Microsoft nos acaba de presentar un proyecto bastante curioso - seguro que fascinante para algunos -, se llama Project Natick y juega a meter los centros de datos debajo del mar. Por ahora está en una fase más cercana a la investigación que a la práctica, pero todo se andará para que nuestros archivos de Office 365 terminen sumergidos.
La idea pasa por enviar a zonas costeras parte de la infraestructura que sostiene la jugosa nube de Microsoft, a sabiendas de que el 50% de la población vive ahí, y hay algunas ventajas que se consiguen con el cambio de ubicación: refrigeración, aprovechar energías renovables, o entornos mejor controlados.
Los centros de datos terminan bien encapsulados, como se recoge en las imágenes, y en estas primeras pruebas han decidido darle un nombre a la cápsula: Leona Philpot, que alguno le sonará de la saga de videojuegos Halo.
Leona permanece a una profundidad de diez metros en las costas californianas, allí ha estado los últimos cuatro meses de 2015.
Aunque podría mantenerse más de veinte años funcionando y sin abrir, la intención de Microsoft es que el contenido interno sea reciclado cada cinco años, para ponerse al día en potencia y almacenamiento.
La ubicación no nos sorprende, nos estamos acostumbrado a ver todo tipo de proyectos que intentan llevar los datos a cualquier parte del planeta, sobre cualquier medio. Facebook y Google no paran de jugar con vehículos voladores que ofrecen conectividad en sitios remotos. Todos quieren controlar el almacenamiento y cauce de la información.
Obviamente se van a encontrar con opositores, que van a velar por el respeto al medio ambiente, pero Microsoft se está esforzando en informar sobre la limpieza y poca violencia de implantación de su propuesta. Lo próximo que tienen en mente es crear cápsulas más grandes.
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