Salvados solo ha sido el último en sumarse a la creciente moda de la "adicción a los teléfonos móviles e internet". Una "adicción" que cada vez tiene más predicamento entre la sociedad, aunque los profesionales de la salud siguen denunciando como inexistente.
La adicción a internet que surgió como una broma en un correo electrónico en 1995 se ha convertido en una industria en pleno crecimiento en todo el mundo. ¿Qué hay detrás de aquellos que quieren curarnos una adicción que no existe?
La adicción a internet no existe...

Hace más de quince años, la catedrática Helena Matute, una de las psicólogas que más y mejor han estudiado las nuevas tecnologías, escribió un texto fundamental que no ha perdido un ápice de actualidad "La adicción a internet no existe". Como tampoco existe la adicción a los teléfonos móviles.
Desde entonces, sólo el juego patológico (o, en sentido más técnico, los programas de reforzamiento aleatorios) ha pasado a ser considerado una adicción. La primera que no está vinculada directamente a una droga y lo ha sido tras acumular una grandísima cantidad de evidencias científicas.
El resto de "adicciones" (al sexo, a las compras, a internet...) se parecen más a comerse las uñas o a la cleptomanía que a ser adicto a la heroína o cualquier otra droga. Efectivamente, estos trastornos de control de impulsos pueden ocasionar problemas muy serios. Pero no son adicciones, no se tratan como las adicciones y confundirlos no hace más que ocultar el verdadero problema.
...pero la industria contra la adicción a internet sí

Aunque no hay ninguna ventaja clínica en esto de tratar una 'utilización excesiva' como si fuera una adicción, sí que hay una ventaja comercial: las adicciones dan miedo. Y el miedo, la expectativa de ver una vida destruida por la adicción, es un increíble argumento de venta.
A nadie se le escapa que esta ola de clínicas y tratamientos surge básicamente del contagio de la aparición de toda una industria equivalente en Estados Unidos (donde nos llevan décadas de ventaja). Lo que no es tan evidente desde nuestra perspectiva es que, en estos días, el sector de los centros de rehabilitación en Estados Unidos atraviesa una importantísima crisis de legitimidad (y no sólo en EEUU).
La llamada crisis de los opioides y las reformas sanitarias que han asegurado el acceso a estas terapias están llevando a los norteamericanos en masa a las clínicas de rehabilitación. Como consecuencia, la proliferación de fraudes ha hecho que, por primera vez en la historia, la Asociación Norteamericana de Proveedores de Tratamientos de la Adicción creen un código de autorregulación.
El resultado es una industria floreciente que en 2014 movió 35.000 millones de dólares, pero cuyos tratamientos distan mucho de ser efectivos, éticos, respetuosos o basados en la evidencia. La creación de entramados empresariales para tratar adicciones más o menos inventadas era solo cuestión de tiempo.
La cura de la "adicción al móvil" en España y Latinoamérica

Y es eso, precisamente eso, lo que estamos viendo extenderse: modelos y discursos muy atractivos para la opinión pública pero que no tienen respaldo científico. En Estados Unidos podemos encontrar de todo: estancias de una noche, retiros de desintoxicación digital o terapia psicológico (y psicofarmacológica). Y tratamientos que van desde los 500 dólares a los 30.000.
Pero en otros países, los tratamientos también están a la orden del día. La descripción de los tratamientos en China que realizó la BBC hace unos años es realmente terrible. Así que, ¿qué estamos importando exactamente?
Es difícil decirlo, no existen guías clínicas ni recomendaciones sanitarias claras. En España, el psicólogo barcelonés Marc Masip lleva desde 2012 hablando en periódicos, emisoras y platós de televisión sobre adicción a internet, los móviles y las redes sociales. Su programa Desconext@ es, con mucha seguridad, el más popular de todos los que han ido surgiendo en el país y es conocido por utilizar métodos poco ortodoxos como atar a los 'adictos'.
