Los fundadores de Hermeus, la compañía aeronáutica que ha desarrollado este avión, son antiguos empleados de SpaceX, Generation Orbit y Blue Origin, por lo que se les presupone un crédito que en cierta medida avala lo que están haciendo. Y lo que están haciendo es desarrollar un avión hipersónico que tendrá tanto aplicaciones civiles como militares, y que, según sus creadores, será capaz de alcanzar una velocidad máxima de Mach 5 (cinco veces superior a la velocidad de propagación del sonido en el aire).
Quarterhorse, que es el curioso nombre que han dado a este avión, tiene varias características peculiares. La más llamativa es que utiliza turbinas de tipo TBCC (Turbine-Based Combined Cycle), unos motores híbridos que, a grandes rasgos, combinan una turbina convencional para volar a velocidades moderadas y permitir el despegue y el aterrizaje, y un scramjet o estatorreactor de combustión supersónica, que es el sistema de propulsión que le permite alcanzar la sorprendente velocidad con la que según los técnicos de Hermeus coqueteará este avión.
Será de titanio y tendrá un alcance de 7400 km a Mach 5
Como podéis ver en la fotografía de portada de este artículo, su diseño, siempre y cuando esta imagen renderizada represente fielmente cómo será el modelo final, persigue optimizar su aerodinámica para minimizar la fricción con el aire, que a todos los efectos es y se comporta como un fluido. Los responsables de Hermeus por el momento han hecho públicos muy pocos detalles acerca de la ingeniería de este avión, pero sabemos algo más: toda su estructura, incluidos el fuselaje y las alas, será de titanio.
La elección de este metal no es en absoluto casual. El titanio es ligero, resiste muy bien la tensión y soporta las altas temperaturas a las que está expuesta la superficie de un avión supersónico, o hipersónico, debido a la fricción con el aire. Otra característica interesante de Quarterhorse que también conocemos es su alcance, que, al parecer, será de 4600 millas (7400 km aproximadamente) cuando se desplaza a Mach 5. Precisamente esta prestación lo hace compatible tanto con aplicaciones civiles como militares, una cualidad en la que han hecho hincapié los portavoces de Hermeus.
60 millones de dólares para poner en marcha las pruebas de vuelo
El interés de la Fuerza Aérea de Estados Unidos en los aviones hipersónicos es de sobra conocido, por lo que no es sorprendente que Hermeus acabe de firmar un acuerdo con esta institución para recibir 60 millones de dólares con el propósito de planificar las pruebas de vuelo a las que será sometido el primer prototipo del avión Quarterhorse. No parece mucho dinero para acometer un proyecto de esta envergadura, pero los portavoces de Hermeus aseguran que será suficiente debido a que han desarrollado una estrategia que les permitirá reducir notablemente sus costes.
El propósito de los creadores de este avión hipersónico es tener un prototipo totalmente funcional y con viabilidad comercial antes de que finalice esta década. Si lo consiguen probablemente serán los primeros en alcanzar este hito. El itinerario que tienen en mente pasa por llevar a cabo las primeras pruebas de vuelo a Mach 5 en 2023 utilizando un pequeño prototipo autónomo. Si salen bien, en 2025 las repetirán, pero empleando esta vez un prototipo de tamaño medio. Y, por último, en 2029 planean llevar a cabo las pruebas de vuelo con un prototipo a tamaño real.
Más allá de los desafíos técnicos, que son titánicos, poner a punto un avión hipersónico que pretende hacerse un hueco en el mercado del transporte de pasajeros es muy complicado, por lo que es posible que las fechas que propone Hermeus finalmente no se cumplan. Esta empresa tiene a su favor la complicidad y el apoyo económico de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, pero ni siquiera este respaldo parece suficiente para garantizar su éxito. En cualquier caso, este proyecto es muy interesante, y promete, por lo que merece la pena seguirle la pista.
Imágenes | Hermeus
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