Hoy el Boletín Oficial del Estado ha publicado todas las fechas relacionadas con el cambio al horario de verano desde este 2022 hasta 2026. Aunque, como veremos, tiene su explicación no deja de ser sorprendente: ¿La comisión Europea no había decidido matar el cambio de hora? ¿No lo había aprobado el Parlamento Europeo? ¿No teníamos una comisión trabajando en ello?
Desde 2002, el cambio de hora es permanente. Entre 1981 y 2001, la Comisión Europa iba definiendo las fechas del cambio de hora mediante sucesivas directivas, pero con el nuevo milenio (y bajo el convencimiento de que el cambio era algo inamovible) se procedió a hacerlo permanente. En España, esto se hizo oficial con el Real Decreto 236/2002.
Desde ese momento, "el período de la hora de verano comienza en España el último domingo del mes de marzo de cada año, a las dos horas de la madrugada (la una hora de la madrugada en Canarias), momento en que la hora oficial española se adelanta sesenta minutos; y que termina el último domingo de octubre de cada año a las tres horas de la madrugada (las dos horas de la madrugada en Canarias), momento en que la hora oficial española se retrasa sesenta minutos".
¿Por qué se publica ahora? Aunque no es necesario, tanto la Directiva como el Real Decreto establecían que el Gobierno debe publicar a título informativo las fechas relacionadas con los cambios de hora en periodos de cinco años. La última vez que se hizo fue en febrero de 2017 por lo que ya tocaba. No obstante, como la publicación de este calendario (que, como digo, se hace en toda la Unión) coincidía con el plazo oficioso que se habían dado las instituciones comunitarias para resolver el "fin" del cambio de hora, todas las miradas esperaban que llegara este momento para saber en qué situación estábamos.
Y la situación es clara: Estamos como estábamos. Como reconoce el mismo Gobierno, desde 2018, se lleva debatiendo el fin de dicho horario, pero la cuestión está en punto muerto. No sólo es que Europa (en buena parte por la pandemia, pero no sólo) se haya olvidado de la cuestión, es que los mismos expertos de la comisión del Gobierno desaconsejan cualquier cambio (sea de horario, sea de huso) hasta que no haya un amplio debate social y todos los ciudadanos sepan las ventajas e inconvenientes.
¿Ha muerto el 'fin' del cambio de hora? Eso parece, al menos por el momento. Ya sabíamos que este debate había ganado tracción mediática por la confluencia de dos factores: el interés de los países del norte de Europa y la oportunidad que vio la Comisión para reducir la legislación comunitaria en un contexto de aumento del euroescepticismo. Ambas situaciones se han visto frenadas por el devenir de los acontecimientos. No sería raro que en un futuro no muy lejano el debate vuelva a ponerse encima de la mesa. Aunque, eso sí, el contexto tras estos años de intensos cambios, será completamente distinto.
Imagen | Sarah Le
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