Pero hay muchos más. Solo basta con hacer una pequeña búsqueda por internet para encontrar numerosos gabinetes de psicología que dicen tratar la adicción a internet. Hemos intentado ponernos en contacto con algunos de estos gabinetes y ninguno ha querido hacer declaraciones. Eso sí, coinciden en que es un tratamiento que, aunque no está muy estudiado, se está empezando a ofertar sencillamente porque "hay una gran demanda social".
¿Qué hay de cierto y qué no en la "adicción a internet" y a sus terapias?

Por lo que sabemos hasta ahora, la adicción a internet no existe. Y no es una mera cuestión terminológica: estamos hablando de un fenómeno completamente distinto de la adicción. Y es bueno recordarlo porque la precisión y la exactitud en salud es muy importante.
Con la evidencia científica en contra, la insistencia en hablar de adicción a internet solo se explica por un intento de 'patologizar' conductas que moralmente no nos gustan y por estrategia empresarial que busca generar alarma social como estrategia comercial.
En psicología, algo es un problema cuando interfiere la vida y los objetivos de las personas. Y en ese sentido, el uso excesivo de internet claro que puede ocasionar grandes problemas y hay profesionales que nos pueden ayudar. Pero si nos centramos en lo 'adictivo' esteremos poniendo el foco en lo que causa esa supuesta dependencia (Internet) y no en el problema real, las dificultades de la sociedad para adaptarse a un mundo tecnológicamente nuevo.
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icnebi
Coincido de pleno con el artículo, en España mucha gente por desinformación confunde, estar todo el día con el móvil o el ordenador no suele ser la mayoria de las veces, una forma de evitar otros problemas que permanecen ocultos.
Yo hace bastante tiempo tuve uno de esos diagnósticos erróneos, llegando a un punto bastante extremo de aislamiento pero no se debía al ordenador, sino a otros problemas de fondo, y sufrí medidas muy drásticas que no arreglaron el problema, aunque luego cuando me fue posible, supere por mi cuenta esos problemas y acabe estudiando informática y ahora el ordenador se limita al tiempo de trabajo.
Si tenéis alguien cercano con un problema de que pasa demasiado tiempo al pc o al móvil, hablar con el en vez de atacarle por usar mucho tiempo el móvil, intentar averiguar porque esa persona ha llegado a ese punto, el origen de sus problemas, una vez se empiecen a solucionar, lo que puede parecer adicción desaparecerá progresivamente.
Un saludo y espero que sea útil.
mfidemraizer
Creo que este artículo es tremendamente desafortunado y, de la misma forma que el redactor quiere invalidar las voces de alarma sobre un problema totalmente tangible con falacias, diría que por la boca muere el pez al leer la última frase del artículo: "[...] y no en el problema real, las dificultades de la sociedad para adaptarse a un mundo tecnológicamente nuevo".
Es decir, que para el redactor todo se reduce a un problema de adaptación a la tecnología. Al leer esa conclusión he entendido que quien escribe este artículo, que no deja de ser de opinión, lo hace desde la posición de sentirse atacado. El resumen para el redactor es que Jordi Évole monta un Salvados para dar crédito a los buitres de la psicología y vividores en general.
El móvil y las redes sociales no serán el problema de fondo a nivel psicológico, como tampoco lo son las drogas. Tampoco, que yo sepa, se considera adictivo algo que se introduzca en nuestro organismo. Nos volvemos adictos a estímulos que repercuten en hábitos que generan respuestas gratificantes en nuestro organismo.
Justamente Jordi Évole, con este Salvados titulado "Conectados" , invita a la reflexión sobre qué fina línea hay que cruzar para considerar una pasión una obsesión y/o adicción. Y cómo el uso excesivo del móvil puede acabar en una conducta adictiva, en el momento que el móvil y la necesidad de sentirnos conectados se convierte en una necesidad compulsiva y no una actividad acotada en el tiempo diario que se integra dentro de tantas otras como comer, dormir, trabajar, querer a nuestros familiares, parejas e hijos, que los encuentros con amigos y amigas sea algo más que mirar contínuamente una pantalla y conversar sobre hechos superfluos.
