No. Ni es cosa tuya, ni te falla la vista. Los pollos que llegan a nuestra mesa son cada vez más grandes. Lo sabemos porque hace algunos años un grupo de investigadores de Canadá comparó cómo crecían tres razas comerciales de 1957, 1978 y 2005 a las que dieron exactamente el mismo tipo de dieta y cuidados. Su conclusión: a las ocho semanas la variedad más moderna (Ross 308) pesaba alrededor de 2,3 veces más que la de 1978… y 4,6 que el ejemplar de 1957.
Visto de otro modo: en cuestión de medio siglo los pollos que criamos para consumo han dado un estirón del 364%. Del peso pluma (guiño) hemos pasado a auténticos “superpesados”.
El cambio ni es casual, ni pasa desapercibido en nuestras cestas de la compra o mesa.
El “estirón” de los pollos. El aumento de talla de los pollos de engorde —aquellos que criamos pensando en su carne— tiene tanto de llamativo como poco de misterioso. Si tenemos variedades más grandes y pesadas es, sencillamente, porque así lo hemos fomentado nosotros a lo largo de los años para ganar en productividad. La conclusión de los investigadores de la Universidad de Alberta es clara: “Se ha logrado un cambio profundo en la productividad de la industria del pollo de engorde a través de la selección genética intencional mediante técnicas cuantitativas tradicionales”.
Si bien su estudio se publicó hace algún tiempo, sigue siendo interesante por cómo está planteado: los investigadores criaron tres variedades representativas de los pollos de engorde de 1957, 1978 y 2005 dándoles el mismo tipo de cuidados y dieta. A lo largo de todo el proceso analizaron en detalle la relación entre cuánto comían y cuánto engordaban sin que el análisis se viese alterado por factores como el uso de antibióticos o cambios en el tipo de grano o los pienso.
The chicken you are eating has increased 364% in size over the last 50 years.
— Sollozzo 🥩⚡️ (@MrSollozzo) April 16, 2022
Here is what this means for your health.
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¿Con qué se encontraron? Pues con que los pollos de hoy en día son el sueño dorado de todo granjero. Necesitan menos comida para alcanzar gran tamaño. Para su estudio los investigadores manejaron una curiosa unidad de medida denominada “tasa de conversión de pechuga”, que pone en relación los gramos de alimento que ha ingerido el animal con los gramos de pechuga.
La escalada es clara: a las cuatro semanas la variedad de 1957 estaba en 28,2 g/g, la de 1978 en 17 y la de 2005 en 9,4. “Esta disminución dramática fue el resultado sinérgico de una mayor tasa de crecimiento, eficiencia alimenticia y rendimiento”, concluyen los investigadores.
Subir un 364% de talla en apenas cinco décadas. Como verlo así puede resultar confuso, el estudio aporta otra escala más didáctica: el paso a paso de cómo engordaron las aves. El resultado deja pocas dudas. A los 56 días el pollo de engorde representativo de 1957 pesaba 905 gramos, el de 1978 1.808 y el de 2005 —el Ross 308— 4.202 g. El equipo de Alberta reconoce que el alza de la “tasa de crecimiento y eficiencia” ha sido “drástico” desde los 40 y, si bien cree que algunos cambios responden a factores ambientales, entre el 85 y 90% se asocia a un componente genético.
Más grandes y más precoces. Que los animales crezcan más en el mismo tiempo facilita también que su período de crianza sea más corto y su carne se comercialice antes. Según precisa The Wall Street Journal, si en 1965 un ave de 1,6 kilos tardaba 63 días en llegar a las tiendas, en 2015 el ave promedio se situaba ya en 2,8 kilos en 48 jornadas. Los datos de la firma Agri Stats Inc. y el Consejo Nacional del Pollo de EEUU señalan sin embargo que una parte relevante de las empresas opta por apostar por animales más grandes y criar pollos que llegan a superar los 4,5 kilos.
