El software de revelado, edición y retoque más conocido en el mercado, Adobe Photoshop, ya lleva más de 25 años en el mercado. En estos años el Photoshop ha pasado a ser pieza indispensable (a pesar de las múltiples alternativas) dentro del flujo de trabajo de todo fotógrafo.
Hoy día, una fotografía tiene un ciclo digital completo, sin llegar en muchos casos a pasar por un soporte físico en papel. Nuestra cámara de fotos captura una instantánea que codifica automáticamente en formato binario. De ahí pasa a un equipo informático donde es retocada, recortada y/o redimensionada para, al final, terminar en la mayoría de los casos en un soporte digital, casi siempre en algún recoveco de Internet. Sin embargo, antiguamente las fotos tenían que ser reveladas, lo que implicaba su transmisión a un formato físico. Ahí empezaba entonces el retoque.
Es por eso que, hoy desde Xataka, queremos haceros un pequeño repaso a cómo eran, y son, (y en algunos caso es pues no está extinto del todo) los métodos usados para revelar y retocar la fotografía química, y de los cuales bebió de muchas técnicas el programa de Adobe.
#1 - El revelado del carrete
En la fotografía química (o analógica como muchos se empeñan en llamar erróneamente), el primer proceso siempre es el del revelado de la película o negativos.
Este proceso, del que quizá a día de hoy en la era digital no hay un símil real, suele asociarse con el de la apertura de un archivo RAW fotográfico por cualquier revelador que soporte este archivo (recordemos que cada marca y cámara tienen una extensión salvo el archivo DNG de código abierto).
Al contrario de lo que ocurre cuando abrimos un archivo RAW, en el proceso químico el revelar un rollo de película o placa produce un negativo de dicha fotografía, por lo que para conseguir el positivo tenemos que pasar por un proceso más.
En este caso, para conseguir revelar un negativo debíamos tener en cuenta primero algunos factores. Estos factores tienen mucho que ver con el tipo de película que hubiéramos utilizado al igual que su valor ISO o ASA.
Aunque se trata de un proceso sencillo, su importancia es fundamental y hay que realizarlo correctamente. Si cometemos un error, al positivar una copia se puede repetir, pero estropear el negativo durante su revelado, implica muchas veces la repetición de la toma y esto no siempre es posible.
Algunos errores durante la exposición del negativo, pueden corregirse durante el proceso de revelado. Una película subexpuesta o con poco contraste puede arreglarse prolongando el tiempo de revelado.
Carga de película y revelado
A diferencia de lo que ocurre en la fotografía digital, en la cual una fotografía puede pasarse de color a blanco y negro; en la fotografía química el tipo de carrete es el que selecciona esto. Por tanto, una foto en color nunca podremos revelarla en blanco y negro (salvo algún caso en el que no entraremos por su complejidad). Debido a esto, hay varios tipos de procesos de revelado, el básico de negativo en blanco y negro y el de color o C-41 (un proceso con pasos intermedios de blanqueo del negativo para añadir los colores. Existen algunos procesos más pero están asociados a diapositivas).
El primer paso del proceso es sacar la película del carrete y enrollarlo en una bobina que, posteriormente, alojaremos en un tanque en el cual introduciremos los líquidos para el revelado de la película. Todo este proceso se realiza a oscuras completamente, y por tanto se requiere de práctica y de disponer todos los utensilios preparados y cerca.
Cuando ya se tiene el carrete cargado dentro del tanque, llega el momento de preparar los líquidos necesarios para poder revelar. Este tres líquidos son: el revelador, el baño de paro y el fijador.
Hay muchas técnicas que influyen en este momento y proceso y son las más importantes de todo el revelado. Aquí es donde, por ejemplo, el proceso de haber forzado una película al disparar se realiza. El forzado consiste en revelar un imagen que ha sido realizada con unos parámetros en función de una sensibilidad ISO errónea, pero elegida así aposta. Por ejemplo, si tenemos una película de 400 ISO y la forzamos a 1600 ISO, la indicación que nos dé el fotómetro estará referida a 1600 ISO y no a 400 ISO que es la sensibilidad real de la película. Esto nos permitirá disminuir en dos diafragmas o aumentar dos pasos la velocidad de obturación. La contrapartida al forzado consiste en un mayor grano, unos colores más suaves y un aumento del tiempo de revelado.