No es, por lo tanto, un problema que nace de un mundo que no quiere adaptarse a las nuevas reglas que marca la revolución tecnológica. Es el cómo algo accesorio se convierte en imprescindible y lo imprescindible en accesorio. En el momento que ocurre ese intercambio de prioridades en el uso del tiempo y, en definitiva, en el objetivo del propio uso del mismo, en tanto que perjudica seriamente la vida del sujeto y éste comprende que se está perjudicando pero no puede evitarlo por una necesidad destructiva, irracional, imperiosa y compulsiva de revisar el móvil 24 horas al día, es que comenzamos a hablar de una adicción.
Por último diría, de forma más certera que el redactor aunque pudiera parecer que quiero dar la vuelta a la tortilla, que el hecho de que por ahora la adicción a internet o los móviles no haya sido catalogada no indica que no exista.
Quizás justamente el vertiginoso avance tecnológico haya dejado atrás a la psicología y la postura científica sobre el tema. Tuvieron que pasar décadas hasta que el relato oficial sobre el tabaco se convirtiera en que era adictivo y seriamente perjudicial para la salud, así como el mismo tiempo se demoró la consideración de que los fumadores eran adictos y por lo tanto enfermos.
Concluyo con que este artículo es tendencioso, sesgado y perjudicial. Envía a la sociedad un mensaje equivocado, que la adictividad a los móviles e internet es un invento para crear oportunidades de negocio y que unos cuantos se llenen los bolsillos. Quien no haya visto este Salvados "Conectados", le recomiendo que lo visione y que cada cual saque sus propias conclusiones, ya que, de hecho, eso es lo que pretende.
Y todo esto lo dice alguien que se dedica al desarrollo de software y que requiere de las nuevas tecnologías tanto en su vocacional extraprofesional como a la hora de ejercer la profesión. No soy un inadaptado a las nuevas tecnologías, pero no tengo Facebook (sólo LinkedIn para temas profesionales y vocacionales) y uso el móvil para realizar llamadas, Google Maps para orientarme fuera de casa y el correo electrónico de forma muy puntual, ya que no tengo ni quiero tener conexión a internet con 3G/4G en el móvil. No lo necesito, yo no voy a crearme necesidades artificiales. Pero el debate de las necesidades creadas por razones de mercado ya es otro tema y lo dejo para otra ocasión.
kanete
Basta ver como y quién habla de ese tema de forma periódica, ciertos medios de comunicación que se están encontrando que ya no controlan como hace 10 años los contenidos que consume una persona. Hace años no podías imaginarte que una persona pudiera llevar una vida sin consumir absolutamente nada a través de una TV, a día de hoy conozco hasta personas que no tienen TV, o que cuando han tenido su primera casa no han visto el hecho de tener TV como algo básico y primordial y han tardado mucho en hacerse con una.
A día de hoy lo que le queda a esos emisores de contenido es simplemente quedarse con las generaciones que no son capaces de adaptarse al cambio que ha habido con Internet. Para conseguir rascar algún consumidor más siempre quedan estos reportajes asustaviejas, para que le den caña al familiar de turno que viva con ellos y lo devuelva al redil.
Usuario desactivado
Complicado...yo sí me considero un adicto tanto al móvil como a internet, y la prueba es mi prurito por estar todo el día escribiendo comentarios en estos blogs. Realmente la mayor parte del tiempo que paso mirando internet es una pérdida de tiempo miserable; entro para ver al tiempo que hace en mi ciudad y una hora después me encuentro mirando qué turbinas lleva el B787 Dreamliner, el funcionamiento de una bombilla led o la cría de los mejillones en las Rías Baixas. Ahora mismo estoy perdiendo el tiempo escribiendo esto porque tengo cosas más importantes y urgentes que hacer, ergo estoy enganchado a internet. Y lo del móvil...lo primero que hago al levantarme es buscar el teléfono con fruición y consultar ansioso los whats.
