Imagínate enviar una nave a un asteroide para recolectar muestras de su superficie y traerlas a la Tierra. Se trataría de una misión sumamente compleja de realizar, pero nos brindaría un recurso científico de valor incalculable para comprender mejor el origen de nuestro planeta. En relación a esto, tenemos una buena y una mala noticia.
La buena es que no es necesario que imagines nada porque la NASA ya ha realizado todo lo anterior con la misión OSIRIS-REx. A finales de septiembre aterrizó en el desierto de Utah una cápsula con polvo y rocas del cuerpo celeste cercano denominado Bennu. La mala es que la agencia espacial no ha logrado acceder a todas ellas.
A la espera de una solución (que tardará en llegar)
Este mes vimos cómo las muestras del asteroide señalaban la presencia de carbono y agua, dos elementos básicos de la vida terrestre. Los investigadores, no obstante, llegaron a esta conclusión de carácter preliminar con tan solo una porción del material recolectado, en concreto, con el obtenido en el exterior del mecanismo.
Cuando hablamos del mecanismo nos referimos al Touch-and-Go Sample Acquisition Mechanism (TAGSAM), el encargado de preservar la muestra de la “contaminación” de la atmósfera terrestre en un ambiente controlado. Allí, precisamente, se encuentra la mayor parte del material recolectado por la misión en el asteroide Bennu en 2020.
¿Qué es lo que ha sucedido entonces? Pues buen, los científicos todavía no pueden acceder a este valioso recurso dado que los especialistas de la NASA no han conseguido abrir el contenedor principal del TAGSAM. En la última semana, el equipo del Centro Espacial Johnson ha conseguido liberar 33 tornillos del mismo, pero dos están atascados.
Parte del material recogido por OSIRIS-REx en la parte superior del TAGSAM
En este tipo de escenario, las alternativas para solventar el problema son limitadas y se estudian minuciosamente. De hecho, hasta ahora se han utilizado únicamente las herramientas aprobadas para la misión OSIRIS-REx, pero estas no han funcionado. Lo que toca ahora es “implementar nuevos enfoques” para recuperar la muestra.
Cabe señalar que las novedades no llegarán en un par de días. La NASA espera dedicar varias semanas a desarrollar y poner en marcha un nuevo procedimiento para acceder al TAGSAM. Mientras tanto, recordemos, seguirá estudiando la generosa muestra obtenida del cabezal exterior del mecanismo, que ha superado las expectativas.
El objetivo de la OSIRIS-REx era recolectar al menos 60 gramos de muestras de Bennu. Lo cierto es que las obtenidas hasta el momento alcanzan los 70,3 gramos. El balance de la misión, como podemos ver, está siendo estupendamente positivo, aunque se haya topado con esta dificultad para acceder a la mayor parte de la muestra.
Imágenes: NASA
Ver 36 comentarios