Se estrena 'Vengadores: Infinity War', el evento cinematográfico más grande de Marvel. Desde 2012 hemos temido la aparición de Thanos, el enemigo que viene a hacer algo de criba entre las filas de los Vengadores, así que nos hemos propuesto hacer un repaso a la vida del autor que le dio vida, Jim Starlin, en ocho escenas que abarcan desde su juventud hasta la actualidad. Pero no empezamos por el principio, no, sino casi por el final...
Sorpresas te da la vida
Es 2012 y Jim Starlin se dirige a ver 'Los Vengadores'. Al final de la película se reproduce la segunda escena post-créditos más importante de la historia de Marvel (la primera, obvio, es la de 'Iron Man'): detrás de la invasión chitauri se halla Thanos, el titán loco, que queda perfectamente caracterizado con muy poco.
El autor estadounidense, quien había mantenido un perfil discreto durante los últimos años, descubrirá poco después que los focos están sobre él, una vez se confirma que Thanos será el mayor enemigo de los Vengadores cinematográficos.
En la pantalla, el gigantón púrpura sonríe. En las butacas, el público enloquece. Jim Starlin ni una cosa ni la otra: está presenciando el plan de Marvel a largo plazo, han incluido a su personaje… y ni siquiera le han pagado la entrada del cine. Que Marvel no lo hiciera con ‘Thor’, donde aparecía el Guantelete del Infinito, tenía un pase, pero esto es el colmo y así lo expresa en público.
Mientras Starlin pregunta dónde está su dinero, otras cuestiones flotan en el ambiente: ¿cómo es posible que el órdago de Joss Whedon, deseoso de elevar las apuestas, se haga realidad seis años más tarde? ¿Cómo una creación desgastada por el tiempo y el abuso editorial puede crear tanta expectación de los fans?
En Espinof | 'Los Vengadores', gracias, Joss Whedon
Un encuentro con Ditko
Es 1964. Nueva York bulle con la Feria Mundial y un quinceañero Jim Starlin se encuentra en la ciudad. Ha venido desde Detroit, pero su objetivo no es tanto la feria como conocer a algunos de los profesionales del cómic que admira desde pequeño: el joven devorador de cómics usa el listín telefónico como un vulgar Terminator e intenta quedar con alguno de sus héroes.
Un despistado Steve Ditko, cocreador del Doctor Extraño y Spider-man, le recibe en su casa, y sólo porque el joven le pilla con la guardia baja; Starlin recuerda la experiencia como enriquecedora y le da más fuerzas para insistir en su futuro como autor de cómics. También recuerda un cuaderno lleno de bocetos de brazos y un atisbo de la estricta disciplina del dibujante.
Es fácil imaginar la vuelta de Starlin a su instituto, donde habla de cómics a escondidas con Al Milgrom (futuro currela marvelita y no muy apreciado por el fandom): mientras que el primero está más cercano a los pandilleros como los de 'Cuenta conmigo’, Milgrom parece otro muchacho pijo de fraternidad. Su entusiasmo les retroalimenta y ambos escalan del mundo amateur al del fanzine.
Algún día, sueña Starlin, podrá seguir los pasos de Steve Ditko. Hasta entonces, le basta con practicar dibujando a chicas ligeras de ropa para los salidos de sus amigos o creando sus propios cómics de Hulk.
El accidente
Finales de los sesenta. Jim Starlin está en un helicóptero a punto de estrellarse en Sicilia y mira a la muerte a los ojos. Lleva meses en una base militar porque, debido a problemas con la ley por pandillero, tuvo que alistarse.
Siempre fue alguien temperamental, pero esta experiencia no le va a calmar el carácter. Tampoco va a reconducir su vida, por el momento: después de sobrevivir al accidente de helicóptero marchará al frente en la guerra de Vietnam, donde las cosas se pondrán peor.
