China es en la actualidad el segundo país con mayor población de millonarios residiendo en su territorio, con más de 6,2 millones de millonarios. Ciudades como Pekín, Shanghái y Shenzhen tienen entre sus residentes a casi tantos millonarios como Nueva York o Londres, siendo hogar de empresarios como Zhang Yiming, Jack Ma y Li Ka-shing.
Sin embargo, la fortuna amasada por Wu Bingjian, más conocido en occidente como Howqua, eclipsa a todos ellos. Este comerciante del siglo XIX no solo fue el hombre más rico de China, sino que superó a los pujantes Vanderbilt, Rockefeller, Morgan o Ford e incluso a la reina Victoria, en una época donde su fortuna era comparable a la de los grandes magnates actuales.
Un visionario en la dinastía Qing
Nacido en la provincia china de Funjian en 1769, Wu Bingjian provenía de una familia de comerciantes en Cantón. Su padre, Wu Guorong, al que apodaban Howqua, fundó la compañía Yihehang (Casa del Jardín) en la década de 1780.
Era un negocio que se beneficiaba del monopolio comercial de la región gracias al llamado Yīkou tōngshāng o Sistema Cantón. Bajo este esquema, los extranjeros solo podían comerciar con una de las 13 casas de comerciantes oficiales chinas, los Cohong, que controlaban la entrada y salida de productos como el té, el algodón y la seda.
Tras la muerte de su hermano mayor, Wu Bingjian heredó el apodo Howqua de su padre con el que le conocían los extranjeros, y asumió la dirección de la compañía en 1801. Bajo su mando, la compañía se transformó para convertirse en un emporio que, para 1834 ya acumulaba en equivalente a 26 millones de dólares de la época, que supondrían unos cuantos miles de millones de dólares en la actualidad.
Esta fortuna le valió al historiador Alain Le Pichon para considerar a Howqua como "el Bill Gates de su tiempo" en su obra 'Howqua y los Howqua: cómo un monopolista chino salvó a los partidarios del libre comercio estadounidenses de la ruina financiera'. Su habilidad para negociar con los británicos de la Compañía Británica de las Indias Orientales y con los comerciantes estadounidenses emergentes fue clave para su éxito.
Estrategias que marcaron la diferencia
A principios del siglo XIX, puerto de Cantón era un hervidero de oportunidades comerciales. En 1830, Howqua ya suministraba a la Compañía Británica de las Indias Orientales unas 51.000 cajas de té anuales, lo que representaba un 18% del total de las compras de la compañía.
Este té luego se servía en los salones más selectos de Londres, Ámsterdam o EEUU bajo la marca Wu Jia Yihe.
Como señalan desde South China Morning Post, a diferencia de otros compatriotas, Howqua no tenía problema en negociar con cualquier extranjero que le aportara algún tipo de beneficio. Uno de esos extranjeros fue John Murray Forbes, presidente de la norteamericana Perkins & Co, que en sus inicios comerció con té chino, para más tarde hacer fortuna con el opio.
Uno de los beneficios que encontró Howqua a la hora de negociar con los comerciantes estadounidenses era que, según el historiador Alain Le Pichon, usaban "las prácticas comerciales más audaces disponibles en ese momento", como es el uso de crédito para las compras, lo que incrementó los beneficios de Howqua.
El contacto con John Murray Forbes le franqueó el acceso a inversiones en Estados Unidos, una estrategia que lo posicionó como pionero en la globalización financiera y el primer registro de inversión china en EEUU.
Su buena sintonía John Murray Forbes se afianzó cuando este le ofreció invertir en el desarrollo de la línea del Ferrocarril Central de Michigan y del Ferrocarril del Río Berlintown y Missouri. Estas inversiones se harían a través de una sociedad llamada Qichang Foreign Company bajo la titularidad de Howqua con la que el millonario chino multiplicó su fortuna.
Para 1834, Howqua ya era considerado el hombre más rico del mundo con un capital calculado en torno a veintiséis millones de dólares de plata o 'real de a ocho', una divisa conocida como dólar español que estuvo vigente hasta mediados del siglo XIX cuando se desautorizó su uso.
La guerra minó su imperio
Pese a que se tiene constancia de su gran riqueza, los registros no mencionan cómo gastaba su riqueza este magnate del comercio. Lo único destacable fue una enorme mansión en Cantón con enormes un imponente salón ancestral y rodeada de hermosos jardines.
La Primera Guerra del Opio (entre 1839 y 1842) marcó un punto de inflexión en su economía, tras los importantes desembolsos económicos que tuvo que hacer para cumplir con las indemnizaciones pactadas en el Tratado de Nankín. Howqua contribuyó con un millón de dólares de plata, de los seis que comprometía el tratado.
Howqua murió en 1843 y su riqueza no perduraría durante mucho tiempo más. Conflictos como la Rebelión Taiping y la Segunda Guerra del Opio devastaron la región y drenaron las finanzas de las familias comerciantes. Los descendientes de Howqua se vieron obligados a vender sus propiedades en el extranjero para cubrir sus deudas en China.
En 1891, la caída de Russell & Company, encargada de manejar estas inversiones en EEUU de los herederos de Howqua puso el colofón final al legado económico de este "Jeff Bezos" chino en el siglo XIX.
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Imagen | Wikimedia Commons
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