Las pantallas flexibles son un producto del que llevamos mucho tiempo hablando. Actualmente, estos prototipos que apenas se enseñan en ferias son construidos gracias a pantallas OLED especiales y tienen unas dimensiones más o menos comedidas. En este caso, el modelo de Sony alcanza las 13 pulgadas, ideales para un portátil pero poco útiles para, por ejemplo, un televisor.
Aún así, los dispositivos con pantallas flexibles están aún muy lejos de llegar al mercado, pues sus desarrollos aún continúan avanzando. El prototipo de Sony utiliza tinta electrónica (como un lector de libros electrónicos) y es monocromo, con lo que por ahora sus posibles usos serían muy concretos: una nueva generación de libros electrónicos flexibles, periódicos de “papel digital” (como un periódico tradicional, de papel, pero con conexión a Internet y que se actualice) o incluso teléfonos móviles u ordenadores portátiles. Uno de los problemas al que deben enfrentarse este tipo de pantallas es que, aunque ellas sean flexibles, el hardware que las maneja también ha de serlo, ya que de lo contrario su uso tendría poco sentido.
La fecha de comercialización de las pantallas flexibles es totalmente incierta, pero desde luego que no será pronto. Sí es cierto que se van mejorando al ofrecer mayores tamaños (en 2007 hablábamos de las 2.5 pulgadas), mayor eficiencia energética y mejor calidad de vídeo. Aún así, yo no esperaría modelos asequibles antes de, como poco, 2015.
En Xataka | Pantallas flexibles.
Vía | Electronista.
Más información | TechOn.
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