Son demasiados traumas, pero Starlin cuenta con una forma de gestionar el dolor y la ansiedad: ora en la base militar, ora en el hogar, lo único que le evita un mal mayor es coger un lápiz y ponerse a dibujar.
A su vuelta, busca ayuda y se apunta a clases de psicología en un colegio comunitario. En sueños, los traumas toman cuerpo como una serie de personajes: de ahí surgirán Eros o Mentor.
El más imponente es Thanos, inspirado en Tánatos, el dios de la muerte sin violencia y cuyo diseño inicial bebe en parte de Metrón, un personaje creado por Jack Kirby en sus cómics del Cuarto Mundo.
Starlin no será nunca psicólogo, pero las clases han cumplido su función: Thanos y los habitantes de Titán se quedan en un cajón, después de haberle proporcionado algo de alivio.
La fortuna de uno es la desgracia de otro
Estamos en 1973. El compañero de piso de Jim Starlin, Mike Friedrich, necesita ayuda con la que colección que está escribiendo, 'Iron Man',pero poco imaginan que ese número marcará un antes y un después en la carrera de ambos.
Desde 1972, Jim Starlin trabaja para Marvel y se dedica a arreglos y portadas en diversas colecciones. Un machaca, vamos, al que el editor Roy Thomas ve potencial y que permite la colaboración de ambos.
Nuestro protagonista lleva esperando una oportunidad como esta mucho tiempo: habla de una civilización avanzadísima de Titán, una de las lunas de Saturno, y del conflicto que llevó a Thanos a hacerse con el planeta, desterrando el pacifismo de Mentor, anterior mandatario y padre del purpurín. También presenta a Drax, un poderoso ser creado por Cronos, padre de Mentor, para hacer frente al villano. Lo da todo, como si adivinara lo que germinará de su esfuerzo.
Esas veinte páginas, que hoy por desgracia serían narradas en seis números para ser recogidas en tomo, señalan a Jim Starlin como alguien a seguir. Ni siquiera el traspiés con el siguiente número de 'Iron Man', narrado con retranca y desmitificación por Steve Gerber y Starlin y que enfureció al mismísimo Stan Lee, consiguen parar su carrera.
Thomas, con tal de tenerle cerca, le propone hacerse cargo del Capitán Marvel. Para ello, tendrá que colaborar en un par de números con Mike Friedrich y escribir uno en solitario: si su trabajo supera al de su colega, puede permanecer en la cabecera como autor completo.
Unos meses más tarde, Friedrich se queda sin 'Capitán Marvel' y le cancelan o apartan del resto de títulos en los que está trabajando. Jim Starlin, por su parte, se convierte en autor completo y narra en su recién adquirida cabecera 'La guerra de Thanos', su primera gran obra y donde toma por asalto, de manera literal, los cielos.
¿Alguna vez has volado a la luz de la luna?
Seguimos en los 70 y los viejos hábitos nunca mueren. Jim Starlin corre, de noche y con las pupilas dilatadas, por Nueva York: ya le daba a las drogas desde el instituto y, ahora que está al frente de un título cósmico como Warlock, no va a dejarlas.
En la redacción de Marvel son bien conocidas las batidas narcóticas nocturnas de los guionistas y dibujantes Steve Englehart, Frank Brunner, Al Milgrom, Alan Weiss y Jim Starlin. Las calles de Nueva York (no la ciudad amigable de ahora, sino la versión siniestra antes de la teoría de las ventanas rotas) son su campo de juego, engullidas bajo un cielo líquido y vientos de terciopelo. Algunos compañeros, como el guionista Gerry Conway, ni pueden ni quieren seguirles el ritmo.
La propia editorial vive una época de libertad creativa, puede que más por dejadez que por una verdadera necesidad de fomentar la imaginación. Jim Starlin continúa haciendo terapia: si había convertido al Capitán Marvel en un guerrero desnortado que ascendía a la divinidad mediante disciplina, transforma a Warlock de mesías a esquizofrénico y lo enfrenta contra el Magus, su yo malvado del futuro.
