Blaubeuren está a medio camino entre Stuttgart y Munich, tiene 12,500 habitantes y, hasta hace unas semanas, tenía el mayor meteorito jamás hallado en Alemania en un jardín de una casa. La piedra de 30 kilos y 26 gramos llevaba allí desde que en 1989, mientras realizaban las obras de una vivienda, un grupo de obreros diera con ella. En seguida se dieron cuenta de que era algo extraño, muy pesado y con alto contenido en hierro. Justo después, no hicieron nada.
En 2015, el propietario estuvo a punto de tirarlo, pero finalmente lo dejó arramblado en el sótano. Hasta que hace unos meses, a alguien de la familia se le ocurrió contactar con el Centro Aeroespacial Alemán (DLR). El Centro encargó varias pruebas y los resultados han resultado concluyentes. "Benthullen", el meteorito de 17 kilos que hasta ahora ostentaba el récord en el país teutón, perdía su corona. Había un sheriff en la ciudad.
Pero, ¿Cuánto son 30 kilos en este mundillo? Es decir, ¿Ser el mayor meteorito de Alemania significa algo en este contexto? ¿Cuáles son los meteoritos más grandes encontrados en la Tierra?
La difícil tarea de organizar la lista de los meteoritos más grandes del mundo
Aunque los inuit conocían las masas de hierro de Cape York desde tiempos inmemoriales y las usaban para extraer metal. No fue hasta 1818, durante la primera expedición de John Ross, cuando los exploradores occidentales conocieron el lugar. No obstante, entre esa fecha y 1883, Reino Unido, Dinamarca y Suecia organizaron hasta cinco expediciones para encontrarlas. Infructuosamente. No fue hasta 1894 cuando Robert E. Peary las encontró en la hoy conocida como Isla del Meteorito, al norte de Groenlandia.
Hoy están en el Museo Americano de Historia Natural de Nueva York y, más allá del eterno conflicto sobre si las piedras fueron robadas o no, es una buena muestra de la historia de la mayor parte de los grandes meteoritos que hemos encontrado. Se tratan de piezas raras, enormes, difíciles de pesar. Piezas que usualmente fueron encontradas por campesinos o gentes del lugar y "redescubiertas" para la ciencia internacional por algún geólogo viajero.
Eso pasó en Sinaloa 1863 cuando un grupo de campesinos de la sindicatura de Bacubirito se encontraron con una pieza metálica de veintidós toneladas mientras trabajaban en la zona, pero el geólogo Gilbert Ellis Bailey fue el que se llevó el mérito. También ocurrió con Mbozi, un meteorito metálico de 16 toneladas, que aunque era bien conocido por los habitantes de aquella región de Tanzania, fue 'redescubierto' en los años 30.
No obstante, no es una simple cuestión de reconocimiento. En general, hasta hace muy pocos años, pesar meteoritos era algo realmente complejo. De hecho, aún hoy, si miramos diversos rankings internacionales nos sorprenderemos al comprobar que las cifras bailan constantemente. Y, es más, durante siglos muchas de estas piezas fueron usadas como fuentes de mineral (por lo que no se sabe a ciencia cierta cuanto pesaban anteriormente).
Sea como sea, y más allá de las dificultades metodológicas, sí sabemos quiénes son los reyes indiscutibles de este complicado ranking. Más allá de los enormes Cabo York, Bacubirito o Mbozi, para ver los pesos pesados hemos de irnos de viaje al Hemisferio Sur
El podio del meteorito terrestre
El Chaco
La medalla de bronce viaja hasta Argentina, concretamente en una zona denominada Campo del Cielo, a 12 kilómetros de la localidad de Gancedo en la provincia del Chaco. Allí, un vecino de la zona, Raúl Gómez, encontró con su detector de metales una enorme masa metálica. Más tarde, el astrónomo William Cassidy dirigió la excavación para extraerlo y analizado a principios de los años 80.
Con sus 28.840 kilos, fue durante décadas el segundo meteorito más grande del mundo. Como curiosidad, en 1990, un conocido cazador de meteoritos, Robert Haag, urdió un plan para robarlo. Afortunadamente, la policía argentina se adelanto y frustró el complot.
Ganzedo
La medalla de plata es muy reciente y, para desgracia de El Chaco, el enemigo que lo desbancó estaba muy cerca, en Campo del Cielo. El 10 de septiembre de 2016 un equipo de exploradores de la Asociación de Astronomía del Chaco se dio de bruces con él. Según las estimaciones, había impactado en la Tierra hace unos 4.000 años y, tras analizarlo, se dieron cuenta de que superaba las 30 toneladas.
Hoba
En 1920, un granjero que vivía a las afueras de Grootfontein en la región namibia de Otjozondjupa araba su tierra con la ayuda de un buey. Entonces, oyó un crack. Acaba de descubrir una mole de 66 toneladas y el tamaño de un coche compacto. Se trata, pues, del meteorito más grandes jamás encontrado en la superficie de la Tierra. Desde 1987, la granja de Hoba Oeste, el sitio donde se encontró que da nombre a la piedra, es un centro turístico y educativo.
Quizás lo más interesante de Hoba, además de su tamaño, es que nunca se ha movido. Lleva en el mismo sitio 80.000 años y, por el hecho de que no dejara un cráter, creemos que la atmósfera terrestre desaceleró el cuerpo haciendo que golpeara la superficie a terminal. Por ello, el Hoba está esencialmente intacto.
Imagen | Daniil Silantev
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