La pelota vasca es noticia. Aunque no en las secciones de deportes de los periódicos, sino en las de crónica judicial y política. La decisión de la Federación Internacional de Pelota (FIPV) de reconocer como miembro de pleno derecho a Euskadi a finales de 2024 y consagrar de paso a su selección, abriéndole las puertas de los torneos oficiales, ha generado una enorme resaca que llega ya mucho más allá de los frontones y sacude el deporte (y la política) nacional.
Tanto se ha complicado el escenario a lo largo de los últimos meses que ahora mismo los pelotari se enfrentan a un escenario insólito: la ruptura entre la FIPV y su homóloga española (FEPelota) y la posibilidad de que en la Copa de Naciones que se celebrará esta primavera en Gernika participen representantes vascos, pero no españoles.
Para entender el seísmo que está sacudiendo a la pelota vasca dentro y fuera de España hay que remontarse unos cuantos años atrás. Bastantes. Hace poco de hecho Javier Conde, el nuevo presidente de FEPelota, aseguraba a MARCA que habría que mirar a hace 23 años y la salida de la federación vasca (EEPF) de la española (FEPelota), que ahora mismo aglutina a una docena de organismos autonómicos y un delegado.
Una decisión con resaca

No hace falta sin embargo remontarse tan atrás. La chispa que ha encendido la polémica entre los pelotaris es mucho más reciente, del 28 de diciembre de 2024, cuando la Federación Internacional (FIPV) decidió reconocer como miembro a la EEPF, oficializando la selección vasca y permitiendo su participación en torneos oficiales. Entre otros sitios, la noticia se celebró en las oficinas del PNV, pero no gustó a todo el deporte (y política) española.
La Federación Española de Pelota no tardó en tachar lo ocurrido de "atropello nacionalista" y acusó a la FIPV de incumplir su propio reglamento. En un comunicado rotundo denunció que el acuerdo estaba "viciado de pleno derecho" y se gestionó con "un procedimiento irregular y opaco". Entre otras cuestiones denunciaban que España había sido excluida de forma "irregular", mediante "sanciones disciplinarias apresuradas" que permitieron abrir las puertas a la EEPF. "De otro modo hubieran encontrado una fuerte oposición".
FEPelota no se quedó en las palabras y denuncias. En el mismo comunicado avanzaba ya que recurriría a "la justicia ordinaria" y el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), un paso que no tardó en dar. Hoy al frente de la federación española hay un nuevo presidente, Javier Conde, antiguo responsable del organismo navarro; pero la situación no se ha destensado. Al contrario.
A lo largo de los últimos meses se ha ido echando más leña al fuego.
Hace unos días Conde mostraba su deseo de tender puentes, pero entre sus planes no pasa (al menos de momento) retirar la queja presentada ante el Tribunal Arbitral. "El CSD me ha pedido que paralice la impugnación en el TAS y acepte una medición, pero se están diciendo muchas medias verdades".
"Joxemari Mitxelena, nuevo presidente de la EEPF, dice que la española ha denunciado a la Vasca, pero no es verdad. Si el TAS dice que los acuerdos aprobados por la FIPV el 28 de diciembre se ajustan a la ley lo aceptaremos y no habrá problema alguno", esgrime Conde. "El recurso que presentamos en Lausana lo que cuestiona es la validez de esa asamblea porque creemos que se produjeron serias irregularidades".
"Si la modificación estatutaria que permite a la Vasca participar en competiciones internacionales está dentro de la ley no tienen por qué tener miedo a la resolución del TAS. A lo mejor es que saben que no se ha hecho correctamente", deslizaba el responsable de FEPelota. En la misma entrevista aseguraba estar dispuesto a retirar el recurso, pero advertía: "Antes hay que sentarse a hablar. Lo que no pueden pretender desde la Vasca e Internacional es presionarnos antes y marcarnos nuestra estrategia".
El escenario es tan complejo que el propio Conde (en la presidencia desde hace solo unos meses) reconoce que se ha encontrado con una patata caliente que puede tener un desenlace inesperado: con la Federación Española fuera del FIPV a las puertas de la Liga de Naciones que arrancará el próximo 31 de mayo en Gernika-Lumo, una cita que podría desarrollarse con la ausencia de España y la participación de la selección de Euskadi como miembro de pleno derecho.