El cómic de Warlock depura las ideas sobre la vida y la muerte de Starlin y contiene puntos tan transgresores como que el protagonista decida suicidarse para borrar la existencia de su némesis. También arremete contra la religión organizada, representada por la Iglesia Universal de la Verdad y creada por el mismo Magus.
La serie será muy cósmica, pero se ve afectada por algo tan mundano como la falta de papel, que obliga a Marvel a cancelar algunas colecciones. Como aún quedan cabos sueltos, Starlin los irá resolviendo en otras colecciones hasta el 'Marvel Two-in-one Annual 2'.
Al final, Warlock completa el ciclo de su suicidio y Thanos termina convertido en piedra. Podria decirse que Jim Starlin ha terminado una etapa, pero su metamorfosis no ha terminado.
La odisea del autor íntegro
Empiezan los ochenta. El padre de Jim Starlin enferma de cáncer y muere.
Hasta entonces, había jugado con la misma muerte, bien como amenaza a los héroes o personificada, como compañera y objeto de deseo de Thanos. Sus cómics exploraban ideas sobre el suicidio, la iluminación y la trascendencia, pero había un aspecto de la muerte que no había tocado aún.
Como caído del cielo, a Starlin le viene el encargo de matar al Capitán Marvel para dar salida a las Novelas Gráficas Marvel, una idea de Jim Shooter, editor jefe de la época, para dignificar un poco la editorial mediante contenidos y formatos de corte europeo.
Y entonces, el Capitán Marvel enferma de cáncer y muere.
Como terapia, funciona; como cómic, ‘La muerte del Capitán Marvel’ supone un hito. El héroe muere en la cama, sin que nadie pueda hacer nada, y en sus últimos momentos le acompaña el espíritu de Thanos para que acepte la muerte. Tan impactante es que, pese a algún intento editorial, el Capitán Marvel no ha resucitado en un universo, el marvelita, con puertas giratorias a la otra vida.
La paz mental no será la única recompensa para el autor, porque le permiten iniciar en la revista Epic, también de Marvel, 'La odisea de la metamorfosis'. Se trata de una saga, de la que Starlin retiene sus derechos, que se extenderá por varias editoriales, varias colecciones y hasta formatos, de la historia corta a la novela gráfica pasando por la grapa mensual. En España está recopilada por Planeta DeAgostini. Varias veces.
Sin embargo, su aventura independiente no le lleva las habichuelas al plato igual que con las dos grandes, y encuentra trabajo en DC. Entre sagas estelares como 'El Extraño' y 'Odisea Cósmica', también guioniza a Batman en aventuras tan populares como 'Las diez noches de la bestia' y 'La secta'.
Pero con el caballero oscuro tiene un problema, personificado en la figura de Robin. Lo considera un menor explotado, no un comparsa. Para colmo, este segundo Robin (el primero se había convertido en Nightwing) es insufrible, así que convence a su editor de matarlo.
Como cómic, funciona; como decisión editorial, ‘Una muerte en la familia’ supone el despido de Starlin. No era mala idea en papel, pero el departamento de marketing se pone histérico porque Robin no puede morir, que es casi tan famoso como Batman.
Y así, Mister Muerte, que es como se conoce amigablemente a Starlin en el mundillo editorial, refrenda su título y vuelve a Marvel.
El infinito como eterno retorno
Son los años 90. Jim Starlin decide traer de vuelta a Thanos, el personaje de Marvel con quien siente mayor simpatía y no sólo por ego.
Está guionizando la colección de Estela Plateada cuando revela que Thanos ha resucitado para contentar a la Muerte, enfadada por la sobrepoblación del universo. Algo tiene el mazacote púrpura, porque nuestro autor tiene tendencia a usarle en cuanto pisa Marvel.
