Idealista ha calculado la "tasa de esfuerzo" de los españoles para pagar el alquiler. El panorama no es alentador

Comprar casa no es fácil. Alquilar, tampoco. Cada mes gran parte de las familias españolas que viven como inquilinas desoyen el consejo de los expertos y exponen sus bolsillos a situaciones de "sobreesfuerzo", lo que significa que se ven obligadas a pagar a sus caseros un pellizco de sus ingresos mayor de lo deseable. Cuando se baja al detalle, como acaba de hacer Idealista, se observa sin embargo un fenómeno curioso: no en todas las ciudades los inquilinos hacen el mismo esfuerzo. Es más, hay muchas capitales de provincia en las que ese esfuerzo es totalmente asumible.

La gran pregunta por lo tanto es: ¿Es el sobreesfuerzo un problema del mercado residencial español en general o más bien algo que pesa sobre ciertas ciudades internacionalizadas, como Madrid, Barcelona y Málaga?

Un porcentaje: 36%. Esa es la "tasa de esfuerzo" que soportaban al cierre de 2024 los hogares españoles que viven de alquiler. O al menos así la ha calculado Idealista en un estudio en el que se nutre de dos grandes fuentes: los anuncios publicados en su propia web y el Instituto Nacional de Estadística (INE), que le ha servido para obtener información sobre los hogares y la renta de las familias.

El dato es interesante porque (tecnicismos aparte) la "tasa de esfuerzo" es un indicador importante para cualquier inquilino: muestra qué porcentaje de ingresos dedica a pagar su vivienda. La recomendación general es que ese gasto no supere del 30% de las ganancias anuales. Hay quien lo estira un poco más y habla de sobreesfuerzo solo a partir del 40%. Se tome una u otra referencia, Idealista refleja que de media España supera la barrera del 30% y pisa ya la zona roja.

Una cifra: 981 euros. El estudio no solo pone el termómetro al esfuerzo que hacen los españoles para pagar sus alquileres. Baja también a datos en euros contantes y sonantes. Y su conclusión es que, de media, en España arrendar un piso tipo de dos habitaciones exige 981 euros al mes, bastante por encima de lo que tendría que costar para que un hogar estándar pudiese alquilarlo sin cruzar esa línea roja del 30% de sus ingresos anuales. Idealista cree que ese precio "razonable" y asumible se sitúa en 764 euros.

Los motivos. El dato vuelve a ser interesante por varias razones. Primero porque refleja que la diferencia entre el precio “razonable” y la media que se maneja en el mercado es de 217 euros mensuales. Segundo porque el estudio muestra que hay muy pocas viviendas que se ajusten (o estén por debajo) de esos 764 euros. Según sus cálculos son solo el 32%, lo que significa que el restante 68% de la oferta de vivienda en alquiler exige a los arrendatarios tensar sus finanzas.

Una ciudad: Barcelona. En su estudio Idealista baja al detalle de algunas capitales de provincia, lo que le permite apreciar una realidad interesante. El esfuerzo para hacer frente a los alquileres no es igual de intenso en todas las ciudades. Es más, hay bastantes urbes en las que (de media) las familias ni siquiera se ven obligaas a cruzar la línea roja del 30% de sus rentas anuales. Se aprecia bien comparando dos casos extremos: Barcelona y Ciudad Real.

En la primera, la Ciudad Condal, Idealista calcula que el "alquiler razonable" por un piso de dos habitaciones sería de 1.036 euros. Es decir, esa es la renta mensual que de media podrían pagar las familias barcelonesas sin tener que gastar más dinero de sus ingresos del recomendado. Sin embargo hay muy pocas casas que se ajusten a ese tope, solo el 16%. Los alquileres reales de mercado son muy superiores y se sitúan de media en 1.796, lo que explica que la ciudad tenga la mayor tasa de esfuerzo de las capitales: 49%.

Ciudad Real. En el polo opuesto está Ciudad Real, donde la foto de Idealista es radicalmente distinta. Allí la barrera del "alquiler razonable" estaría en 881 euros, una cantidad a la que se ajustan el 98% de las viviendas ofertadas. Es más, la mensualidad media que se pide por una casa de dos habitaciones está en 501 euros, por debajo de esa línea roja. En consecuencia la tasa de esfuerzo es de solo el 16%.

Una pregunta: ¿Es un caso aislado? No. Ni el de Barcelona ni el de Ciudad Real. De hecho el informe revela algo más: que aunque de media España registre una tasa de esfuerzo del 36%, varios puntos por encima de lo deseable para los inquilinos, en realidad ese indicador solo supera el 30% en un puñado de grandes capitales caracterizadas por su elevada población, internacionalización y perfil turístico.

En Málaga, por ejemplo, que ha destacado en los últimos años por su capacidad para captar multinacionales tecnológicas y como destino de nómadas digitales, la tasa de esfuerzo es del 42%. En puntos turísticos como Palma, Valencia, Alicante, Las Palmas, Donostia o Tenerife supera también el 30%.

Un dato: 39 capitales. Ciudad Real tampoco es la única localidad en la que la tasa de esfuerzo está en el torno o incluso por debajo del 20%. En la misma situación se encuentran Teruel, Palencia, Jaén y Melilla. En general el Idealista refleja que hay 39 capitales en los que el indicador no llega a 30%. Otras ocho cabeceras de provincia se mueven entre 30 y 40% y hay cinco entre 40 y 49%.

Los datos están en línea con la evolución de la tasa de esfuerzo a nivel nacional, que se ha mantenido entre 2020 y 2021 en torno al 30% y ha aumentado en los últimos años, pero sin sobrepasar el 40%, como en Barcelona o Madrid.

Un nota a pie de página. El estudio de Idealista es solo eso, un estudio. Y como tal hay que tomarlo, teniendo en cuenta además que focaliza su análisis en un perfil muy concreto: sus autores se han centrado en un perfil de 2,4 personas/hogar, "un tamaño medio actual" según el INE, precisan. La presión será por lo tanto mayor en el caso estándar de una pareja sin hijos que alquile vivienda.

Para calcular la tasa de esfuerzo tuvieron en cuenta además la "cuota anual de ingresos netos medios del hogar que se destina al pago del alquiler" de una casa muy específica también, de dos dormitorios. En cuanto a los ingresos de las familias y el peso de las viviendas se fijaron en la cantidad de renta que destina cada hogar "al pago del alquiler". Al realizar el mismo ejercicio otras fuentes incluyen gastos fijos asociados a la vivienda, como agua y electricidad.

Imágenes | Eduardo Rodríguez (Unsplash) y Kaspars Upmanis (Unsplash)

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