Aunque este proceso se podía realizar de forma manual, pero algunos como el C-41 o el E-6 (diapositivas a color) por su mayor complejidad se han hecho en los últimos años en maquinas o unidades de procesado de negativos. El uso de estas maquinas, y que muchos habréis visto si alguna vez ibais a una tienda de fotografía a revelar vuestros carretes, era lo más acertado porque conservaban muy bien las temperaturas de todos los líquidos necesarios en el proceso (punto muy importante en ambos procesos de revelado a color para no estropear el negativo).
Cómo podéis ver, y sin haber entrado de forma extensa en cada punto este proceso requería de un conocimiento químico y, porque no decirlo artesanal, para llevarlo a cabo. Además, un error podía hacer que un negativo acabara siendo inservible o defectuoso. Había métodos en el positivado para conseguir paliar estos defectos, pero no siempre; por tanto, era un momento muy crítico para conseguir la foto que habías disparado.
Como habéis podido ver, el proceso de revelado no es exactamente igual que lo que hoy denominamos revelado en la era digital. Mientras que en el químico se necesita para conseguir el negativo, en el digital las cámaras digitales con sólo descargarlo del ordenador ya tendríamos casi todo. A pesar de ello, hay factores importantes que se producen en el digital al cambiar de exposición o algunos más que en el químico se realizan en este proceso de revelado también.
#2. El positivado en el soporte
El positivado, es la parte del proceso que más tiene que ver o más asemejamos a día de hoy con el Photoshop. En él, conseguimos positivar la fotografía que disponemos en los negativos a un soporte con emulsión fotográfica en el cual conseguiremos lo que denominamos como fotografía.
En este proceso hay dos partes diferenciadas, que son todas las condescendientes a la impresión con luz en el soporte (junto a sus técnicas), y por último la aparición mediante los líquidos químicos de la fotografía en el soporte (en este caso papel).
Positivado
Este proceso, es el más parecido al que podría ser nuestro Adobe Photoshop cuando ya hemos pasado nuestra fotografía por el Adobe Camera RAW u otro revelador RAW. En él, vamos a necesitar un aparato denominado ampliadora, y que será el encargado de plasmar, mediante luz, en el soporte las zonas de luz que pasen a través del negativo (el cual irá introducido en una zona llamada portanegativos.
En este gráfico podéis observar las partes que componen la ampliadora y este proceso. Os comentaré las partes más importantes de ella, pues creo que necesitamos conocerlas para saber más adelante cómo se consigue editar de forma más profesional y conseguir algunos retoques más selectivos (y cómo editamos hoy en Photoshop algunas imágenes):
2 - Bombilla: Esta es una de las partes claves. Su función es dar luz para poder plasmar el negativo sobre el soporte convirtiendolo a positivo.
3 y 7 - Lentes que nos ayudan a direccionar la luz y que pueda llegar al portanegativos (lugar donde alojamos el negativo a positivar). Debajo del negativo solemos poner los filtros de contraste. Filtros necesarios en función del tipo de papel que usemos y de las características del negativo en el revelado conseguido. Por ejemplo, si nuestro negativo a salido muy suave y queremos que esa imagen gane en contraste, debemos usarlos. Esta es una de las acciones que nos ayudan a dar más contraste a fotografías en químico y que en Photoshop conseguiriamos con acciones como Contraste o Níveles (entre otras)
5 - Manivela de regulación: Con ella regulamos el tamaño de la copia. Dependiendo del tamaño de negativo y del tipo de película usada tendremos que hacer uso de él para conseguir fotografías enfocadas.
9 - Regulador de fuelle: Nos regula la distancia que hay entre objetivo y negativo. Este proceso es muy parecido al de las cámaras de fuelle y sirve, entre otras cosas, para conseguir plasmar de forma correcta la imagen producida en el negativo sobre el soporte.
10 - Objetivo: Una ampliadora necesita de un objetivo para poder plasmar el positivo de la imagen sobre el soporte si queremos que la imagen salga correctamente y sin fallos ópticos. Este objetivo tiene diafragma y se usa para conseguir la nitidez apropiada en función del tipo de densidad de la película usada.
12 - El Filtro rojo o luz de seguridad nos ayuda a cortar todos los espectros de luz salvo el rojo, que es el único que no reacciona con el material sensible (papel que no película). Por lo que cada vez que queramos hacer algún ajuste o ir dando luz para oscurecer zonas especificas de la foto, este filtro parará la luz haciendo que podamos manipular el papel durante todo el proceso cuando nosotros queramos.
