Según la Agencia Europea de Medioambiente, la contaminación atmosférica afecta a millones de personas cada año en nuestro continente, con consecuencias negativas sobre su salud y calidad de vida. El vehículo privado y el transporte serían los principales contaminantes en las ciudades, con el CO2, el NO2 y las partículas en suspensión como emisiones más perjudiciales.
Con motivo de ello, la UE ha ido emprendiendo desde hace décadas diversas medidas para la descarbonización de las ciudades. Recientemente ha actualizado una de sus normativas más comprometidas, la CAFE, que aunque se dirige directamente a los fabricantes de coches, promete llevarnos a los particulares a una posición privilegiada para la transición a la movilidad eléctrica. Además ha anunciado una serie de medidas complementarias para ayudar a la industria del vehículo eléctrico.
Qué es la normativa CAFE y cómo se está actualizando

CAFE son las siglas de Clean Air For Europe (“Aire Limpio Para Europa”) y no hay que confundirlo con otros estándares de consumo de combustible, como el norteamericano. En el caso europeo, es una normativa que, ante todo, fija un objetivo en la descarbonización de las ciudades de la UE (haber reducido un 55% las emisiones de CO2 en 2030).
Es una normativa que, ante todo, fija un objetivo en la descarbonización de las ciudades de la UE: haber reducido un 55% las emisiones de CO2 en 2030
Aunque ello, lógicamente, también repercute en las emisiones de los nuevos vehículos que salen a las calles europeas. En concreto, la CAFE establece un límite en las emisiones de CO2 en las gamas de modelos de cada fabricante, siendo un tope para cada vehículo que sale de fábrica. Así pues, son los fabricantes los que deben adoptar los cambios en sus automóviles para no superar el límite.
Desde que la normativa entró en vigor hace cinco años, el límite de emisiones para cada coche ha ido reduciéndose, desde los 115,1 gramos de CO2 por kilómetro, hasta los 93,6 g/km, cifra fijada para cumplir en los próximos tres años (la Comisión Europea en principió fijó este límite para cumplirlo en un año pero recientemente ha flexibilizado los plazos). Para que nos hagamos una idea, un automóvil térmico común puede emitir entre 130 y 140 g/km.
La normativa CAFE como transformadora de la industria

En lo que respecta a los fabricantes, la CAFE no trata de construir coches más limpios, sino de venderlos. La cifra de 93,6 gramos de CO2 por kilómetro que deben cumplir, es la media de todas las unidades vendidas de todos sus modelos en cada trienio. Por eso es importante para ellos aumentar la cuota de los vehículos híbridos y eléctricos en el total de sus ventas, y así poder bajar la media.
De no lograrlo, los fabricantes se enfrentan a importantes multas por parte de la UE que se irán revisando cada tres años. Se trata de un coste fijo que se multiplica por cada vehículo vendido. Esto, a la postre, puede suponer miles de millones de euros de multa.
Pero a diferencia de lo que se cree, no existe un afán recaudatorio por parte de la UE, que como decimos, centra sus objetivos en la contaminación general de las ciudades y no en las marcas en sí mismas. Por eso permite un sistema de “créditos” para los fabricantes que se encuentran por debajo del límite, y con los que se pueden compensar el exceso de los otros.
Esto, que puede sonar a “hecha la ley, hecha la trampa”, pretende incentivar la cooperación entre fabricantes con sinergias de todo tipo, desde la formación de alianzas para el intercambio de créditos, hasta la transmisión de conocimiento y tecnología para lograr vehículos electrificados más accesibles para el gran público.
Aterrizan más medidas en Europa para la descarbonización del transporte
Como hemos visto, el plazo para cumplir los nuevos objetivos de la CAFE se ha flexibilizado de uno a tres años, para así dar más margen a los fabricantes hacia esa transición. Además, la UE a anunciado una serie de directrices con el objetivo de fortalecer a la industria desde varios ámbitos:
Incentivos comunes para vehículos eléctricos
Uno de los principales obstáculos en la adopción del coche eléctrico es la disparidad de ayudas económicas en los distintos países de la UE. La nueva normativa busca unificar los incentivos para la compra de vehículos de bajas emisiones, asegurando que todos los Estados miembros ofrezcan un esquema de apoyo similar.
Impulso a la producción ‘Made in Europe’
Otro punto clave de la revisión de la normativa es la intención de reducir la dependencia de componentes fabricados fuera de Europa, especialmente de China. La Comisión Europea busca fortalecer la producción local de baterías, semiconductores y otros elementos clave en la fabricación de automóviles eléctricos, fomentando un ecosistema industrial más robusto dentro del continente.
Desarrollo de infraestructuras de carga
Para garantizar el éxito de la transición hacia la movilidad eléctrica, la Comisión también estudia medidas para acelerar la instalación de puntos de recarga en toda la UE. Además, se plantea la posibilidad de ofrecer préstamos asequibles para la adquisición de vehículos eléctricos, facilitando el acceso a esta tecnología a un mayor número de consumidores y empresas.
¿Me va a beneficiar esta normativa si quiero comprar un coche eléctrico?

