La mayoría de los participantes del reality show 'Gran Hermano' al salir suelen comentar que "llega un momento en el que no te das cuenta de que las cámaras están ahí". Esto mismo parece suceder en China, una sociedad en la que la libertad de expresión y los derechos son temas delicados y a veces un tanto contradictorios.
Hace unas semanas hemos estado en Qingdao, una ciudad portuaria de China que tiene más de nueve millones de habitantes. Allí hemos podido comprobar cómo funciona el avanzado sistema de videovigilancia de esta país.
En el caso de esta ciudad (y en muchas otras del país) este sistema corre a cargo de Hisense, una empresa a la que conocemos por sus lavadoras, televisores o proyectores 4K. Sobre este tema hemos podido hablar con el Dr. Lan Lin, vicepresidente de la compañía:
"Es algo muy complejo, ya que estamos hablando de datos confidenciales, privacidad, etc. Nosotros nos encargamos del mantenimiento, pero le cedemos esta tecnología al Gobierno".
Identificando a vehículos y peatones
Este sistema es capaz de identificar todos los vehículos que aparecen en pantalla, reconocer las matrículas, modelos, propietario, trayectoria, etc. Eso no es todo, ya que en la parte inferior de la imagen podemos ver que hay un apartado específico para peatones y otro para personas que se desplazan en bicicleta o ciclomotor.
Podemos llegar a pensar que no es ninguna novedad, ya que las principales ciudades del planeta incorporan sistemas de videovigilancia, pero la realidad es que impresiona ver este sistema desde dentro y a esta escala.
Lejos de ser unas cámaras que pasan desapercibidas, toda la ciudad está marcada con carteles que anuncian que esa zona está siendo grabada. La primera vez que lo ves piensas que acaban de multar a alguien, pero no, son los flashes de las cámaras de seguridad.
Capaz de identificar a criminales en un tiempo récord
Hisense parece estar orgullosa de haber desarrollado esta tecnología, pero no han querido (o podido) contestar muchas de mis preguntas al respecto. Eso demuestra que estamos ante un tema muy delicado.
Tomando como ejemplo la ciudad de Qingdao, la compañía ha buscado responder a la demanda por parte del gobierno local, que pedía una ciudad "más inteligente y segura".
La compañía es la que se encarga de hacer todas las actualizaciones en el sistema, tanto en hardware como en software. Lan Lin afirma que "hay más de un país interesado en esta tecnología, pero no puedo revelarte cuáles" (algo a lo que respondió sonriendo).
Reconoce que es un sistema "muy complicado", pero asegura que gracias a él son capaces de detener a los criminales en muy poco tiempo. Utilizando esta plataforma han conseguido detener a 1.200 criminales en un año.
"El sistema es capaz de identificar a un criminal en tan sólo un segundo".
Lan Lin declara que esta herramienta "no tiene nada que ver con la privacidad", ya que está pensada para proveer seguridad a los ciudadanos. De todos modos, reconoce que presenta ciertas cuestiones que hacen que (de momento) sea inviable en otros países.
Hisense presume de que "son capaces de incluso identificar si hay un paquete de kleenex en el salpicadero del coche" o si "una persona lleva gafas o no". Le preguntamos a Lan Lin si es una gran responsabilidad llevar el mantenimiento de un sistema que tiene acceso continuo a estos datos tan sensibles. Él responde que no cree que esta información sea "tan sensible", y que se han preocupado de crear un producto que sea muy complicado hackearlo: "de momento no hemos tenido problemas en ese sentido".
Actualmente, esta tecnología está funcionando en más de 100 ciudades de China, incluyendo Pekín, Shanghai, Guangzhou, Shenzhen, Chongqing, Guiyang, Tianjin, Nanjin, Hangzhou, Qingdao, Chengdu, etc.
Un reportero de la BBC tuvo recientemente la oportunidad de comprobar la eficacia de esta tecnología, siendo detenido en tan solo siete minutos. El sistema es capaz de estimar la edad, el género y la etnia de cada persona.
