¿Partir tibias por siete puntos distintos? Check. ¿Regar con fuego químico a sus adversarios? Lo tenemos. ¿Acostarse con una tía en mallas mientras escuchas los gritos de auxilio de criminales? Sí, confirmado también. ¿Practicar sexo oral? Ah no, eso sí que no.
La gran noticia del mundo del cómic de la semana tiene como origen una entrevista a uno de los creadores de la serie de dibujos animados Harley Quinn, para HBO Max. En Variety Justin Halpern contó cómo los ejecutivos de DC forzaron a los guionistas a quitar un fragmento donde el Cruzado de la Capa pensaba darle placer a Catwoman.
La serie lleva tres temporadas, está teniendo una buena acogida y su tono está más próximo a series tipo BoJack Horseman o Family Guy que a la famosa serie de dibujos de los años 90 que conocimos los españoles. Hay tacos, hay violencia muy explícita y chistes sexuales de forma recurrente, pero, para la dirección, este detalle argumental entraría en conflicto con la imagen heroica del personaje. “Si Batman es de los que lame ahí abajo va a ser difícil vender sus muñecos”, le dijeron.
Twitter lleva dos días completos sumidos en el siguiente y enriquecedor debate: ¿tienen razón los de DC en pensar que Batman es de los que no baja? ¿Qué tipo de sexo tiene el detective más torturado del universo superheróico? Como escritor y productor de la serie Gotham, Tze Chun se ha arrogado la potestad para resolver la cuestión: “He escrito a Batman y sí, sí que lo hace. ¿Los pinchos de su máscara? Agarraderas. ¿Nunca te has preguntado por qué su máscara no cubre la parte de la boca?”. A decir verdad, no podemos considerar a Chun uno de los principales constructores del universo del hombre murciélago, como sí podrían ser Frank Miller o Grant Morrison, así que la cuestión sigue abierta.
Jim C. Hines, escritor y al parecer también archivista, ha rescatado una famosa viñeta del personaje: “si hago esas cosas y me permito bajar a esos lugares… Nunca más volveré de allí”.
Did anyone beat me to this? pic.twitter.com/NvxC9TTuCD
— Allie Goertz (@AllieGoertz) June 16, 2021
La respuesta más evidente no es si Batman lo hace o no, sino más bien cuáles de los muchos bátmanes se prestaría a la tarea. Cuentan algunos: “basta pensarlo medio segundo para ver que el Batman de El Caballero Oscuro no, pero el de Año Cero, por ejemplo, claro que sí. El de Nolan no. Adam West, sí. Clooney desde luego (a toda la galería)”, etc. Si lo miramos desde el punto de vista global y tomamos como bueno el comentario de los propietarios de la licencia, “si Batman no come coño refuerza el estereotipo de que los billonarios son capullos egoístas”, lo que confirma que “Batman folla fatal y ahora esto es canon”.
Batman not eating pussy just reinforces the very true stereotype that billionaires are all selfish schmucks.
— The Volatile Mermaid (@OhNoSheTwitnt) June 14, 2021
of COURSE billionaire Batman rejects the only ethical consumption under capitalism
— lolennui.bsky.social (@lolennui) June 15, 2021
¿Sabrá el héroe de Robert Pattinson de próximo estreno cambiar las tornas? Por su historial interpretativo sabemos que el actor se prestaría encantado a adentrarse en ese tipo de territorios. Es más, por asociación con los rumores que corrían sobre sus hábitos personales, Pattinson ya ha procurado una imagen mental sobre el personaje largamente conjeturado por las masas: Batman en la vida real tiene que oler mal, muy mal.
En cualquier caso tendrá que ponerse las pilas, porque si la ridícula pero divertida polémica ha servido de algo es para recordarnos que en eso de prácticas amorosas Bruce Wayne se queda muy atrás frente a otros colegas de profesión.
Si es cierto que los de DC quisieron censurar el fragmento por la práctica sexual concreta descrita, a nadie le cabe duda que se trata de un casi de machismo incongruente para más inri con las prácticas de la sociedad actual.
Pero si se trata de un malentendido y lo que los productores quisieron evitar fue el retrato de sexo explícito o implícito en cualquiera de sus manifestaciones, estamos ante otro ejemplo más del signo de nuestros tiempos en cuanto a imagen superheróica y de la cultura social en general. Influidos por la fuerza censora de los calificadores de edad recomendada de las películas de la estadounidense Motion Picture Association, el audiovisual (que no el cómic) lleva décadas plagado de mundos de acción con hombres y mujeres de cuerpos escultóricos pero con vidas asexuadas, en los que los seres humanos podrían nacer brotando del suelo, como las plantas, mientras no se nos escatima la dimensión violenta de las peleas con los enemigos y la exposición a la muerte y la sangre no suponen motivo de preocupación para con los espectadores más jóvenes. Sí, alguna vez los encapuchados han practicado sexo en el cine o las series (también Batman, incluso en los dibujos), pero son situaciones anecdóticas, sobre todo desde la hegemonía de Marvel.
Se trata de algo profundamente interiorizado en las plateas de todo el mundo, pero no por ello deja de ser una anormalidad histórica dentro del entretenimiento de masas (preguntémosle a griegos y romanos qué elementos había en sus obras). Almodóvar dio hace un par de años con la clave cuando afirmó: “¡El ser humano tiene tanta sexualidad! […] La sexualidad no existe para los superhéroes. Están castrados. Tienen un género desconocido, la aventura es lo importante”. Un Batman del manchego, no nos cabe duda, no tendría problemas en alegrarle la tarde a ninguna dama en traje de cuero sadomaso.