¿La CAFE está funcionando como un dinamizador del mercado de los vehículos eléctricos? Los datos lo confirman, y los informes apuntan al peso que ha tenido la CAFE en varios hitos, como el crecimiento del 55% de ventas de vehículos eléctricos en 2023, la caída del 42% en la diferencia de precios con respecto a los térmicos, o que los híbridos estén a punto de convertirse en la opción número uno para los compradores.
Y es que para el ciudadano común, la CAFE solo puede traer ventajas (además de la reducción de las emisiones). Para aumentar las ventas de coches eléctricos, tiene que aumentar también la producción, lo que permitía a los fabricantes aplicar economías de escala, amortizar inversiones en desarrollo y, en consecuencia, bajar el coste unitario de cada automóvil. La mayor competencia entre marcas también supone una disminución de los precios.
Los nuevos compradores de coches eléctricos se sienten incentivados por los precios cada vez más competitivos, con menos diferencia respecto a los térmicos. Además, las gamas son cada vez más amplias
Además de por las indudables ventajas del coche eléctrico, los nuevos compradores se sienten incentivados por los precios cada vez más competitivos (y, sobre todo, que ya no hay tanta diferencia con los térmicos). Además, las gamas cada vez más amplias (en diseños, tamaños, tecnologías…) suponen un nuevo aliciente a la hora de encontrar el coche perfecto para cada uno.
La nueva fase en la que ha entrado la CAFE en el próximo trienio, no debería más que servir como acelerador de esta mejora en el mercado.
Renault como caso de adaptación a la normativa CAFE

El caso de Renault podría servir de ejemplo para ilustrar la posición en la que pueden quedar los fabricantes en esta nueva fase de la CAFE. La compañía del rombo está entre las mejor posicionadas para cumplir con el nuevo límite, a tenor de los vehículos que encontramos en su catálogo.
Un híbrido como Renault Clio E-Tech full hybrid, con unas emisiones homologadas de 93 g/km, ya estaría bajo el límite, mientras que un híbrido enchufable como Renault Rafale E-Tech 4x4 híbrido enchufable, con 15 g/km, rebajaría en más de un 80% el límite. Estos últimos, junto con los eléctricos puros, ayudarían a compensar las cifras de sus ventas térmicas.
Conseguir los límites no sería posible si no fuera por una apuesta decidida por aumentar las ventas de sus vehículos electrificados. Precisamente Renault ha sido una de las pocas marcas que ha crecido en ventas en 2024 gracias en gran parte a sus vehículos híbridos, cuyas ventas crecieron un 45% el pasado año, y que ya constituyen el 26% de las ventas totales de Renault Group y un 40% de la marca.
Aunque también ha contribuido a ello el éxito de Renault con los eléctricos puros, que ya suponen el 9% de las ventas del grupo, y que se disparó al 16% en el último trimestre del pasado año. Por supuesto, tiene mucho que ver el lanzamiento en octubre de Renault 5 E-Tech eléctrico, que ha sido recientemente elegido Coche del Año en Europa 2025 y que ya lidera en su país.

Todo esto no es más que un exitoso paso más en el plan estratégico de Renault, bautizado como Renaulution, y que se alinea con los propios objetivos de la UE: dejar de producir coches térmicos en 2035, y la descarbonización total en 2050.
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