El movimiento estudiantil resurge en defensa de la universidad pública y la libertad de expresión
Una nueva generación de estudiantes promueve en los campus la movilización social y política.
Tratan de generar un espacio unitario agrupando organizaciones de corrientes políticas diversas.
Algunas de sus integrantes detallan a 'Público' cómo se gesta dentro de las aulas esta ola de protestas.

Madrid--Actualizado a
El sistema universitario atraviesa una profunda crisis: más de una década de recortes, infrafinanciación crónica, desmantelamiento de los servicios públicos, precariedad laboral, expansión de los centros privados... y ahora, decisiones políticas que, según denuncian diferentes sectores del ámbito académico, parecen tener como objetivo silenciar y desactivar la movilización de la comunidad educativa.
Frente a la "ofensiva" contra la universidad pública, está emergiendo una nueva generación de estudiantes organizada en un movimiento de carácter más combativo. Algunas de sus integrantes han explicado a Público cómo se están organizando y apuntan a la gestación de un movimiento estudiantil renovado.
Yousra es militante de la Organització Juvenil Socialista (OJS) d'Alacant, cuyos miembros fueron identificados recientemente por la Policía Local tras convocar una mesa informativa sobre la manifestación estatal por la vivienda en la Universitat d'Alacant. En declaraciones a Público, esta activista apunta que en las universidades se empieza a percibir un resurgir de la organización estudiantil. "Esto fue especialmente visible durante las acampadas por Palestina del curso pasado, en las que muchas de nosotras participamos", asegura. Sin embargo, Yousra advierte que esta reactivación, a diferencia de etapas anteriores, no se está desarrollando principalmente bajo estructuras sindicales tradicionales. "Los principales focos de organización actuales tienen un marcado carácter político y se alimentan, en gran medida, de dinámicas y luchas que se desarrollan fuera del ámbito universitario", explica.
Yousra (OJS): "El actual contexto político exige la construcción de una organización revolucionaria frente al avance de las fuerzas reaccionarias"
Para Yousra, el actual contexto político exige la construcción de una organización revolucionaria que pueda hacer frente al avance de las fuerzas reaccionarias, responsables, según denuncia, de fracturar aún más a la clase trabajadora. "Creemos que la respuesta pasa por articular formas de autodefensa política en conflictos que se den en el ámbito universitario, buscando implicar a más estudiantes", explica.
En ese sentido, Yousra hace un llamamiento a la movilización del estudiantado frente a lo que considera una ofensiva sostenida contra la universidad pública. Añade que, desde la OJS apuestan por una perspectiva abiertamente revolucionaria, entendiendo la defensa de la universidad pública "como una lucha concreta de la clase trabajadora por mejorar sus condiciones de vida". "Es una trinchera desde la que podemos avanzar posiciones y acumular fuerzas para la construcción de una alternativa política al capitalismo", concluye la portavoz del movimiento socialista.
¿En qué consiste este movimiento estudiantil?
Nicolás Monterde es portavoz del colectivo juvenil autogestionado en España Abrir Brecha, que promueve la movilización social y política desde una perspectiva feminista, anticapitalista, antifascista y ecologista.
Monterde explica a Público que este frente estudiantil trata de generar un espacio unitario agrupando organizaciones de corrientes políticas diversas. "Se trata de un movimiento que nace de la confluencia entre colectivos diversos y que busca impulsar acciones y movilizaciones conjuntas en defensa de la universidad pública y otros frentes de lucha", matiza.
Nicolás Monterde (Abrir Brecha): "El nuevo movimiento estudiantil es político, democrático, unitario y lo más radical posible"
Monterde señala que uno de los ejemplos más representativos de esta nueva etapa es la Plataforma UCM por la Pública, una iniciativa que ha comenzado a extenderse en las universidades de la Comunidad de Madrid, una de las regiones más afectadas por las políticas de demolición de la educación pública. "Es un ejemplo de cómo distintas organizaciones han logrado confluir para construir un movimiento político, democrático, unitario y, al menos desde nuestra perspectiva, lo más radical posible", afirma.
Este espacio, explica, no solo agrupa a estudiantes, sino que también busca integrar a trabajadoras de la universidad en las luchas por la defensa de lo público, con una vocación inclusiva. "No está monopolizado por ninguna organización política concreta, sino que es impulsado por diversas corrientes que comparten el objetivo común de desarrollar un movimiento estudiantil fuerte y combativo", aclara.
Este nuevo espacio no solo agrupa a estudiantes, sino que también busca integrar a trabajadoras de la universidad en las luchas por la defensa de lo público
En ese sentido, Monterde considera que UCM por la Pública podría constituir una "semilla" o incluso "las propias raíces" de un futuro movimiento estudiantil con mayor presencia en las facultades. "Hasta ahora, eran pocas las facultades con actividad política real. Este tipo de espacios podrían revertir esa dinámica", concluye.
