Los aranceles a China son un problema existencial para Apple. Para su gran rival son una oportunidad

Samsung no es inmune a la guerra comercial, pero su estrategia de producción la sitúa en una posición privilegiada frente a un gran rival como Apple

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Javier Lacort

Editor Senior - Tech
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Javier Lacort

Editor Senior - Tech

La reciente ola de aranceles impuesta por Estados Unidos ha desatado una tormenta en el mercado tecnológico. Apple, Google o Motorola han sido señaladas directamente por su fuerte dependencia de China, objetivo principal de Trump en esta guerra arancelaria.

Pero hay un actor que apenas ha aparecido en el ojo del huracán: Samsung. El silencio a su alrededor no es casualidad, sino consecuencia de una ventaja competitiva forjada durante años.

Qué ha ocurrido. Samsung abandonó la producción de smartphones en China en 2020. Desde entonces, diversificó su cadena de suministro en India, Corea del Sur, Vietnam, Brasil y otros países.

Según la consultora Counterpoint Research, China representa el 80% de la producción de iPhone, mientras que para Samsung, apenas aporta gama media con diseños ODM locales. Es un contraste muy grande que tiene consecuencias.

Por qué es importante. La guerra comercial está redibujando el mapa del hardware. Quien tenga la fábrica en el país equivocado puede ver disparado el precio de sus productos.

En detalle. Vietnam, país clave para Samsung (más del 60% de sus móviles se fabrican allí), ha recibido un arancel del 46% a la espera de ver qué ocurre tras la prórroga. Aun así, la marca coreana tiene margen de maniobra. Sus dos fábricas en India —una con capacidad aún no utilizada— pueden absorber parte del golpe.

Por otro lado, Corea del Sur podría asumir la producción de modelos de gama alta si la situación lo requiere. Apple, en cambio, no tiene esa agilidad: su diversificación es aún incipiente.

Entre bambalinas. Samsung lleva más de una década invirtiendo en Vietnam: 100.000 empleados, el 25% del total exportador del país y 220 millones de dólares solo en I+D en 2024.

Esta alianza estratégica se ha vuelto un arma de doble filo. Ahora que Vietnam está en la diana arancelaria, ambas partes negocian a contrarreloj con Estados Unidos para frenar posibles daños. Pero Samsung ya tenía activado su plan B: trasladar parte de la producción a India y Corea.

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