Hoy la India ha hecho historia. Hace unas horas la agencia espacial del país asiático ha confirmado que el satélite que habían lanzado para poner en órbita en Marte ha logrado su objetivo. Tras diez meses orbitando alrededor de la tierra, Mangalyann se convierte en el primer satélite fabricado por un país asiático en alcanzar el planeta rojo.
Todo un mérito si tenemos en cuenta que en este continente hay otras potencias como China o Japón apostando fuerte por las misiones espaciales. La India lo ha conseguido con un factor muy a tener en cuenta también: ha sido la misión a Marte más barata de la historia.
Llegar a la órbita de Marte cuesta 72 millones
Cuando el 18 de noviembre la NASA lanzó Maven al espacio, la agencia espacial de los Estados Unidos había invertido 671 millones de dólares en llevarla a cabo con éxito (llegó a la órbita de Marte el pasado 21 de septiembre). Una cantidad elevada en comparación con otras misiones a este planeta.
Bajamos a los 386 millones que invirtió la agencia espacial europea en Mars Express Orbiter o los intentos fallidos de Japón y Rusia que costaron 189 y 117 millones respectivamente. ¿Cuánto ha invertido la India en poner en órbita a Mangalyaan? 72 millones. Un presupuesto medido al milímetro.
La India ha reutilizado muchos componentes electrónicos para construir a Mangalyann, un satélite de 15 kilos de peso que para ponerlo en órbita se han utilizado cohetes más pequeños y, por extensión, una cantidad menor de combustible. Los motores de fusión andan lejos todavía. Al haber orbitado durante 10 meses alrededor de la tierra ha podido coger impulso suficiente para llegar a Marte con los recursos justos. De 51 misiones a Marte solo Estados Unidos, Europa y Rusia lo han conseguido con éxito.
No se trata solo de ahorrar por ahorrar, el presupuesto que tiene la agencia espacial de la India es muy reducido: 1.200 millones pueden parecer mucho pero si lo comparamos con los 17.500 millones que tiene la NASA al año vemos que, efectivamente, es muy modesto. A esto hay que sumarle el handicap de tener que haber desarrollado su propia tecnología ya que muchos países se negaron a cooperar con ellos por diferentes motivos, entre ellos las pruebas nucleares que hicieron hace años.
El siguiente objetivo para la India es poner un satélite en órbita en la luna pero su gran ambición es llevar a cabo una misión tripulada. Veremos si lo consiguen pero mientras, ya pueden decir que han entrado en un selecto club donde solo unos pocos han triunfado llegando a las proximidades del planeta rojo.
Vía | WSJ
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