Las acampadas por Palestina, la llama de las protestas
Enrique Javier Díez Gutiérrez, catedrático de la Universidad de León, subraya en declaraciones a Público, que las acampadas estudiantiles en solidaridad con Palestina del curso pasado se convirtieron en la llama que reactivó las protestas en los campus de las universidades públicas de España. Según este profesor, en el actual contexto de rearme promovido por la Unión Europea, con el respaldo del Gobierno español, los estudiantes han decidido dar un paso al frente, articulando un compromiso político más amplio.
"Las reivindicaciones de los estudiantes no solo apuntan a un modelo de universidad pública, socialmente comprometida y al servicio del bien común, sino que también cuestionan la creciente privatización, la mercantilización del conocimiento y la complicidad con la industria armamentística en el marco del conflicto en Gaza", dice. Díez asegura que los universitarios reclaman una transformación estructural "que abarque una sociedad más justa, basada en la inversión en servicios públicos esenciales −como educación, sanidad o pensiones−, una convivencia libre de leyes migratorias discriminatorias y una ciencia abierta y compartida".
Enrique Díez, catedrático: "Lo que está ocurriendo es una repolitización de la universidad porque toda educación es política"
Para el catedrático, lo que está ocurriendo es, en esencia, una "repolitización" de la universidad. Sostiene que "toda educación es política, ya que implica tomar partido sobre el tipo de sociedad que se quiere construir y legar a las próximas generaciones". En ese sentido, reivindica la posibilidad de que el movimiento estudiantil vuelva a tejer alianzas con el sindicalismo, como ocurrió en mayo del 68.
Sin embargo, advierte que el calendario académico impone sus límites: "Ahora llegan los exámenes, y eso suele frenar la movilización estudiantil", reconoce. Aun así, confía en que el impulso no se diluya y que esta ola de compromiso vuelva a emerger con más fuerza, uniendo a estudiantes, profesorado, sindicatos y fuerzas políticas progresistas en una causa común: "El desarme, la defensa de la paz, el fin del genocidio y la conquista de una justicia social real".
A más movimiento, más represión
Los portavoces de los distintos movimientos estudiantiles coinciden en denunciar que, desde su reactivación, han sido objeto de una creciente represión. Bie, militante de Contracorriente y una de las activistas represaliadas tras participar en la protesta contra la presencia del exdiputado de Vox Iván Espinosa de los Monteros en el campus de Somosaguas, denuncia a Público que esta "criminalización" responde a una intención clara de frenar la movilización.
Yousra, militante de la OJS, coincide en esta idea y sostiene que el estallido de la pandemia marcó un antes y un después en la vida universitaria. "Desde entonces, las universidades han aprovechado las medidas excepcionales aprobadas durante la emergencia sanitaria, así como la desmovilización política que trajo consigo, para consolidar una nueva normalidad caracterizada por un aumento de la represión y la despolitización", asegura.
Yousra (OJS): "Hace unos años, habría sido impensable que la Policía identificara a alguien por instalar una mesa informativa en la universidad"
La estudiante manifiesta que esta percepción es compartida con compañeras que participaron en el movimiento estudiantil durante su auge en la década pasada. "Siempre nos comentan que, hace solo unos años, habría sido impensable que la Policía accediera al campus para identificar a alguien simplemente por instalar una mesa informativa o repartir panfletos sobre una manifestación", añade.
Por su parte, Nicolás Monterde, portavoz del movimiento Abrir Brecha, señala que la represión en las universidades no solo afecta a los colectivos estudiantiles de carácter político. En su opinión, "la ofensiva institucional va dirigida contra todo el estudiantado, dificultando la creación y el desarrollo de un verdadero tejido universitario autónomo".
Camino a la huelga del 28 de abril
De entre los muchos calificativos mencionados en este artículo que han empleado los propios estudiantes para definir la renovación del movimiento que emerge en las aulas universitarias, hay uno que resuena con fuerza: combativo. La juventud universitaria vuelve a convertirse en sujeto político activo, encabezando protestas y ocupaciones que marcan el pulso del descontento social. Y, lejos de diluirse, la movilización tiene ya una nueva cita en Madrid: la huelga del próximo 28 de abril.
Las universidades públicas de Madrid irán a la huelga el 28 de abril
Otra de las chispas que avivó la actual oleada de movilizaciones estudiantiles en la Comunidad de Madrid se produjo a finales del año pasado, cuando el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso presentó su Proyecto de Presupuestos para el ejercicio de 2025. Las cuentas autonómicas contemplan un incremento de apenas 5,4 millones de euros para las universidades públicas madrileñas, una cifra considerada "irrisoria" por parte de la comunidad académica, que denuncia años de infrafinanciación y asfixia económica.
En ese contexto nació la Plataforma en Defensa de las Universidades Públicas Madrileñas, que agrupa a estudiantes, profesorado, personal de administración y servicios, sindicatos y asociaciones de las seis universidades públicas de la región. Esta iniciativa surgió como respuesta al deterioro sistemático del sistema universitario, que ha generado ahora una nueva fase de movilización frente a lo que consideran una ofensiva estructural contra la educación pública.
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