Una buena parte de la población mundial comparte una significativa herencia neandertal en sus genes. Si excluimos a las personas de ascendencia africana, entre el 1% y el 2% del ADN de las personas tiene su origen en la por lo demás extinta especie. Y es que los neandertales (Homo neanderthalensis) constituyen la especie humana más cercana a la nuestra, no solo en términos biológicos, también en convivencia.
Hace 47.000 años en algún lugar de Eurasia. Un nuevo estudio ha revelado nuevos detalles sobre el periodo en el que nuestra especie (H sapiens) y los convivieron y procrearon. El nuevo estudio nos indica que el encuentro entre especies no fue un evento singular sino el fruto bien de un contacto prolongado, bien de una serie de contactos intermitentes a lo largo de milenios.
El estudio ofrece una actualización a la “línea del tiempo” de las relaciones entre las dos especies. Los primeros encuentros entre las especies habrían empezado hace unos 50.500 años y se habrían prolongado durante unos siete milenios.
La nueva línea del tiempo. La nueva estimación es consistente con las pruebas arqueológicas que nos indican que sapiens y neandertales convivieron durante un largo periodo (entre 6.000 y 7.000 años) en algunas zonas de Eurasia. Las estimaciones previas de la línea temporal de los encuentros estimaba que estos eral algo más recientes, pues se habrían dado hace entre 54.000 y 41.000 años, continúa explicando el equipo.
“El tiempo es realmente importante porque tiene implicaciones directas en nuestra comprensión de la era de la migración fuera de África, ya que la mayoría de los no africanos heredan entre un 1% y un 2% de su ascendencia de los neandertales”, indicaba en una nota de prensa Priya Moorjani, coautora del estudio.
59 + 275. Para el estudio, el equipo analizó más de 200 muestras, 59 de ellas pertenecientes a restos humanos prehistóricos y 275 pertenecientes a humanos modernos. El análisis no solo permitió datar con más precisión el periodo de coexistencia sino también indagar en los mecanismos evolutivos que llevaron a estos genes a llegar a nuestros días.
La clave de esto está en los “desiertos genómicos”, regiones del ADN sapiens en las que los genes neandertales nunca están presentes, posiblemente debido a que estos genes no serían compatibles con la vida de nuestra especie, resultando en la muerte de los individuos que los heredaran. Observaron así que ya en los humanos antiguos el ADN neandertal comenzaba a agruparse en algunas zonas, lo que dejaba precisamente constancia de estos mecanismos evolutivos funcionandlo.
Los detalles del análisis fueron publicados en un artículo en la revista Science.
Más que simple código. El estudio ha servido también para profundizar en las funciones de los genes heredados de nuestros “primos” taxonómicos. Según explica el equipo, estos genes suelen estar vinculados con el sistema inmune, con la pigmentación de la piel y con el metabolismo, algo de lo que ya habían dado cuenta estudios previos. También recuerdan que estos genes, por ejemplo, podrían haber estado ayudando a nuestra especie a combatir el Covid.
Un segundo estudio. El estudio se ha publicado prácticamente a la par que un segundo trabajo, este en la revista Nature, en el que se daba cuenta del proceso de análisis genético de unos restos humanos de la misma época. Se trata del estudio realizado a partir de restos humanos más antiguo jamás realizado y sus resultados ayudan a corroborar los resultados del análisis publicado en Science.
En Xataka | Las "especies fantasma" con las que se aparearon nuestros ancestros y desaparecieron sin (casi) dejar rastro
Imagen | Max Planck Institute for Evolutionary Anthropology con DALL-E & BioRender
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