Hace unos días Steven Levy, escritor y editor en Wired, tuvo la ocasión de entrevistar al CEO de Uber, Dara Khosrowshahi. Para llegar al lugar de la entrevista, Levy aprovechó para coger uno de los coches de la compañía y se llevó un buen disgusto: recorrer los apenas 4,7 km que le separaban del destino le costó 51,69 dólares, propina incluída. Y claro, se quejó a Khosrowshahi.
Adivina cuánto me ha costado llegar hasta aquí. Levy quiso aprovechar la ocasión para hablar de cómo la empresa ha dejado de dar subsidios a los trayectos, lo que es uno de los motivos de la subida de precios para los clientes. Al contarle el trayecto que acababa de hacer, le hizo una pregunta rápida al CEO de Uber: "¿Cuánto crees que me ha costado?". Khosrowshahi contestó sin vacilar: "20 dólares". Levy rápidamente le dijo el precio real. "Cincuenta dólares".
"Oh, Dios mío. Uauh". Esa fue la reacción del CEO de Uber. A Levy el viaje le podía haber salido aún más caro: cuando pidió el Uber la primera vez, el precio era 20 dólares más caro. Khosrowshahi indicó que eso se debía a los precios dinámicos con los que trabajan en la compañía —a más demanda, más caros, por eso en conciertos y otros eventos multitudinarios la sorpresa puede ser muy desagradable—, pero para Levy esa teoría "no tiene sentido. Son las 10 de la mañana en un día soleado, y no es que el presidente esté en la ciudad".
La culpa es de la inflación.Para Khosrowshahi la razón principal era en realidad otra. "La inflación se ha convertido en parte de nuestra vida". Eso ha permitido que los conductores "ganen un 40 o un 50% en los últimos cuatro años, porque ese es el coste del tiempo y del trabajo. Creo que eso es positivo".
¿Falta de conductores? El CEO de Uber también achacó anteriores quejas por subidas de precio a la escasez de conductores, pero en agosto de 2022 la empresa anunció que habían superado los cinco millones de conductores en todo el mundo, un 31% más que el año anterior.
La cara oculta de los subsidios. Kevin Roose contaba hace dos años en The New York Times cómo años antes cogió un trayecto en Uber en hora punta en Los Ángeles. Esperaba que le saliera por 60 o 70 dólares, pero pagó 16. La clave de aquellos primeros años en los que los precios de Uber y sus competidores eran un chollo era sencilla: las empresas estaban subvencionando los trayectos y asumiendo buena parte del coste. Perdían miles de millones de dólares al hacerlo, pero así lograban crecer de forma explosiva. Esos subsidios tenían fecha de caducidad, y en cuanto se acabaron, como contaba Roose, el efecto —tanto en Uber como en otras startups que usaron esa estrategia— era evidente: precios (muy) al alza.
No eres tú: Uber es (mucho) más caro. En los últimos años hay varios análisis que dejan claro que el precio de Uber o de competidores como Lyft ha subido en EEUU. Un estudio de CNBC mostraba cómo desde 2018 a 2021 los precios casi se doblaron (92% de incremento), mientras que los datos de Rakuten indicaron en abril de 2021 que las tarifas de Uber eran un 40% superiores a las del año anterior. Khosrowshahi dijo entonces que los precios acabarían volviendo la normalidad y serían "casi los de los buenos tiempos". No ha sido así.
Los conductores ganan más, pero Uber también. El UCLA Labor Center tiene otro informe especialmente reciente en el que analizó los precios medios para Uber y Lyft en Nueva York entre febrero de 2019 y abril de 2022. Según sus datos, la mediana del coste de los trayectos se ha incrementado en un 50%, mientras que la mediana de los ingresos de los conductores ha subido un 31%. Eso deja entrever que los clientes pagan más, y aunque los conductores efectivamente ganan más, también la empresa lo hace gracias a esas subidas de precio.
Jefe infiltrado. A Uber le va especialmente bien en España —sobre todo por el mercado de la micromovilidad—, pero su CEO ya ha tenido sustos similares en el pasado. En junio de 2021 probó a hacer el trabajo de uno de sus riders y la cosa no terminó muy bien. Lo mismo pasó el pasado mes de abril, cuando descubrió cómo era en realidad ser un conductor más de Uber.
Imagen | Uber | Tingey Injury Law Firm
En Xataka | Uber pasó de servicio de taxis a reparto a domicilio. Su siguiente negocio es aún más raro: cruceros
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