Lo que viene a continuación es la elevación de su hijo a icono pop, primero mediante la miniserie ‘La búsqueda de Thanos’ pero sobre todo por ‘El Guantelete del Infinito’. La primera muestra a un Thanos aún más astuto que de costumbre, un pagamuertos (por aquello de contentar a la Muerte) que ni siquiera en la victoria consigue lo que quiere.
Por su parte, ‘El Guantelete del Infinito’ narra cómo Thanos ha conseguido ser tan poderoso como para erradicar a la mitad del universo… con un chasquido de dedos, en una perversión del Arrebatamiento. Al final (atención destripe de un cómic con más de décadas de antigüedad), Thanos vuelve a sembrar su propia derrota, pero consigue algo parecido a un final feliz.
Del cómic para fuera, Thanos se convierte en una celebridad. Seamos sinceros, conseguir ser un malo reconocible incluso por el que no lee cómics es algo reservado para muy pocos, y menos para personajes nacidos después de la Edad de Plata de los cómics. Marvel le necesitaba para dar algo más de vidilla a, por ejemplo, los videojuegos.
Se inicia una maquinaria dispuesta a arrancarle todos los huevos de oro a la avariciosa gallina del dicho; Jim Starlin, con independencia de su calidad (en cierto declive), casi convierte en un chiste recurrente añadir “Infinito” a, bueno, una infinidad de títulos; Thanos, por otra parte, lima sus aristas de villano y se convierte en un personaje más ambiguo, casi siempre obligado a salvar el universo en vez de aniquilarlo. Gracias a una nueva reedición de Panini, puedes ser testigo del declive de ambos.
Desde entonces, creador y personaje se encuentran y separan varias veces. Starlin, después de haber sido arrinconado en Marvel para que juegue con los personajes de siempre, abandona la editorial por diferencias irreconciliables en 2003, no sin antes establecer que cualquier Thanos que no haya sido escrito por él (incluso el de Thanos-cóptero, que es arrestado por la policía) podría ser un clon o un robot. Y luego trabaja en DC hasta que acaba harto de las injerencias de una infinidad (hilaridad manuscrita) de editores.
En VidaExtra | Así ha evolucionado Thanos, el villano de 'Vengadores: Infinity War', en los videojuegos
Thanos, Thanos (Las estrellas, su destino)
Estamos en 2016. La sodastream de Jim Starlin explota, dañándole el ojo izquierdo y la mano derecha. Aún hoy sigue recuperándose; ojalá fueran sus únicas lesiones.
Porque en esta década, el autor regresa a Marvel gracias a un acuerdo confidencial, firmado después de esa aparición de Thanos en ‘Los Vengadores’ de principio del artículo. Una colaboración marcada por la conveniencia y algún empujón de los relaciones públicas que, oh casualidad, marca el inicio de una nueva ola de novelas gráficas con guión de Starlin y protagonizadas por Thanos.
Pero no todo es color púrpura titán-loco: en 2014 ya amenaza con irse porque no le dejan usar a Warlock, pero el punto y final se escribe en diciembre del 2017. Al parecer, el editor Tom Brevoort da salida a un cómic sobre Thanos con una historia demasiado parecida a la que estaba guionizando Starlin. Ojo, que Starlin no considera que le hayan copiado, sólo que Brevoort tendría que haber priorizado su historia sobre la otra.
Son más de cuarenta años en la industria y nuestro héroe considera que no vale la pena quedarse en un sitio donde no se te tiene respeto. De todos modos, ahora que Thanos va a ser uno de los protagonistas de 'Vengadores: Infinity War', Marvel quiere una mirada fresca para gigantón, no la del tío que lleva cuarenta años escribiéndolo. ¿Adónde irá Starlin, convaleciente y enfadado?
No sabemos si se armará de paciencia y volverá a DC, o si acabará en alguna editorial independiente. Puede que el reciente estreno de 'Vengadores: Infinity War' lime otra vez las asperezas con Marvel a través de un buen saco de billetes.
No sabemos su destino, pero sí adónde apuntará: siempre a las estrellas. Siempre, al infinito.
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