Después, asigna una ID a cada individuo, guardando mucha información al respecto. De esta manera, pueden saber con qué personas has entablado una relación o qué vehículos conduces.
Al estar la ciudad repleta de cámaras, son capaces de seguir todos tus movimientos e identificarte en muy poco tiempo. Parece prácticamente imposible engañar a este sistema tan poderoso.
Tomemos por ejemplo Guiyang, una ciudad con unos tres millones de habitantes. En esta localidad Hisense tiene instaladas más de 10.000 cámaras de alta definición, y este mes de marzo se aprobó instalar otras 10.000. La ciudad y la compañía llevan trabajando en este proyecto conjunto desde el año 2012.
Estas cifras suenan ridículas cuando las comparamos con el número de cámaras de videovigilancia que hay en todo el país. El año pasado se estimaba que había 176 millones de cámaras operativas, una cifra que se busca casi cuatriplicar en 2020: 626 millones de cámaras.
Hay muchas cuestiones a las que no han querido responder, que son clave para entender la verdadera profundidad de esta tecnología: qué datos / rasgos es capaz de identificar de cada persona o vehículo, cuánto tarda en reconocer a una persona y enviarle esa información a la policía, si sirve para identificar infracciones de tráfico, si esta gigantesca cantidad de información se almacena y durante cuánto tiempo, etc.
Todo son buenas palabras por parte de los ciudadanos chinos
Es interesante conocer la opinión de los ciudadanos chinos sobre este sistema avanzado de videovigilancia, ya que en Europa existe una preocupación diferente sobre la privacidad y los derechos de los ciudadanos.
Hemos hablado con tres ciudadanos chinos que, por motivos obvios, han pedido mantener su anonimato. Esto contrasta un poco con las respuestas positivas que hemos recibido tras preguntarles por temas relacionados con privacidad y vigilancia.
Las tres personas coinciden con que ya están acostumbrados a las cámaras. Aseguran que "son necesarias y sirven para proteger", ayudándoles a convivir con un nivel de tráfico impresionante:
"El tráfico en China es horrible, ya que hay demasiada población, sobre todo en las principales ciudades del país. Todos los días ocurren miles de accidentes de tráfico. Las grabaciones nos ayudan a investigar cómo ocurrieron, descubrir de quién es la culpa y buscar soluciones".
Lejos de encontrarnos una historia tipo 'Black Mirror', todas las historias que nos cuentan son positivas: "un conocido recuperó su bicicleta gracias a las cámaras" o "son muy útiles cuando buscan a alguien perdido o persiguen a un criminal".
Llegan a asegurar que "saber que te están grabando evita que se cometan actos criminales". LLama la atención el punto de vista que nos ofrece una de las personas con las que hemos hablado:
"Nosotros los chinos no tenemos tanto sentido de la privacidad como los extranjeros, ya que crecemos casi sin espacio personal debido a la superpoblación".
Esto mismo se aplica a la vigilancia en Internet. Hace unos meses se confirmaba que WeChat, la principal aplicación de mensajería del país, comparte los datos de sus usuarios con el Gobierno.
A las tres personas que he consultado no parece importarles en absoluto: "no pienso que al Gobierno le interese mis conversaciones, mis contactos o mi ubicación". A pesar de que suena todo a cuento de hadas, reconoce que "no dan permiso para discutir o difundir ciertas cosas". Esto lo justifican de la siguiente manera:
"Me da igual, ya que gobernar un país con tanta gente necesita una única manera de llevarlo a cabo".
Lo que nos queda claro es que la sociedad china es muy diferente a la nuestra, algo que puede hacer que nos sorprendan ciertas cosas (positiva o negativamente) y que no sepamos comprender la magnitud de los problemas a los que se enfrentan diariamente.
Las personas con las que hemos hablado parecen muy contentas con estas herramientas, y eso que no hemos utilizado WeChat para hablar con ellos sobre estos temas tan controvertidos y delicados.
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