Las notas de corte para estudiar ingenierías se han disparado. No necesariamente por el aumento de nivel del alumnado

Hace un par de años, en el primer verano de la pandemia, fue noticia el notable aumento de la nota de corte general para acceder a las carreras universitarias. Ocurrió entre otros motivos por ser la convocatoria más multitudinaria (más de 225.000 aspirantes) que mantuvo casi la misma tasa de aprobados de cursos anteriores, un 93%, y por lo anómalo del final de curso 2019/2020, con un último trimestre marcado por el confinamiento y unas notas de Bachillerato que en muchos casos fueron algo infladas por las circunstancias, produciendo así una inflación de las notas de corte.

Sin embargo, confinamiento al margen, hay otra tendencia notable: las notas de corte para acceder a la mayoría de las ingenierías se han disparado en los últimos años. Si en la primera década de siglo la mayoría solo requerían un cinco (cuando la nota máxima era un diez), en estos tiempos se ha ido elevando el nivel de acceso llegando a incrementarse la nota en hasta un 90% en algún caso.

Software e Informática, a la cabeza en crecimiento

Para hacer la comparativa hemos sacado los datos de una de las principales universidades técnicas de España, la Universidad Politécnica de Madrid, y las notas de corte de todas sus ingenierías en 2012, 2017 y 2022. Es decir, las actuales, las de hace un lustro y las de hace una década, para ver cómo han evolucionado.

En primer lugar, la variación respecto a 2012. Destacan las ingenierías relacionadas con la computación: Computadores, Software e Informática han disparado sus notas de corte un 88%, un 90% y otro 90% respectivamente, pasando de notas por debajo del 6 a ser estar entre el 9 y el 11.

Con un menor crecimiento porcentual, pero sí llegando al techo de los catorce puntos que se puede sacar como máximo en EBAU, están ingenierías como la Biomédica (de un 11,74 a un 13,06), la de Diseño Industrial y Desarrollo del Producto (de un 10,66 a un 12,81) o la de Tecnologías Industriales (de 11,4 a 12,27).

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Hay algunas, las menos, que han visto cómo su nota se ha mantenido intacta, con un 5, caso de las ingenierías agrícola, agroambiental o forestal. Y otras que han rebajado el listón en su acceso, como la del medio natural, la minera o la de materiales, quedando todas ellas entre el 5 y el 8.

Mención especial para una ingeniería que empezó a ser ofertada en estos últimos años y no aparece en la foto de 2012, la de Sistemas de Datos, con notas de 11,62 y 12,13 respectivamente para sus campus de Moncloa y Sur.

Si limitamos la comparativa a una fecha más cercana, del último lustro hacia aquí, las diferencias no son tan exageradas, pero sí sorprende que ninguna nota de corte ha caído. En el "mejor" de los casos, se mantienen iguales (un 5 en siete ingenierías), en el resto suben.

Y un matiz importante: las que menos suben en términos porcentuales son las que ya estaban más cerca del 14 sobre 14. Caso de Ingeniería Biomédica, Aeroespacial o Diseño Industrial y Desarrollo del Producto (quedando en 13,06, 12,36 y 12,81 respectivamente). Las que más suben son en casi todos los casos las que venían de notas de corte más cercanas al 5, y ahora se sitúan entre el 9 y el 12.

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De una a siete ingenierías en el top 20 nacional en solo un lustro

Y otra forma ver el impacto de estas subidas, ya no solo en la UPM, sino a nivel nacional. Hemos tomado los veinte títulos (grados o dobles grados) con una mayor nota de corte a nivel nacional. Cada título puede repetirse, ya que se considera una nota de corte distinta para cada universidad que lo ofrece.

En 2017, la medicina dominaba esta ranking, que lideraba el doble grado de Matemáticas y Física. Una sola ingeniería aparecía en él, y además como parte de un doble grado, el de Ingeniería Informática y Matemáticas (muy valorado por su plena y rápida inserción laboral) que ofertaba la UCM, con casi un 13 de nota de corte.

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Cinco años después, el número de ingenierías del ranking pasa de uno a siete. Ocupan sobre todo su mitad inferior, pero es una presencia mucho mayor y hay que tener en cuenta que también las notas de corte de ese top 20 han crecido notablemente.

Además, la gran mayoría de los títulos que quedan por arriba son el doble grado de Matemáticas y Física que ofrecen varias universidades españolas. La presencia de Medicina queda relegada a un par de presencias entre Medicina y Biomedicina.

