Ante todo, Internet nos hace la vida más fácil. Y la caída de Facebook es la mejor prueba

Ayer cundió (en parte) el caos. Facebook sufrió una interrupción de seis horas que se extendió a su mensajero WhatsApp, la principal red social y aplicación para compartir fotos Instagram, dejando fuera de Internet a sus 2.700 millones de usuarios globales. La situación provocó una disculpa pública del director ejecutivo Mark Zuckerberg. Pero sobre todo causó una cosa: hizo que la gente buscara alternativas, ideara para salir del paso y se replanteara su vida digital.

Analizar el comportamiento de la sociedad ante un suceso como este es maravilloso. Ayer Twitter se llenó de bromas, mientras algunos negocios que dependen de estas plataformas para operar perdieron miles de euros al no poder trabajar con normalidad. El hastío y el aburrimiento se llevó por delante a muchos. Veamos qué pasó realmente y cómo reaccionamos.

Eran alrededor de las 18:30 en España cuando las aplicaciones de Facebook, que incluyen Instagram, WhatsApp y Oculus, comenzaron a mostrar mensajes de error. En cuestión de minutos, Facebook había desaparecido de Internet. La compañía advirtió que los servicios tardarían en estabilizarse. Aun así, el impacto fue de gran alcance y severo. En algunos países, como India, Facebook es sinónimo de Internet.

Facebook también se usa para iniciar sesión en muchas otras aplicaciones y servicios, lo que genera efectos dominó inesperados, como que las personas no puedan iniciar sesión en sitios web de compras o iniciar sesión en sus televisores inteligentes, termostatos y otros dispositivos conectados al Internet de las Cosas. Lo hemos visto cada vez que pasa algo similar.

Con Facebook e Instagram inactivos durante gran parte del día, muchos usuarios usaron Twitter para compartir sus aflicciones, pensamientos y bromas. Y la red social se gozó su momento en el centro de atención. La cuenta principal de la compañía tuiteó "Hola literalmente a todos", obteniendo 2,4 millones de "me gusta" en cuatro horas.

Otras marcas importantes se unieron al golpe de marketing de la empresa del pajarito. "Hola, ¿qué puedo conseguir?", respondió la cuenta oficial de McDonald's. “59,6 millones de pepitas para mis amigos”, respondió la cuenta de Twitter. Otras empresas aprovecharon la oportunidad para comercializar sus productos.

Netflix tuiteó una imagen de su nueva serie de éxito El juego del Calamar que muestra a un concursante de la serie etiquetado como "Twitter" sosteniendo y salvando la vida de un concursante etiquetado como "Todos". Y Motorola también se lo marcó: “Los administradores de redes sociales trabajan hoy”, con un GIF popular de un John Travolta perdido.

Si bien muchos compartieron bromas en Twitter, otros reconocieron la seriedad del asunto, ya que muchos de sus millones de usuarios confían en las aplicaciones de Facebook para comunicarse. "Está bien, era todo memes y gifs cuando Instagram y Facebook cayeron, pero si Gmail y Twitter también caen, comenzará la locura", explicaba Aisha Sultan, columnista de The St. Louis Post-Dispatch.

No se puede depender sólo de la tecnología, se necesita un plan B

Aquí en España también la gente irrumpió en Twitter para contar qué estaban haciendo con sus vidas. Hubo quien le restó importancia y hubo quien se quejó abiertamente para dar una opinión negativa: “Se pudo volver a vivir como antiguamente hablar sin una pantalla de por medio, está claro que necesitamos internet para vivir (estudiar,trabajar), no podemos o sabemos pasar sin ello”, señalaba una usuaria.

Pero también hubo a quien le fastidió el día. Muchos mostraron la incapacidad de contactar a sus allegados, sobre todo aquellos que viven lejos de sus hogares o son inmigrantes. "Trabajo con RRSS y tuve miedo. Además vivo en otro país y la principal fuente de comunicación con mi familia es WhatsApp. Pude encontrar alternativas pero si hay un apagón digital las llamadas telefónicas salen muy caras".

Los efectos secundarios se dejaron notar rápidamente en vías de comunicación a las que no se recurren tanto como las llamadas o los mensajes de texto. Muchos de los que no acudieron a Twitter buscaron canales alternativos en Telegram, Signal o Hangouts. Servicios que también experimentaron cierta ralentización en sus plataformas debido a la saturación que provocaron en los servidores DNS los usuarios que intentaban entrar una y otra vez.

¿Y las llamadas? Tal y como apunta este artículo de El Confidencial experimentaron un incremento global del 55% durante las siete horas de caída si lo comparamos con el pasado lunes. Hubo una franja de hora, entre las 19:15 y las 19:30, que se produjo un pico generando un crecimiento de hasta el 120%. Con los SMS ocurrió tres cuartas partes más de lo mismo: el volumen total se multiplicó por ocho.

El problema afecta incluso a Facebook

Hasta los empleados de Facebook fueron víctimas directas de su caída y se hicieron evidentes algunos problemas de la nube. No podían acceder a la sede porque sus credenciales no funcionaban, y los que ya estaban dentro no podían acceder a varias salas porque el acceso está vinculado a través de IoT (Internet de las cosas) y, por lo tanto, pasaba por las mismas rutas de DNS que ya no existían y que propiciaron la caída. Es decir, que cuando todo recae en Internet y este no responde, nos hemos vendido del todo.

Por otro lado, la caída de Facebook ha puesto también en evidencia la urgencia de una acción antimonopolística. Es decir, solo la transparencia y la rendición de cuentas no pueden arreglar eso. ¿Disolver ese "monopolio" sí lo haría? La interrupción mundial de ayer se produjo justo cuando Facebook presentó una moción para desestimar la demanda antimonopolio enmendada de la Comisión Federal de Comercio de EEUU contra la empresa, en la cual se le acusa de adquirir Instagram y WhatsApp para consolidar su poder anticompetitivo en el mercado.

Es difícil conciliar ese punto de vista con la realidad de la situación actual: durante la última década, Facebook no solo ha tenido un efecto supuestamente perjudicial en algunas cuestiones en el público en general, sino que se ha establecido como el principal, si no el único, conducto para la actividad en Internet en todo el mundo, con una serie de adquisiciones que ahora están bajo escrutinio por violar la ley.

Las personas en todo el mundo se veían afectadas de numerosas formas, algunas incluso graves, debido a la interrupción del imperio tecnológico. Para muchos de ellos, que Facebook se caiga es equivalente a que se caiga todo el "Internet". Para millones, WhatsApp es el medio por el que se comunican regularmente con sus familiares y amigos a diario. Y ayer, en medio de un día como cualquier otro, perdimos esa voz.

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