La guerra contra el tabaco se vio interrumpida en España por la pandema, pero la ministra de Sanidad, Carolina Darias, planea recrudecerla muy pronto. Así lo indica el último borrador del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo, del que el periódico la Razón ha conseguido un ejemplar.
Según ese informe, las nuevas medidas para el período 2021-2025 incluiran una subida de los impuestos, pero también mayores restricciones para fumar en el coche, las terrazas o las playas.
La lucha es también contra el cigarrillo elect´ronico
En el borrador se quiere lograr que "sea posible desarrollar una rutina diaria alejada de un ambiente" con humo de tabaco. Para ello se quieren ampliar los espacios libres de humo.
Eso incluye espacios públicos, pero también parecen querer introducirse medidas de "concienciación en espacios privados cuando se convive con alguien más (tanto en el hogar, coche, etc)".
No queda claro si estará prohibido fumar en vehículos particulares, pero en el diario indican que los expertos en este ámbito "dan por hecho que entre esos espacios al aire libre en los que estará vetado fumar figurarán, por ejemplo, las terrazas de los bares". Las playas también estarán afectadas, y de hecho las que tienen vetado fumar "han visto un importante incremento" en los últimos años.
El objetivo es reducir en un tercio antes de 2030 la mortalidad prematura por enfermedades no transmisibles. También se busca cumplir con la meta establecida con la Organización Mundial de la Salud (OMS), que pretende alcanzar una reducción relativa del 30% del consumo de tabaco para 2025.
Se quiere lograr aún más: el reto es que en 2040 menos del 5% de la población consuma tabaco, frente al 25% de media actual en Europa. Hay proyectos aún más ambiciosos en otras partes del mundo: en Nueva Zelanda se ha aprobado una nueva legislación que prohibirá el tabaco a la próxima generación de ciudadanos: los que tengan 14 años o menos hoy en día no podrán comprar tabaco legalmente jamás.
Otra de las medidas indicadas en el anexo denominado Meta 1 apunta a una subida de los impuestos, y se espera "impulsar la revisión de la fiscalidad para lograr un incremento y aproximación del precio de todos los productos del tabaco".
En esa revisión de los impuesotos estará también previsiblemente la propuesta para "que se graven los cigarrillos electrónicos con impuestos especiales".
Es aquí donde el borrador es especialmente tajantes, y en él se puede leer que los cigarrillos electrónicos y el tabaco calentado tienen como objetivo "intentar hacer un lavado de cara al consumo de nicotina debido a la mayor concienciación por parte de la población sobre los riesgos del tabaco tradicional".
Estas nuevas formas de consumo, indica el borrador, son especialmente atractivas para la juventud al transmitir la sensación de que reducen el riesgo de consumo. Este documento destaca cómo estas nuevas alternativas "son la puerta de entrada al consumo de tabaco y la adicción posterior".
Imagen | Matthew MacQuarrie
Vía | La Razón
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