La Segunda Guerra Mundial acabó hace casi ocho décadas, pero estos días en Japón se habla de ella como en los mejores tiempos del emperador Hirohito. Y con razón. Los restos de la contienda acaban de provocar allí un susto mayúsculo que se ha saldado con una explosión brutal, un cráter de siete metros de diámetro, un aeropuerto cerrado, la policía revolucionada y decenas de vuelos cancelados.
Al fin y al cabo 80 años quizás parezcan muchos, pero no son suficientes para borrar los restos de la guerra en Japón. Ni en la memoria. Ni bajo el suelo.
Susto en Miyazaki. El aeropuerto de Miyazaki, al sudeste de Japón, se dedica sobre todo a vuelos domésticos y con otros puntos de Asia, como Taipéi o Seúl. El miércoles se convirtió en noticia sin embargo por algo que nada tiene que ver con su operativa, volumen de pasajeros o el tráfico de mercancías que mueve. Parte de una de sus pistas de aterrizaje saltó por los aires, dejando un gran boquete de un metro de profundidad y siete de diámetro perfectamente visible desde el aire.
¿Y qué lo causó? Por increíble que parezca, la causa fue la Segunda Guerra Mundial. O su legado, más bien. Como comprobarían más tarde las autoridades, el cráter lo causó una bomba estadounidense de 500 libras —cerca de 220 kilos— que se había quedado enterrada a los pies de la terminal. El explosivo acabó sepultado bajo el asfalto de la pista, donde permaneció casi 80 años sin que nadie volviese a acordarse de él ni se diera cuenta de su presencia. Hasta el miércoles, claro.
¿Qué la hizo estallar? Eso es lo que investigan ahora los militares y la policía japonesa, que han confirmado el origen estadounidense de la bomba y garantizan que ya no hay peligro en la zona. Lo que sabemos gracias a un vídeo tomado desde una escuela de aviación próxima a la pista es que la explosión fue de calibre e hizo saltar trozos del asfalto por los aires. Eso y que el aeropuerto de Miyazaki se abrió en 1943 como una instalación de la Armada Japonesa y llegó a servir de base para misiones kamikazes. Hace unos años de hecho un grupo de expilotos de la Armada Imperial se propuso montar un museo que recordase el pasado del aeródromo.
Más de 80 vuelos suspendidos. Lo ocurrido en Miyazaki fue algo más que un susto. Aunque no hubo heridos y el Gobierno asegura que no había aviones cerca cuando la bomba estalló, el incidente fue lo suficientemente grave como para que las autoridades decidiesen cerrar sus pistas y cancelar vuelos. 87 operaciones en total que, según precisa Reuters, que afectaron a algo más de 3.400 pasajeros.
El Secretario Jefe del Gabinete de Japón, Yoshimasa Hayashi, confiaba en que la terminal de Miyazaki pudiese reabrirse y volver a la normalidad hoy, jueves. "No hay amenaza de una segunda explosión y policía y bomberos están examinando la escena", aseguraba. Para confirmar el origen del explosivo incluso se recurrió a un equipo especial de desactivación de bombas de las Fuerzas de Autodefensa.
¿Un caso excepcional? En exactamente. No es habitual encontrarse con explosiones así, pero esta no es la primera vez que un explosivo de la Segunda Guerra Mundial da un susto en el siglo XXI. Hace no mucho, mientras cavaban un hoyo, los empleados de una escuela de las Islas Salomón se toparon con un antiguo arsenal con más de 200 proyectiles oxidados y en primavera, durante unas obras, se localizó otra bomba de media tonelada de la Segunda Guerra Mundial en el campo del Mainz, en Alemania. Otro artefacto similar apareció en Florida.
La BBC precisa que entre 2009 y 2011 ya se habían localizado explosivos estadounidenses sin detonar cerca del aeropuerto de Miyazaki. A pesar de que acaban de cumplirse 79 años de la rendición de Japón tras la Guerra Mundial, en el país siguen retirándose viejas bombas sin detonar de aquella época, herencia de los ataques aéreos. Solo en 2023 se eliminaron 37,5 toneladas de explosivo.
Imágenes | Hideyuki Kamon (Flickr) y Greg Goebel (Flickr)
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