Hace un mes me llegó el Google Pixel XL de primera generación que había adquirido en eBay. Aunque no coleccione activamente los móviles que más huella han dejado en el mercado durante la era smartphone desde hace década y media, me gusta tenerlos cerca. El Pixel no es uno de ellos, pues se lanzó sin pena ni gloria, y ni siquiera llegó a países como España.
No tuvo el calado que dejaría su predecesor en fotografía, ni el precio de algunos modelos destacados de los antiguos Nexus a los que sucedía. Aun así, lo he comprado por un buen dinero. ¿El motivo? Uno que no valoré para nada en su lanzamiento en 2016: el Pixel original siempre tendrá almacenamiento gratuito en calidad original en Google Fotos.
Superé la "pérdida" de Google Fotos, pero nunca he sabido qué hacer con mis vídeos
No tener calidad original en Google Fotos no me importaba cuando la compañía lanzó el servicio, pues la mayoría de fotos que hacía tenía menos de 16 MP, y la compresión siempre me pareció buenísima. El anuncio del adiós de su almacenamiento gratuito ilimitado acabó con eso pero, sobre todo, con la comodidad de saber que vídeos de grandes recuerdos, en mayor o menor calidad, estaban a salvo.
Me pasé a Amazon Photos para las imágenes, y empecé a gestionar mejor todo en local, porque al ritmo al que ahora crecía mi fototeca digital, veía que necesitaba un enfoque combinado frente a Google Fotos. Utilicé la subida a YouTube como alternativa para compartir a familiares con calidad relativamente decente. Pero llegado cierto punto, sentí que ninguna opción me convencía del todo.
Podía pagar por almacenamiento de Google, pero ahora estaba haciendo muchos más vídeos que quería conservar en la nube en calidad original, y cualquier plan de pago que no supusiera "almacenamiento ilimitado" se me iba a quedar corto, por un precio que en el fondo no quería asumir.
Así que recordé que el Pixel y el Pixel XL mantenían su subida ilimitada gratuita y sin compresión para siempre, en una suerte de promesa electoral contractual de Google. Todos los vídeos y fotos que hiciera con mis cámaras o con mis móviles se subirían a la nube en calidad original sin ocupar un solo megabyte. Solo tenía que diseñar un sistema para que llegaran a una carpeta local en el Pixel. A continuación este lo subiría todo como si hubiera capturado él mismo los contenidos.
En el tiempo que he tenido el terminal, llevo subidos unos 500 GB de contenidos. Lo hago sin apenas esfuerzo una vez sincronizo todo lo que quiero con la maravilla open source que es Syncthing (y la ayuda de OneDrive y Dropbox para sacar automáticamente mi carrete de iOS a mi PC). La opción del NAS estaba ahí, y aunque era más completa, también requería un desembolso superior. Por el momento, me da la vida (tecnológica) volver a sentir que puedo subir todo lo que quiera, y que no tengo que controlarme y descartar hacer vídeos o fotos por temas de almacenamiento.
El Pixel XL es más que su subida ilimitada, pero también una prueba de la madurez de Android desde hace años
Ya he contado por qué adquirí el terminal, y el uso que le estoy dando. Sin embargo, tenerlo también me ha servido para poder volver a disfrutar de su cámara, y recordar una época en la que la fotografía computacional ya existía, pero influyendo todavía de forma relativa en el resultado final. Asimismo, me ha ofrecido la posibilidad de recordar la naturalidad de las fotos en RAW de aquellos años, cuando ya las hacía con móviles, pero infravalorándolas en favor del disparo automático que cada vez tolero menos a nivel de resultados.
Ver y editar fotos "crudas" hechas con él me produce casi el mismo placer que las hechas con el HTC 10. Una foto como la de la margarita es todo lo que le pido a los móviles de la actualidad respecto a naturalidad.
Con todo ello, el Pixel ya me satisface y valida mi inversión. Pero también me ha encantado poder usarlo de móvil principal unos días para ver que, al lado de otro par de terminales que tengo con Android 13 (la última versión estable disponible), no echo de menos casi nada.
Por una parte, se debe a que, desde hace años, uso sobre todo iOS, y a que cada vez profundizo menos en funciones, porque ambos sistemas abruman. Por otra parte, considero a Android un sistema al que no le falta casi de nada desde aproximadamente Nougat 7.0.
Creo que Android debería dejar de actualizarse cada año, porque lo que le llega desde hace un lustro versión a versión es útil, pero poco. Y es algo que confirmo pudiendo usar solamente una versión de hace 4 años. He probado a fondo las nuevas, y me agradan, pero no me pierdo mucho. También piensa así mi compañero Ricardo Aguilar, tras usar a fondo Android 14. Vamos de versión aburrida en versión aburrida.
El mayor cambio reciente de Android se llama Material You. Impregna el sistema de un aroma a nuevo que no está presente en Android 10, y se echa de menos. Pero el lenguaje de diseño de Google ya era maduro en 2019, y no me siento para nada extraño usando el sistema, pues otras novedades gráficas, como modo oscuro, sí están, al haberse estrenado a nivel general en el sistema en aquella versión.
Otra de las cosas que más valoro de los smartphones modernos, los gestos presentes desde Android 10 tras un primer intento errático, también están en este Pixel. Es una experiencia moderna, y siendo un firme defensor de que los fabricantes tienen que actualizar Android de forma más temprana y prolongada, estos días con el Pixel XL me dejan la sensación de que solamente es crucial por un punto, las actualizaciones de seguridad.
El Pixel XL dejó de recibirlas poco antes de la pandemia, y desde entonces son muchas las vulnerabilidades que Google y otros han ido corrigiendo. En ese sentido, usando el Pixel para temas personales o de trabajo, me expongo mucho más que con un terminal con Android 13, pero no es algo de lo que en general seas consciente en el día a día.
Google no tiene un problema con Android por actualizarlo con funciones que antaño habrían dado para versiones menores. Google tiene un sistema operativo muy bueno desde hace años. Y es algo a celebrar. Especialmente si, mañana, tu móvil no se actualiza a Android 14. Probablemente te dé igual. Probablemente ya tienes todo lo que necesitas.
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