Me estoy mentalizando para quitarme el whats, el smartphone y volver a un nokia de teclas que tengo en plan reliquia, pero me da un vértigo tremendo. Y creo que no seré el único en esta situación.
Creo que una cuestión no menor, y muchas veces inconfesable, es que el whats te da un juego tremendo para líos de faldas, no nos engañemos. Para gente con problemas relacionales mandar whas ingeniosos es algo fantástico para poder "arrimar la cebolleta", algo que nunca harías vis a vis (es cierto que al final el vis a vis existirá, pero gran parte del trabajo está hecha).
En fin, que desvarío...y he ahí precisamente, en el desvarío, donde está el problema de estas formas de comunicación, tan versátiles e inmediatas como peligrosas si te superan.
luis_ac
Periodismo puro vamos! Madre mía! Qué va a escribir un medio DIGITAL, dedicado a la TECNOLOGÍA!!!? No digo que no se esté jugando y en muchos casos intentando beneficiarse de la situación, pero desde luego el Trastorno Adictivo a Internet (IAD en inglés) es una realidad. No vendría más que el autor (y todos los apoyos que parece tener) lean casos como el de la adolescente internada en La Rioja o la realidad en China (la comunidad online más grande del mundo con 721 millones de usuarios a internet) que tienen a más de 30 MILLONES de personas con un riesgo muy alto de adicción. Por qué adicción? Porque desata los mismos mecanismos cerebrales que cualquier otra adicción sin sustancia (sexo, juego, trabajo...)...y ahora que venga Xataka a desmentir 100 años de historia de la psicología a decir que la adicción sin sustancia no existe! Recomiendo leer/ver/escuchar al gran neurocientífico de Standford, Robert Sapolsky y sus investigaciones acerca del proceso dopamínico (circuito de recompensa) donde se ve claramente el efecto de las drogas sin sustancia en el cerebro.
Por otro lado, si rompo una lanza en decir que la gran mayoría de la gente y la población NO tiene una adicción, simplemente tiene hábitos o conductas más o menos cuestionables según opinión pero no llega al extremo de adicción. Lo que no puede ser es que se niegue tan rotundamente cuando sí que hay casos, y muchos, con personas afectadas, vidas destrozadas y familias desesperadas.
roirosal
Así es la industria que quiere negar la existencia de nuestra "adicción al teléfono móvil e internet" para que no se les acabe el negocio de la tecnología.
A ver, tranquilos que no van a acabar con los móviles ni con internet.
omarda187
No me hace falta leer la opinión de una señora para saber que:
Adicción es toda dependencia a algo, que provoca situaciones de trastorno del comportamiento e intolerancia cuando no se está en contacto con eso.
Por esa regla de tres, hay muchos adictos a internet, al igual que muchas cosas.
wizbcn
Primer párrafo, falta la palabra "día" estimado autor.
mafeking
Le pido que corrija este artículo.
Usted tiene una referencia de una psicóloga de hace 15 años, cuando Internet, móviles y redes sociales apenas estaban despuntando.
Pregunte a psiquiatras o simplemente busque en internet el concepto que manejan llamado "adicciones no tóxicas".
No se trata de ir al reduccionismo simplista de querer demonizar las nuevas tecnologías porque podrían causar adicción. Sin embargo, es necesario establecer pautas y mecanismos de alerta y autocontrol, especialmente para con nuestros jóvenes, ante un problema que es más común cada día
rayplasencia
Trabajo con pacientes de salud mental y conozco a muchos usuarios del internet que presentan todas las características del fenómeno adictivo: pérdida del control de las conductas, disfunción severa, deterioro progresivo de la voluntad en detrimento de otras actividades (fracaso académico, laboral, etc.), síntomas de abstinencia, irritabilidad y agresividad, tolerancia, disfunción familiar y social, depresión asociada a la pérdida de control, etc. Quizá el autor no conozca de cerca siquiera alguna de estas historias. Se precipita.
descargas
Excelente articulo ! , yo también sufro la adicción al telefono , aunque ya lo estoy dejando de a pocos .