Cambian los animales… y cómo los comemos. Así es, cambian los pollos, pero también cómo los comemos. Cada vez somos más amigos de comprarlos troceados y procesados en vez de llevarnos la pieza entera a casa. Si los porcentajes de crecimiento resultan elocuentes, los de consumo no lo son menos: en 1962 el 83% de los pollos de engorde se comercializaban como aves enteras, el 15% como troceados o en partes y el 2% restante como productos procesados. Hoy el escenario es el opuesto. Apenas el 11% de los pollos que se despachan en las carnicerías son unidades enteras. El 43% se entrega despiezado y casi la mitad, un 46%, en forma de productos procesados.
Y también la cantidad que comemos. Ojo, que seamos menos amigos de llevarnos pollos enteros a casa no significa que consumamos menos. Al menos en ciertos países. Así lo reflejan los datos del National Chicken Council, la asociación comercial de Estados Unidos que defiende los intereses de las empresas del sector. Sus estadísticas muestran que en 1960 el consumo per cápita era de 12,7 kilos, diez años después había subido ya a 18,2, en 1980 estaba en 21,5 y en 2000 rondaba los 35,1. Su último dato cerrado, correspondiente a 2021, sitúa el consumo por persona en 44,1.
En cualquier caso los datos de consumo varían de forma considerable de un país a otro. HelgiLibrary calcula que en 2019 Israel era de lejos el país que más carne de ave demandaba del mundo, con un consumo per cápita de 71,7 kg, muy lejos de los 0,7 de Etiopía, la nación que cerraba el listado. En España Statista señala que la media per cápita de consumo de pollo se situaba hace dos años en 13,64 kg, algo por encima de 2019, pero más o menos en la línea de la última década.

El precio de la carne, clave. Quizás una de los factores que explican el éxito de la carne de pollo es su precio asequible. Durante su análisis los investigadores de Alberta comprobaron cómo entre 1960 y 2004 el índice de precios de consumo de los productos avícolas de EEUU creció más o menos la mitad que la tasa del resto de alimentos. La clave: las mejoras en el crecimiento y la eficiencia.
“Este probablemente ha sido un factor importante que contribuyó a un mayor consumo”, explican. En España, Statista muestra que en 2020 el precio medio de la carne de pollo se situaba en 4,38 euros el kilo. El mismo observatorio sitúa el kilo de vacuno en 9,84 euros de media y el de cerdo en 6,31.
Más carne y barata; pero… ¿Qué pasa con su textura? No todo han sido buenas noticias en el sector avícola a lo largo de los últimos años. Tenemos más carne y a buen precio, pero hay estudios que apuntan que al menos una parte de la que se comercializa ha visto resentida su calidad.
Massimiliano Petracci, tecnólogo alimentario de la Universidad de Bolonia (Unibo), comentaba en 2016 a The Wall Street Journal que entre el 5 y 10% de la carne de pechuga que se vende en el mundo presentaba una condición denominada “de madera” o “leñosa”, que básicamente consiste en una textura más dura y elástica. El motivo se desconoce, pero los expertos apuntaban entonces al crecimiento acelerado de las aves como una de las claves. “No se trata del peso final, sino de cuán rápido el ave llega a ese punto”, indicaba Sacit F. Bilgili, profesor de la Universidad de Auburn.
…Y con consecuencias indeseadas. No es el único quebradero de cabeza para el sector. Investigaciones anteriores —precisa el magazine Vox— han observado también un aumento de problemas óseos, de tipo cardíaco y en el sistema inmunitario en algunas razas. ¿La causa? En juego habría varios factores, incluidos los genéticos no buscados, la dieta o el exceso de peso.
Po supuesto, no todos los animales ni granjas son iguales. Desde hace años gana fuerza una tendencia que apuesta por una crianza más "natural", con gallineros abiertos, alimentación basada en cereales y variedades de aves de crecimiento lento y una menor capacidad para engordar, como las especies sussex, rojas o barrados, con características distintas a las del tipo industrial broiler.
La clave, como reconocía Brett Hundley, analista de BB&T Capital Markets al TWSJ, es mirar más allá de las tallas XXL y los beneficios por kilo... Mirar al sabor: “¿Vale la pena producir más kilos y perder negocios porque su cliente ya no quiere tomar su carne de pechuga gomosa?”
