Septiembre: la gente vuelve de vacaciones y necesita una afición nueva. Yo también. Mi plan era traerme a casa todos los coleccionables de kiosco, para decidirme, hasta que me di cuenta que necesitaría una maleta, brazos extra y una casa más grande.
Tuve que descartar la colección de novelas de romance de Johanna Lindsey, porque no había ni ninjas ni dinosaurios en las portadas; a Cervantes y a Platón porque ya los tengo. El de Cervantes, eso sí, era del tamaño de una cazuela. También los libros troquelados de María Pascual y otro par de colecciones.
Me volví a casa con un cráneo humano de plástico, una guitarra para gnomos, y dos clásicos de septiembre: Segunda Guerra Mundial y Conan. En total, casi un metro cuadrado de cartón. Por la calle parecía un trapero. ¿Que exagero? Veamos: el cartón de la Segunda Guerra Mundial mide 48x45 centímetros. El de las guitarras 46x40 cm. (la guitarra en cuestión mide 17x6 cm.); los de Conan y tricotar miden lo mismo, 34x43 cm. Y la cajita del cuerpo humano son 29x23x7. Ya no es el peso, es que son inmanejables.
El unboxing de un coleccionable
Hay que elegir uno para desempacar, así que opto por el del cuerpo humano haciendo caso de su reclamo publicitario:
El esqueleto del cartón no sólo lleva gorra, también monta en monopatín. Es un esqueleto de la calle, como tú y yo, como Idris Elba en The Wire. Y, aparte, es el único coleccionable que se ha molestado en pensar que tengo que volver a casa cargado. La caja es de un tamaño aceptable para lo que tiene dentro y, además,
Una vez abierta la caja me encuentro tres fascículos, un boletín para suscribirme (¡me dan un microscopio si lo hago!) y un folleto para ganar un iPad en un concurso. Ajá.
¿Ese cráneo metido en un blíster? No es fácil de abrir.
Pero queda estupendo una vez que lo has montado (y que has recuperado la mandíbula que salió volando al abrir el blíster).
Así que sí, el coleccionable del cuerpo humano ha satisfecho todas mis expectativas: ahora tengo medio cráneo con el que hacer gifs. ¿El resto? Bueno, lo de tricotar tengo que leerlo porque explican cómo hacer una funda para iPad con las agujas y la lana y para mí eso es brujería. También podría mirar unos youtubes en vez de acumular manuales en casa. El volumen de Conan tiene dinosaurios,
el de la Segunda Guerra Mundial ilustraciones bucólicas (y cientos de mapas)
Y el coleccionable de guitarras mete esta Rickenbacker 325 en miniatura
y dedica todo el folleto a John Lennon, a pesar de que habla de BRITPOP. Es una de estas ocasiones en las que sí merece la pena enlazar la Wikipedia. Salvat: John Lennon llevaba años muerto cuando surgió el britpop, ¿vale? Oasis, Blur, los 90. No era tan difícil.
¿Cuánto cuesta una colección entera? ¿Cuánto se tarda?
Si me apunto a algo tal vez sea a Conan. La colección de la Espada Salvaje era una de las pocas que no seguía en los 80 y a lo mejor es razonable. Además, en el apartado de suscripciones -porque las entregas dejan de llegar a los kioscos a no ser que pidas una para ti- regalan la "espada atlantean" por sólo dos euros más cada entrega. Son 91 libros en total, repartidos en 90 entregas: la primera cuesta 2,99 euros y las siguientes salen a 7,99 euros. Si lo quiero sin espada me sale a 714,10 euros. Con la espada serían 261 euros más.
Tardaría un año y casi nueve meses en hacer la colección. Y me costaría 975 euros.
Las guitarras
Dos entregas al mes. 60 entregas. 9,99 euros cada conjunto de guitarrita y fascículo. Más los 6,99 de la segunda entrega y los 2,99 de la primera. Total: 589,40 euros y más de dos años para conseguir completar una vitrina de guitarritas.
Tricot
446,10 euros en 90 entregas semanales. Y por 45 euros una máquina de coser portátil. Es de las más baratas y encima aprendes algo.
El cuerpo humano
En algo más de año y medio conseguiré crear mi propia criatura de Plastikestein. Sólo me costará 629,05 euros. Y me dan un microscopio y una mochila, además de un "vinilo adhesivo medidor" para que pueda ver cuánto he encogido en todo ese tiempo.
La Segunda Guerra Mundial
El nombre del segundo fascículo suena a novela romántica: "Hitler entra en París", así que me voy a lanzar encima de él. Si he entendido bien la estructura, los libros salen a 8,95 a los suscriptores y se puede hacer en menos de un año, con lo que sumando todo tendría una biblioteca (más) de la Segunda Guerra Mundial por unos 335 euros.
Pero no sé si puedo permitirme tanto espacio después de ver algo así:
¿La conclusión? Los coleccionables de kiosco practican la misma guerra evolutiva que las plantas: intentan sacar el envoltorio más grande posible para asfixiar a la competencia (y al quiosquero, y al cliente). Y luego ya el que pueda y quiera se suscribe. Sin cartón.