Además de la ampliadora, un aspecto importante a tratar es el tipo de papel que utilizaremos para plasmar nuestra fotografía. Y es que, el proceso fotográfico químico tiene partes muy similares al digital, salvo que muchas de ellas no se encuentran en el mismo orden y son igual de necesarias.
Aunque no vamos a entrar mucho más de lleno en cómo se usa la ampliadora, en unos de los vídeos que os pongo a continuación podéis ver un poco el proceso que se realiza para positivar una fotografía con ella. En él podréis ver de forma más esclarecedora, cómo y cuáles son, los pasos y accesorios necesarios.
Lo que si comentaré que, el principal proceso y que nosotros solemos ver en cuando abrimos un visualizador de imágenes es la similitud con la hoja de contactos del proceso químico. Además, todas las fotos y negativos que vamos realizando suelen verse en la llamada Caja de Luz, que muchos conoceréis en digital como LightBox.
Técnicas de retoque y el uso de las actuales "mascaras"
Tras el proceso más general, y que en gran parte es más que necesario saber pues en digital se produce de forma más sencilla y sin a penas darnos cuenta, llegamos a una parte más similar, al menos en cuanto a paralelismo, si comparamos ambos procesos, el retoque.
Basta decir que que lo visto hasta ahora podría catalogarse en su conjunto como la llamada edición general en lo que hoy es la fotografía digital. Pero existen algunos trucos que hoy usamos en Photoshop como la edición por zonas, el coloreado de zonas, la reparación de copias, montajes, etc... que ya se hacían antes:
La utilización de las manos era un componente importante, y su movimiento para producir zonas más degradadas en las uniones era importantísimas. De hecho, incluso cuando se usaban plantillas, se suelen mover para conseguir que los bordes no sean tan "exactos" y nos dieran una fotografía muy ficticia.
Os dejo con un vídeo realizado hace poco sobre algunos de estos procesos:
Dentro de la fotografía de forma más profesional, el uso de gran cantidad de tapados y su correspondiente tiempo solían ser apuntados por los fotógrafos para, después de realizar una copia, poder volver a recordar todo si en algún momento tenían que volverla a realizar. Aquí podéis ver un ejemplo claro (aunque lioso) de a lo que me refiero con una foto de del fotógrafo Dennis Stock de Audrey Hepburn y con anotaciones del positivista Pablo Inirio.
Estas técnicas son las que, actualmente, solemos realizar por medio de máscaras o herramientas como Dodge y Burn (entre otras) en Adobe Photoshop.
Dentro del tapado podría entrar la técnica de múltiples exposiciones de un único negativo o generar una foto desde varios negativos superpuestos. En definitiva es cuestión de mezclar dos o más imágenes en una sola. O lo que sería superponer capas con máscaras.
Aquí tenéis como trabaja uno de los fotógrafos actuales más importantes dentro del fotomontaje y múltiples exposiciones, Jerry Uelsmann.
Revelado final del papel
Todas estas técnicas solían realizarse antes del último proceso que era lo que muchas personas llamaban "magia". Y era el del revelado del propio papel.
Esto se producía tras todos las exposiciones de luz que hubiéramos realizado. El papel, al igual que sucedía con el carrete, era sumergido en tres líquidos: revelador, baño de paro y fijador, para un posterior lavado con agua.
Comentar que, los tiempos de revelado en este caso son muy parecidos; aunque también influye el tipo de revelador usado como ocurría en el revelado de película. Aquí, lo que más se tiene en cuenta es el tipo de material del papel y su composición para la cantidad de lavado y posterior planchado.
Para finalizar, os dejo con un vídeo de 1987 sobre los procesos de revelar en ese momento antes de la entrada de la era digital doméstica.
Cómo veis, la fotografía digital ha conseguido minimizar de una forma increíble las labores de los fotógrafos y retocadores anteriores al Photoshop. Aunque todos estos procesos aún se siguen realizando, es cierto que el porcentaje es tan mínimo que ya ni se contabiliza. Este proceso es, en buena medida, el que ha cambiado el concepto de la fotografía y el del fotógrafo como artista. Photoshop, es sin duda un gran avance para la industria, lo que aún no sabemos es si realmente ha acabado por infravalorar la labor de los profesionales del sector.
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