Lo que parecía hace unas semanas pequeños problemas de “mantenimiento” en la ISS, han pasado a otra categoría. A lo largo de los más de un cuarto de siglo que ya tienen muchos de los elementos de la estación han existido problemas y averías, también fugas, pero los últimos datos han puesto en otra situación a la envejecida ISS. La NASA ha dado la voz de alarma.
El informe. Un análisis de la agencia espacial estadounidense confirma que sus administradores responsables de operar la estación espacial están seriamente preocupados por una pequeña sección de la parte rusa de la estación. En esencia, hablamos de un túnel que conecta un módulo más grande a un puerto de acoplamiento, uno que tiene una fuga muy peligrosa.
En estos momentos, tanto Rusia como Estados Unidos están al tanto de este pequeño módulo PrK que se encuentra entre una esclusa de aire de la nave espacial Progress y el módulo Zvezda, el mismo que ha tenido una fuga desde septiembre de 2019. El nuevo informe publicado por el inspector general de la NASA proporciona detalles no publicados anteriormente por la agencia espacial que subrayan la gravedad del problema.
La fuga. Según el mismo, tanto la NASA como la agencia espacial rusa Roscosmos están “trabajando juntas para abordar los problemas estructurales con el túnel de transferencia del módulo de servicio ruso”. En el informe se indica que “Roscosmos confía en que podrán controlar y cerrar la escotilla del módulo de servicio antes de que la tasa de fugas alcance un nivel insostenible”.
Sin embargo, no parece que haya el mismo nivel de entendimiento a la hora de evaluar el momento en que estarían ante un problema más serio. Del mismo informe se recoge que, “la NASA y Roscosmos no han llegado a un acuerdo sobre el punto en el que la tasa de fugas es insostenible”.
Un problema de meses. Ahora sabemos gracias al informe que en febrero de este año la NASA identificó un aumento en la tasa de fuga bastante alto, y en abril esta tasa aumentó todavía más. Peor aún, a pesar de años de investigación, ni los funcionarios rusos ni los estadounidenses han identificado todavía la causa real subyacente de la fuga.
Rusia reconoció el problema en febrero, pero entonces dijeron que no representaba ningún peligro para la seguridad de la tripulación. El nuevo informe lo contradice, ya que subraya un "aumento en la tasa de fugas a su nivel más alto hasta la fecha".
El plan, por ahora. En estos momentos, la idea de ambas agencias espaciales para mitigar el riesgo es bastante simple: mantener cerrada la escotilla del módulo Zvezda que conduce al túnel PrK. Con el tiempo, si la fuga empeora aún más, dicha escotilla podría tener que cerrarse de forma permanente, lo que reduciría el número de puertos de acoplamiento rusos en la estación espacial de cuatro a tres.
Nivel de riesgo. El problema, por tanto, parece lejos de arreglarse, ya que el informe detalla que, desde agosto de 2024, el riesgo de fuga del túnel de transferencia del módulo de servicio ha pasado a puntuarse como "5 de 5". ¿Esto qué significa?
La tarjeta de puntuación de riesgo de la NASA se basa tanto en la "probabilidad de riesgo", es decir, la probabilidad de que ocurra un riesgo potencial, como en el "impacto del riesgo", es decir, el daño potencial que podría ocurrir si surge un problema. Cinco, obviamente, se considera "el más grave" en la escala de cinco puntos.
El horizonte. Así las cosas, se sabe que está previsto que la ISS solo esté en operaciones con la NASA hasta 2030, momento en el que planean asociarse con SpaceX y desorbitar la estación de manera controlada. Pero como explicamos la semana pasada, Rusia se comprometió a permanecer a bordo solo hasta 2028, por lo que este problema añade aún más presión a la situación y la relación entre ambos países y sus respectivos intereses en la carrera espacial.
Imagen | Essam
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