Subida de pensiones a la vista. Aunque el dato se mueve en el terreno de las previsiones, sin cifras oficiales aún, el Ministerio de Inclusión y Seguridad Social ya ha deslizado que en 2024 las pensiones contributivas crecerán un 3,8%. La cifra no tiene demasiado de sorprendente y parte de un cálculo sencillo y relativamente esperable que es posible gracias al IPC de noviembre, recién publicado. Si deja una lectura interesante, más allá de la calibración del porcentaje, es lo que supondrá en la práctica: cómo dejará el dibujo general de las pensiones y, lo más interesante, cómo queda ese dibujo en comparación con el de los salarios españoles.
Nos explicamos.
Una subida del 3,8%. No será un alza tan pronunciada como la de 2023, cuando se incrementaron un 8,5% por la inflación desatada del ejercicio anterior, pero las pensiones subirán en general el próximo ejercicio. El País señala que el Ministerio de Seguridad Social ya ha confirmado que las asignaciones contributivas crecerán un 3,8% en 2024. El porcentaje se calcula con las tasas interanuales de inflación registradas entre enero y noviembre y esta última acaba de situarse en el 3,2%.
Bajando al detalle. El dato es algo inferior a lo previsto y dejaría el alza de las pensiones también ligeramente por debajo del 4% que estimaba el Ministerio de Seguridad Social hace apenas unos meses, pero la ministra Elma Saiz ya ha insistido en que la revaloración basada en el IPC permite a los pensionistas españoles encarar el cambio de año con "tranquilidad” y "certidumbre".
El Índice de Precios de Consumo (IPC) de noviembre es todavía provisional y el definitivo no se conocerá hasta mediados de diciembre, pero las oscilaciones entre ambos valores suelen ser insignificantes. Otro dato clave es que las pensiones más bajas, las mínimas y no contributivas, crecerán en mayor medida: un 6,8%.
De la teoría… a la cartera. El porcentaje supondrá que quienes cobran una pensión media de 1.200 euros verán incrementados sus ingresos en alrededor de 640 euros al año. En el caso de una pensión media de jubilación procedente del Régimen General, situada en los 1.533 euros mensuales, el alza se traduce en 830 euros anuales. El incremento también se extiende a priori a los pensionistas con las pagas más elevadas. Para ellos la pensión máxima escalará de los 3.059 brutos mensuales actuales a alrededor de 3.174. Al final del año son 1.600 euros más.
Como detallaba la Seguridad Social en el Real Decreto de 2022 sobre la actualización de pensiones para 2023, el porcentaje, que entonces era del 8,5%, se aplicaba como un "revalorización general". El límite máximo se fijaba por entonces en 3.058,81 euros mensuales, lo que significa percibir 42.800 en todo el año. ¿Qué significa eso? Que siempre y cuando no excedan el tope fijado, las pensiones suben para los jubilados más humildes y los que cobran mayores sumas. Sumas que en algunos casos están por debajo del salario mínimo —1.080 euros brutos al mes— y en otros se alejan cada vez más de los salarios que se cobran en España.
Por debajo del SMI o muy por encima de la media. Hace unos meses Newtral publicó una tabla, basándose en datos del Ministerio de Seguridad Social, que muestra que la mayoría de pensionistas (47,06%) cobra mil euros o menos al mes, lo que los deja por debajo del SMI; pero hay un 22,36% que supera el salario mediano y pasa de los 2.000 euros. Bajando al detalle se aprecia que el 6,64% de las pensiones mensuales de jubilación exceden los 3.000 euros. Si se amplía el foco, el 7,53% percibía entre 2.500 y 3.000 y el 8,19% entre 2.000 y 2.500.
Traducido en números netos supone que la Seguridad Social tiene en nómina a cerca de un millón de pensionistas que ingresan más de 2.500 euros. Entre ellos una parte sensible perciben más de 3.000 euros cada mes. Las tablas del Instituto de la Seguridad Social correspondientes a noviembre muestran, para ser precisos, que hay 921.300 personas con pensiones de jubilación que exceden de 2.500 y 431.700 por encima de los 3.000. La revalorización de pensiones prevista para 2024 se dejará sentir a priori en sus mensuales hasta el tope establecido.
Equilibrando las cuantías más bajas. Para las pensiones de los más vulnerables, aquellos que cobran el mínimo o tienen una paga no contributiva, la reforma impulsada por el exministro José Luis Escribá contempla un incremento mayor que el del IPC. Cuánto, aún se desconoce de forma oficial, pero —precisa El País— en octubre el Gobierno publicó un documento que preveía que las pensiones mínimas de jubilación contributiva para mayores de 65 años con cónyuges a cargo subiesen un 6,85% hasta pasar de los 13.527 euros brutos a algo más de 14.400. Para las no contributivas el alza sería del 6,76%, hasta los 7.244 euros.
Ahondando en la brecha. El alza entre las pensiones de mayor cuantía ensancha aún más la brecha con los sueldos que se cobran en España y, de forma especial, con los percibidos por la población más joven. Los últimos datos del INE reflejan que el salario medio mensual, en términos brutos, se situaba en 2022 en 2.218 euros y el mediano en 1.810, si bien una amplia franja de trabajadores está por debajo de esas cifras. De hecho hay casi dos millones que no llega a 1.000. El SMI se sitúa a día de hoy en 1.080 mensuales en 14 pagas y la negociación para su actualización, aún abierta, plantea elevarlo un 4%, hasta los 1.232 euros.
Las tablas del observatorio estadístico muestran de hecho que el 30% de los salariados, alrededor de 5,1 millones de personas, cobró menos de 1.440 euros brutos mensuales el año pasado. El INE consta además que los salarios más bajos se concentran entre los trabajadores más jóvenes y que, en promedio, el sueldo medio bruto de los menos de 25 años se situó en poco más de 1.300 euros.
Imagen de portada: Mykyta Martynenko (Unsplash)
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