La tecnología no solo es una herramienta presente en la mayoría de los campos profesionales y de negocio. También puede convertirse en un gran aliado del compromiso social con los más desfavorecidos y ayudar a las personas en áreas tan diversas como la salud, los desastres naturales o la emigración. Y es que las ramas más modernas de la tecnología a menudo se ponen al servicio del ser humano para construir un mundo mejor a través de innovadores proyectos solidarios.
Disciplinas tan punteras como las realidades extendidas, la simulación o el desarrollo de aplicaciones multiplataforma son las que van a contribuir al progreso y bienestar de las sociedades, por lo que la importancia de contar con profesionales bien cualificados no es un asunto baladí. Así, centros universitarios como U-tad ofrecen a sus alumnos grados, postgrados y ciclos impartidos por profesionales en activo para especializarse en estas y otras nuevas materias del mundo digital.
Durante su formación, muchos alumnos del centro participan en iniciativas solidarias como las que vamos a ver a continuación.
Ayudar a niños con TEA a desarrollar habilidades sociales
Según la confederación estatal Autismo España, el Trastorno del Espectro del Autismo (TEA) afecta al neurodesarrollo y al funcionamiento cerebral, dando lugar a dificultades en la interacción social, así como en la flexibilidad del pensamiento y de la conducta. En este contexto, la realidad virtual y las aplicaciones que estimulan la comunicación están ayudando a mejorar la calidad de vida de las personas con autismo.
Dorothy Strickland, investigadora y especialista en temas de aprendizaje, fue pionera cuando en su estudio de 1997 "Realidad Virtual para el Tratamiento de Autismo" aseguró que los pequeños pueden ser entrenados en entornos virtuales para después trasladar lo aprendido a un escenario real.
En él, participaron varios niños que debían practicar el reconocimiento de un coche circulando por una calle virtual para aprender a detenerse y cruzar sin riesgo. Con el tiempo, adquirieron las habilidades necesarias para reproducir un comportamiento seguro en la vida real ante situaciones equivalentes.
Como Strickland, son muchos los investigadores y expertos que exploran soluciones tecnológicas orientadas a facilitar la comprensión social y el reconocimiento efectivo del entorno. De hecho, se calcula que las apps educativas disponibles para personas con TEA supera holgadamente el millar.
Daniel de la Iglesia, Juan María Jusue y Guillermo Tuvia son alumnos del Ciclo Formativo de Grado Superior de Desarrollo de Aplicaciones Multiplataforma (DAMP) de U-tad que están colaborando en el proyecto TEAyudamos del Hospital de Fuenlabrada. En concreto, trabajan en el desarrollo de una aplicación que permite escoger a los pequeños hospitalizados sus menús diarios y comunicárselo al personal sanitario en las horas de las comidas.
"La aplicación que desarrollamos está hecha completamente con imágenes y pictogramas con los que los niños con TEA están familiarizados. De esta manera, la información es comprensible para ellos, pueden ser un poco más autónomos y se facilita la comunicación entre personal sanitario, paciente y familiares", explica Daniel de la Iglesia.
“En U-Tad sabemos que, para poder servir en áreas de alta exigencia como son las de sector servicio, las herramientas que se desarrollen deben ser las mejores en funcionamiento técnico y en comodidad de uso", apostilla Jonathan Bar Magen Numhauser, profesor del ciclo.
"Nuestros alumnos aprenden Swift iOS en MAC para iPhone, Android Kotlin + Java, Firebase, gestión de bases de datos, además de electrónica con Arduino y Rapsberri... Proyectos como TeAyudamos, CityAlert -para alertas en tiempo real en la ciudad- o Ayuda adopción de animales nos motivan cada día para formar a excelentes profesionales y sobre todo grandes personas", añade el docente.
Realidad virtual al servicio de la psicología
Gracias a su capacidad de inmersión, la realidad virtual es enormemente útil para la rehabilitación de diferentes tipos de fobias y trastornos. Erika Guijarro es psicóloga experta en trastornos de ansiedad y tratamiento de los mismos con realidad virtual. Este tipo de terapia, en la que tanto paciente como especialista pueden controlar el nivel y tiempo de exposición, así como la cantidad y el tipo de estímulos con los que el paciente ha de trabajar en cada sesión, está dando excelentes resultados.
Especialmente útil ha demostrado ser en trastornos de interacción o comunicación social, como es el caso del síndrome de Asperger, un trastorno del espectro autista que hace que sus afectados muestren dificultades en sus habilidades sociales, de conducta o comunicación.
El proyecto CicerOn, que desarrollan investigadores, doctores y estudiantes de U-tad a través de técnicas de gamificación, ayuda a estas personas a disminuir el miedo, la ansiedad, la fobia o el rechazo que les provoca hablar en público usando la realidad Virtual como herramienta de entrenamiento.
Gregorio Iniesta es alumno del máster en Computación Gráfica, Simulación y Realidad Virtual de U-tad. Asegura que la realidad virtual "permite al psicólogo presentar a los pacientes situaciones muy concretas (...) puede controlar la experiencia en función de las reacciones del paciente y este tiene la seguridad de que en cualquier momento puede quitarse las gafas y salir de ahí".
Según Iniesta, la cualificación en Computación Gráfica posibilita entender cómo funcionan estas aplicaciones a un nivel muy complejo, mejorarlas y aprovechar de forma óptima los dispositivos que hay en el mercado. "Las personas con Asperger son bastante diferentes entre ellas y se tienen que enfrentar a retos, generalmente sociales, muy diversos. El objetivo de CicerOn es conseguir que superen sus dificultades a la hora de realizar exposiciones o discursos en situaciones de estrés" manifiesta el joven.