"He sido grabado, amenazado, insultado y chantajeado como cabeza de la Federación Española, que tiene ahora una amenaza de expulsión de la Internacional”, confesaba Conde a principios de esta semana. Todo indica que no habrá que esperar mucho para saber cómo se desarrolla el caso.
Ayer estaba prevista una reunión entre la federación internacional y la española con la mediación del CDS que acabó suspendiéndose porque no había expectativas de avances. Y hoy la situación podría complicarse aún más con un movimiento de ficha de la Internacional. La FIPV prevé reunir este jueves a su junta directiva y abordar el conflicto. ¿Cuál podría ser el resultado? Según MARCA, una de las opciones es la expulsión de la federación española.
¿Puede complicarse aún más la cosa? Puede. La polémica en torno a la pelota vasca trasciende el ámbito estrictamente deportivo o institucional y toca de lleno el político. Al fin y al cabo una de las claves del caso es la Ley del Deporte que entró en vigor en 2013. En su artículo 48.2 se aclara que para participar en torneos internacionales las federaciones deportivas regionales deben integrarse "necesariamente" en sus respectivas federaciones de ámbito estatal, aunque con una excepción muy significativa.
"Las federaciones deportivas autonómicas podrán participar directamente en el ámbito internacional si la federación internacional correspondiente contempla su participación, en el caso de modalidades o especialidades deportivas, con arraigo histórico y social en su respectiva Comunidad Autónoma", precisa la norma. Eso sí, aclara también que antes el organismo regional debe contar con el ok del CSD.
Esa coletilla deja parte de la pelota sobre el tejado del Consejo Superior de Deportes y ha puesto bajo los focos a su presidente, José Manuel Rodríguez Uribes, quien ya ha deslizado que "la pelota vasca tiene un reconocimiento del CSD y la reconoceremos en su proyección internacional".
"La pelota vasca no es un deporte español en el sentido de que se practique en toda España. Tiene que canalizarse a través de federaciones que tienen y que han recogido esa práctica deportiva, fundamentalmente la de Euskadi, pero también la navarra y rioja. Y eso es lo que tenemos que hacer con estos deportes que son singulares, autóctonos, que tienen ese arraigo social, histórico y cultural", razona Uribe, para quien “se ha dramatizado en exceso” sobre el caso.
Por lo pronto la polémica ha acabado salpicando a otras federaciones regionales, como la navarra y la riojana, y generado reacciones de la Asociación del Deporte Español (ADESP) o incluso el portavoz del PP Borja Sémper.
La gran pregunta es… ¿Qué caminos seguirá a partir de ahora?
Imágenes | Alberto Cabello (Flickr) y EEPF
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7 comentarios
powerjones
Si el articulo hablase de la "pelota catalana" ya tendíamos decenas de mensajes
pablorodriguez_2
Contramedida: q la federación española de sevillanas expulse a quienes habitan por allá arriba. Ea!
chaos1984
Cuando tienes a una sociedad como la vasca y una parte importante de la navarra, ves que está bien podrida de odio, donde pasear por la gran mayoría de calles de sus pueblitos (Hernani, Guernica, Alsasua, Beasain, Tolosa,...) y los cascos viejos de las ciudades vascas y navarras es una oda continua a escupir bilis contra todo lo que se aproxime a España, dando vivas a sus más sanguinarios asesinos en forma de cartelería y fiestas populares varias, defendiendo SU raza superior sobre el resto y su derecho a amedrentar al disidente.
moruiz
Me alegro, menos drama y más escuchar. Si pasa esto no es solo por la política institucional, la gente de allí lo hace notar y es lo que hay.
soytrabajo
El camino que tiene que seguir la pelota vasca, es darle bien fuerte desde el 4 y 1/2. 😀
moxolo
Si es bajo la bandera que impone un tal Franco en 1939 y se refrenda en la reforma de 1978 no hay problema, no es política. Si es bajo la ikurriña, sí. Incoherente. Menos españolismo rancio y más aprender del 6 naciones de rugby.