Imágenes | [Petras Gagilas (Flickr)](Petras Gagilas)
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allenschezard
Pues en los asadores de pollos cada vez son más pequeños. ¿Nos están dando canarios gordos?
Mr. Dick
Quisiera decir que yo he tenido pollos de granja (todo natural) y que vengo de un pais tercermundista sin los medios para hacer nada (ni en aquel momento, ni ahora seguramente) y mis pollos siempre han sido una mezcla entre el 1978 y 2005. Es cierto que más cerca del primero que del segundo...
Pero el caso es que nunca he visto el primero tipo y me cuesta creer que sea posible a menos que los tengas muertos de hambre.
angel.rdguez
Pues como con el culturismo, no hay controles anti-doping. Barra libre de esteroides y hormonas 😞
alberto.ferreromezqu
Yo que normalmente compro pollo barato y por tanto "malo" creo que lo de la textura leñosa es que la gente no sabe cocinar una pechuga, porque sabor no tienen mucho pero bien cocinadas si que salen jugosas.
El pollo bueno normalmente es más sabroso y hace mejor caldo pero lo otro es falta de habilidad
Escepticum
El pollosaurio ya está aquí.
Sporty
A ver si sintetizamos comida porque cada vez me da más mal rollo la industria cárnica
geodatan
Lo siguiente será un pollo del tamaño de un T-Rex?
sergio71
Estamos creando a los próximos dinosaurios, en 100 años van a pesar 50kg
guillermoelectrico
Anda, igual que nosotros. De lo que se come se cría dicen...
Nost
Vengo a decir lo mismo: los pollos asados que venden ahora son enanos. Tienes que coger dos cuando antes bastaba con uno.
Adrián
Pues acepto que sea por genética, pero la leyenda popular es que ahora están mas gordos porque los atascan de hormonas, y me extraña que no se tocara en este artículo esa posibilidad aunque fuera para desmentirla.
Ahora en lo personal, solamente compro un pollo en supermercado si me estoy muriendo de hambre, siempre me salen de una calidad entre mediocre y mala, en donde vivo hay una carnicería que los vende de mejor calidad, sin ese aromita a pollo de granja industrial.
Demux_11
Para que los que se preguntan "¿Pollos mas grandes? pero si los veo mas pequeños":
Hablan de los pollos americanos. Supongo que no será lo mismo el estilo de crianza en EEUU que en Europa y por eso es que los pollos por allá no parescan tan gordos como lo dice el articulo.
Yo lo puedo comprobar: en la carniceria de mi pueblo hay mas pollos grandes que pesan facilmente 1,5 - 2 kilos que antes, cuando la mayoria llegaban casi al kilo. Y esos no eran ejemplares juveniles.
Lo unico que no toca este articulo es esa creencia popular de que los pollos les embuten de hormonas para que crescan mas rapido, dejandolo la explicacion del crecimiento de los pollos en "¿Porque son tan grandes? vaya que misterio". Estoy seguro que en mayor parte todo fue por seleccion artificial (así como se crearon las distintas razas de perros) y que las hormonas, mas bien solo ayudan en parte a ello.
Akenatón 2013
Un artículo interesante pero que no muestra ninguna foto antigua con pollos supuestamente más "enanos"... Y es lo que realmente nos gustaría ver para comparar.
cacatuaromantica
No sé donde, pero como dicen algunos yo cuando compraba era cada vez más pequeños, y conseguir un de más de 1.5 kg era ya demasiado.
espectrito
La media de altura de las personas también han crecido… ahi lo dejo.
javier_gc
Pues qué curioso, en los asadores y en los sitios de Quebabs, van menguando día tras día...
OrangeMg
Sé que España usan la coma como separador decimal (y estoy acostumbrado al leerlo), pero no al uso del punto como separador de millar.
Vi el pollote con sólo 4 gramos y 202 miligramos XD
pelotas
Pues los que están a la venta en supermercados no pesan más de kilo y medio
norbertoperezarmesto
Son cada vez más grandes por las hormonas que les meten... Y que nos comemos 😰
zeroooooo
el que escribio esto no ha visto un pollo en la vida real