Por otra parte, hace mención de los beneficios que le ha reportado participar en esta iniciativa: "he aprendido a cooperar con expertos de todas las áreas, de los que he podido aprender mucho. También he conseguido acercarme a los desafíos a los que se enfrentan y he aprendido a aportar mi granito de arena para hacerles la vida más fácil desde mi profesión como ingeniero especializado en gráficos y realidad virtual".
Prevención de desastres naturales
En 2015 la ONU diseñó un videojuego de carácter pedagógico para enseñar a jóvenes de entre 9 y 16 años cómo introducir medidas preventivas ante el riesgo de catástrofes naturales como un tsunami, un huracán, un terremoto, un incendio forestal o unas inundaciones. Su objetivo era concienciar a las futuras generaciones de la necesidad de adaptación que debe llevarse a cabo en muchas zonas costeras como consecuencia del cambio climático y el aumento del nivel del mar.
En la actualidad, muchas ONGs trabajan sobre el terreno, en lugares que son considerados "puntos rojos", y la contribución tecnológica está siendo muy fructífera en este caso. Alejandro Guerrero y Miguel Ángel Ballesteros estudian un programa de Experto en Desarrollo para Realidad Virtual, Aumentada y Mixta en U-tad y colaboran con la ONG InteRed.
Están involucrados en un proyecto de sensibilización sobre la prevención de desastres naturales en Filipinas. Desarrollan una app para visualizar posibles escenarios y cuantificar las necesidades de intervención. Aitziber Barrueta, responsable de proyectos en África y Asia para InteRed, comenta que este proyecto, que apoya la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), persigue reforzar la eficacia de la prevención en las escuelas o en las comunidades agrícolas y pescadoras.
La realidad virtual ofrece una inmersión y navegación muy novedosas al permitir vivir una experiencia única en primera persona. "Es una tecnología muy educativa y constructiva para mostrar y captar la atención, a través de un mundo virtual, de una realidad como es la de vivir un desastre natural", sostiene la cooperante.
Desde la ONG, aseguran que el trabajo de los alumnos de U-tad les supone un gran apoyo para instruir en prevención a las autoridades con sistemas de alerta temprana y gestión del desastre una vez que éste ha ocurrido.
La función de Ballesteros, que cuenta con su propia empresa de diseño bautizada como Black Sheep Studio, es generar, mediante programas 3D, todas las escenas y objetos susceptibles de aparecer de la forma más realista posible. "También recreo los distintos fenómenos naturales (humo y fuego) a través de animaciones y sistemas de simulación de dinámicas de fluidos", aclara el estudiante, que además es artista 3D y diseñador de videojuegos.
Su compañero Alejandro se encarga igualmente de modelar en 3D los objetos, así como una parte del entorno, y de crear los efectos especiales medioambientales. Ambos resaltan el valor de su preparación académica de cara al mercado laboral, ya que "el mundo de la VR/AR/MR es el futuro y ahora el momento de entrar en él", asevera Guerrero.
Por su lado, Edgar Martin-Blas, CEO de Virtual Voyagers y profesor del programa Experto en Desarrollo para Realidad Virtual, Aumentada y Mixta en U-tad, dirige el proyecto. Sostiene que el mayor reto del mismo está en la integración de FX (lava, terremotos, inundaciones, etc.), en lo que precisamente trabajan los alumnos de U-Tad. Serán ellos quienes, finalmente, permitan estar, literalmente, en el lugar donde ocurren de forma recurrente catástrofes naturales.
Educar en valores como la concienciación o la empatía
Al consumir diariamente noticias de atentados y guerras a través de los medios, los espectadores llegan a insensibilizarse y percibirlas como algo ajeno. Para combatir este problema, educar en valores como la empatía resulta fundamental. Una encuesta reciente realizada por la organización sin ánimo de lucro Common Sense en Estados Unidos desvela que la realidad virtual también fomenta la empatía en los niños.
De hecho, el uso de la realidad virtual en las aulas es un recurso cada vez más popular que puede aplicarse a cualquier nivel y materia para que los alumnos se sumerjan en escenarios digitales en primera persona y puedan explorarlos e interactuar con ellos. De esta forma, los estudiantes personalizan el aprendizaje y adquieren competencias emocionales y sociales.
Jesús Mayor cursó el Máster Universitario en Computación Gráfica, Simulación y Realidad Virtual de U-tad y actualmente realiza su doctorado sobre los métodos de interacción y locomoción en entornos virtuales. También dirige en U-tad el Proyecto Cenizas, una experiencia de realidad virtual móvil para ayudar a las personas a empatizar con los migrantes y el sufrimiento provocado por las guerras.
"Somos Malú, un niño que de pequeño vivió en medio de la guerra de Siria y vio cómo a sus familiares les ocurrían cosas realmente malas. La historia es narrada cuando ya ha sido adoptado por una familia española y ciertas situaciones dentro de su nueva vivienda le devuelven a sus recuerdos más crudos", detalla Mayor.
La formación práctica en últimas tecnologías impartida por profesionales en activo brinda a los jóvenes una visión más certera de lo que funciona en el mercado. Los capacita para desarrollar su potencial en la industria y los negocios. Pero, también les abre las puertas a nuevos campos de investigación e interacción social.
Su participación en los innovadores proyectos solidarios que hemos revisado en este artículo no solo les hace crecer a ellos en valores, sino que aportan su granito de arena en la transformación de sociedad, en la manera de experimentar y vivir la realidad que nos rodea.
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