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Ante este panorama uno puede preguntarse por qué no se ofrecen más plazas si la demanda se ha disparado de esta forma. La respuesta es simple: es una cuestión presupuestaria. Recursos. Enric Marín, vicedecano de Estudiantado de la Facultad de Informática de la Universitat Autónoma de Barcelona, ya explicó en Xataka que "con el profesorado de que disponemos ahora ya estamos cargando los cursos a un 120 o un 130%. Nos falta más soporte para poder contratar a más profesorado y ofrecer más plazas".

La opción lógica para dotar de más recursos a unos títulos sin elevar el presupuesto educativo es reorganizarlos. Es decir, recortar los que se destinan a titulaciones de menor demanda para entregarlos a los distintos grados y dobles grados más solicitados. Pero es un proceso altamente impopular que encuentra mucha resistencia por el camino y pueden pasar varios años hasta que cristalice.

La otra lectura: el subidón de los dobles grados y el déficit que llega por la pandemia

Por oto lado, el aumento de estas notas tiene una cara B. O varias. Por un lado, las ingenierías ocupan ahora puestos que antes no en rankings como el último, pero la inflación en las notas es general. Tanto como tendencia de largo plazo, desde 2006 aproximadamente, como en particular desde que estalló la pandemia.

"Consideramos que la pandemia ha tenido un efecto de hinchar las notas en según qué perfiles porque se ha hecho lo que se ha podido hacer respecto a la evaluación", opina Pablo Garaizar, profesor de Programación en la Universidad de Deusto. "No ha sido fácil evaluar de forma justa porque no es fácil recrear las condiciones especiales que se dan en un aula de examen de forma telemática. Mucha gente ha preferido evaluar a través de trabajos y otras herramientas. Eso ha hecho que muchas de las calificaciones en Bachillerato tengan medias mejores, pero no estén acordes con sus capacidades. Y al llegar a la universidad se ven estas carencias que sobre el papel no deberían estar".

Carencias, según nos cuenta, como un nivel demasiado bajo en Matemáticas que no se corresponde con la nota obtenida en esta asignatura durante el Bachillerato o la EBAU. "Hay asignaturas duras de toda la vida en una ingeniería, como Cálculo, Álgebra o Física; pero no era habitual pasar de un sobresaliente en Bachillerato a un suspenso en la carrera, ahora sí ocurre", dice Pablo.

El astuto lector de Xataka se habrá dado cuenta de que en la última tabla, la de las mayores notas de corte actuales, diecinueve de las veinte posiciones las ocupan dobles grados, no grados individuales. "Las dobles ingenierías, las ingenierías acompañadas de Física, Matemáticas, etc, tienen cada vez más prestigio social y hay mucha demanda, pero atraen sobre todo a los estudiantes más brillantes, los que quieren caña. Tienen la sensación de que apuntándose a un doble grado están aprovechando todo su potencial. Los que no son tan brillantes y no quieren esforzarse tanto, aunque tengan notas muy altas, tienen suficiente con un título simple", concluye el profesor bilbaíno.

"Otro factor para explicar este aumento", explica Jesús Fraile Ardanuy, profesor en la ETSI de Telecomunicación en la Universidad Politécnica de Madrid, "es que se ofrecen muchos más dobles grados con nombres muy atractivos que no dejan de ser pequeñas variaciones de los ya existentes, pero con muchas menos plazas. Eso también sube la nota de corte". Aunque la inflación de las notas es generalizada, como hemos visto, sí es cierto que es más acentuada en dobles grados, que se suelen acercar más al 13 y al 14.

Jesús también percibe la caída en el nivel con el que llegan los nuevos alumnos. "Este curso he tenido a la gente que empezó en el año del COVID y he visto cómo llegan con carencias ya no de física de Bachillerato, hasta de Secundaria. Incluso con una suma de fracciones tienen complicaciones. No es algo que afecte a todo el mundo, pero sí se nota que de la misma forma que en general han subido las notas, ha bajado el nivel. Son alumnos que llegan habiendo aprendido a hacer exámenes como los de Selectividad, pero en cuanto entran en una ingeniería, donde tienen que afrontar problemas nuevos razonando y usando herramientas, se ve que no están acostumbrados".

Y añade material sobre un asunto del que se podrían escribir otros cuatro reportajes: la situación estructural, que viene de lejos y no solo de la pandemia, que ha ido haciendo crecer las notas logradas en EBAU. "Que el examen no sea común en toda España es un problema, porque hay comunidades que tienen notas bastante más altas que otras. Por ejemplo, en Madrid hay mucha gente de Canarias estudiando Arquitectura [con notas de corte entre el 10 y el 12] porque las pruebas de selectividad allí son más laxas y logran la nota suficiente". Aunque esa es otra discusión.

Imagen destacada: Foto de campus universitario creada por freepic.diller - Freepik.es.

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