Es fácil olvidarlo tras meses de inflación, crisis energética, y un empecinado invierno demográfico como telón de fondo, pero de vez en cuando las estadísticas dejan buenas noticias. O esperanzadoras, al menos. La Organización internacional del Trabajo (OIT) ofrece un ejemplo claro: entre su archivo de datos hay cifras que muestran con claridad que, si bien sigue representando un problema grave, la pobreza extrema ha ido perdiendo terreno a lo largo de las últimas décadas.
El analista Gilbert Fontana ha excavado en el vasto histórico de la OIT a la caza de un dato muy preciso: los trabajadores que viven bajo el considerado como umbral internacional de la pobreza extrema, un baremo que hasta septiembre se situaba en 1,9 dólares diarios. En la práctica —precisa The Guardian— eso equivale a vivir en el bolsillo con lo que podías comprar en EEUU hace 12 años con 1,9 dólares.
La referencia de 1,9 la dio el Banco Mundial en octubre de 2015, cuando decidió actualizarla al alza desde el valor previo, de 1,25 dólares diarios. El pasado otoño sus técnicos volvían a revisar los datos y elevaban la línea hasta 2,15. “Esto refleja un cambio en las unidades en las que el Banco Mundial expresa sus datos sobre pobreza y desigualdad: de dólares internacionales a precios de 2011 a dólares internacionales a precios de 2017”, anotaba en octubre Our World in Data.
Una radiografía de la pobreza extrema
Para su análisis, que se extiende de 1991 a 2021, Fontana emplea como referencia la marca de 1,9 dólares diarios. Sus resultados son interesantes. Si a principios de los 90 identificaba 808 millones de empleados viviendo en una situación de extrema pobreza, hace tres años la cifra se había reducido a 224.
El dato es más relevante aún si se tiene en cuenta que la población mundial ha aumentado durante esas tres décadas: de 5.330 millones de personas en 1990 pasamos a 7.840 en 2020, al menos según las cifras recogidas por Statista.
Para ilustrar sus conclusiones Fontana ha elaborado un gráfico por regiones publicado en Visual Capitalist que ayuda a asomarse a la “letra pequeña” de esa evolución decreciente. Los datos muestran que la mayoría de los trabajadores en situación de pobreza extrema residían en Asia Oriental, en concreto China —según precisa Fontana—, una potencia demográfica y que hasta el sorpasso indio, previsto para este mismo año, era la nación más populosa del globo.
Aunque el censo del gigante asiático ha aumentado de forma sensible entre 1990 y 2021, el Plan Nacional 8-7 para combatir la pobreza —abunda el analista— habría ayudado a que parte de su población saliese de la pobreza extrema.
"Utilizando el umbral de pobreza oficial, se calcula que el número de pobres ha descendido de 200 millones en 1981 a 28 millones en 2002. Alternativamente, usando la medida de ingresos de 1 dólar al día del Banco Mundial, se calcula que el número de pobres ha descendido de unos 490 millones a 88 millones en el mismo periodo, lo que supone un descenso de la incidencia de la pobreza del 49% en 1981 al 6,9% en 2002", recoge el Banco Mundial. La clave es "un rápido crecimiento económico", con importantes alzas anuales del PIB entre 1979 y 2003.
La mayor concentración de trabajadores pobres se concentraría hoy en el África subsahariana, con 11 países afrontando una tasa de pobreza laboral que alcanzaba a más del 50% de su población. Los datos recogidos por Visual Capitalist ayudan a radiografiar esa realidad en algunos de los países peor parados. A la cabeza estaría Burundi, con el 79% de su población activa bajo el umbral de la pobreza.
Imágenes: Jonathan Kho Ming Jun (Unsplash)
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