya una tecla Copilot para lanzar este asistente.
Y precisamente el anuncio de hoy vuelve a confirmar esa idea: la de que aunque Bing seguirá estando ahí para quienes quieran una alternativa a Google, el foco de la empresa no será ese. La niña bonita es, con mucha diferencia, Copilot.
Para Google la IA es importante, pero su buscador lo es más
Mientra tanto, el anuncio de Gemini como nueva gran marca de IA en Google es bastante distinto. Bard ya no es Bard y pasa a ser Gemini (=Gemini Pro), pero es que además a esa propuesta gratuita se le suma por fin la versión de pago, Gemini Advanced (=Gemini Ultra).
Los nombres bailan, pero una idea persiste: la de que aquí Google sigue siendo cautelosa. No plantean de momento que Gemini (o Gemini Advanced) sustituya a su buscador, y tienen buenas razones para no hacerlo: es la gallina de los huevos de oro, y sustituirlo por otra cosa ahora mismo no tiene mucho sentido.
¿Qué hacer entonces? Plantar cara a Microsoft con productos que complementan al buscador, pero no lo dejan (ni mucho menos) en segundo plano. Es lo que era Bard y es lo que seguirá siendo Gemini. Mientras, Gemini Advanced plantea al fin (al menos, en teoría) un competidor serio a ChatGPT Plus, el servicio de pago que se ha convertido en filón de OpenAI.
La jugada de Google es importante, pero se hace desde una posición cauta. Ya lo hemos comentado con anterior, pero es probablemente lo más acertado para Google, que no puede arriesgarse a apostarlo todo a Gemini sabiendo que es, como ChatGPT, una escopeta de feria. Falla más de lo que nos gustaría, y fiarse de estos chatbots es imposible de momento.
Es un argumento potente para no arriesgar. Microsoft puede hacerlo porque Bing tiene una cuota ridícula (3,43%, según StatCounter) en el terreno de los buscadores: no tienen apenas nada que perder. No es el caso de Google, que con una cuota del 91,4% e ingresos multimillonarios por este negocio, puede competir en IA sin apostarlo todo a esta tecnología.
Ambas posturas parecen razonables y lógicas. Queda por ver cuál de ellas acaba siendo la que gane la partida.