Los mitos pesadillescos a veces se vuelven realidad. Este caso le ha tocado el turno a los ventiladores asesinos.
Entre abril y octubre de este año, la cadena de menaje del hogar Home Depot colocó más de 190.000 ventiladores de techo de la marca The Hampton Bay Mara en hogares canadienses y (sobre todo) estadounidenses. Valía 150 dólares, con lo que su mercado habrán sido viviendas de clase media-baja. Valía tanto para interiores como para exteriores. Esta es la pinta que tienen al funcionar con normalidad:
En este tiempo King of Fans, distribuidores de la marca, dicen que han ido recibiendo a través de la Comisión de Seguridad de Productos de Consumo de EEUU un total de 47 denuncias de aparatos. En pleno uso, el mecanismo se desplomaba en el suelo. En cuatro de estas ocasiones los usuarios denunciaron destrozos a la propiedad a causa del accidente y en otras dos el aparato averiado ha llegado a herir a personas. Por todo lo cual, la Comisión de Seguridad ha urgido a todos los compradores que dejen de usar inmediatamente el aparato.
Los de Mara han subido un vídeo en su canal de YouTube para facilitar a los usuarios la correcta inspección de los ventiladores para saber si el suyo es uno de los afectados o no. Aunque la marca china dice que los afectados son únicamente una gama de las que tienen, está por ver cuál será el efecto comercial del fatal error que podría salpicar a muchas de las partes de este entuerto. Por el momento los distribuidores, King of Fans, se han ofrecido para obtener un ventilador nuevo gratuito.
Un problema que podría traer cola. Estamos hablando de cientos de miles de ventiladores vendidos. Sus compradores podrían no enterarse de lo sucedido y tener un accidente dentro de meses o años. Además, está el mercado de segunda mano.
Mucha gente en Twitter está en modo pánico.
Así nacen los mitos: hay productos que tienen muy, muy fácil cruzar la barrera tenebrosa y enquistar miedos infundados o poco fundados en el imaginario colectivo. Sólo en Tv Tropes se recogen ya 23 ejemplos de aspas mortales en películas. La “muerte por ventilador” es de hecho un terror real en las sociedades asiáticas, especialmente Japón y Corea, y por eso sus índices de ventas son inferiores que en otros países de características similares.
Slate lo recoge. El miedo nació entre la década de 1920 y 1930, cuando se empezaron a vender los primeros modelos. La rumorología atribuía a los electrodomésticos la capacidad de producir náuseas entre sus consumidores, pero también asfixia y parálisis facial. La idea reflotó en la década de los 70 pero deformado para encajar en una teoría de la conspiración: fue el Gobierno quien habría extendido el bulo con el objetivo de que menos civiles comprasen ventiladores. ¿Para qué? Para minimizar el consumo de energía en una era de la escasez energética. Los periódicos amarillistas de la época no ayudaban, ya que inculcaban la sospecha de “muerte por ventilador” a fallecimientos que poco o nada tenían que ver.
Paradójicamente ha sido con Internet, a la difusión del desmentido del mito, como poco a poco estas regiones han ido perdiendo la aprensividad al producto.
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