Al contrario que en 'El día de mañana', el parón de la corriente del Atlántico acelerará el calentamiento global

La corriente circulatoria del Atlántico es uno de los motores más importantes del clima de la Tierra. Tanto es así que hasta ha protagonizado alguna película sobre catástrofes, porque si se parara, las consecuencias sería cataclísmicas. Pero el problema que estamos observando es ligeramente distinto, e igual de malo, a lo que prevé la ficción: el cambio de este fenómeno podría acelerar el calentamiento global.

No será 'El día de mañana'

En 2004 se estrenaba el casi infame film de Roland Emmerich "El día de mañana" . Dejando de lado su calidad como película, su planteamiento pone al servicio del espectador una idea que lleva preocupando a los científicos desde hace tiempo: ¿y si se para la gran corriente circulatoria del Atlántico?

Esta es uno de los motores principales del clima en este pequeño planeta ya que trabaja como una "cinta transportadora" a gran escala, moviendo el flujo neto de calor desde las regiones tropicales hacia las polares. Esto es básico para explicar la distribución climática que tenemos a nivel global.

En la película, este flujo se detiene, de repente, y provoca una tormenta de proporciones épicas. Al no transportarse el calor, de pronto, la pérdida de temperatura se convierte en algo catastrófico, congelándolo todo a su paso. Huelga decir que en nuestro planeta no podría pasar algo así, porque por muy abrupto que pueda ser un cambio a nivel global, no ocurrirá de la noche a la mañana, sino a lo largo de décadas.

Desde los 60 se observa un descenso en la capacidad de transporte de la corriente oceánica del Atlántico

Pero, además, el planteamiento tiene otro problema, según han descubierto los investigadores. Efectivamente, desde mediados de los sesenta venimos observando un descenso en la capacidad de transporte de la corriente oceánica del Atlántico. Pero en vez de coincidir con una bajada abrupta de las temperaturas, lo que ha ocurrido ha sido justo lo contrario: el planeta se ha calentado rápidamente.

El calentamiento global abrupto

Desde hace unos años, según vamos entendiendo mejor el cambio climático, los investigadores han puesto sobre la mesa la posibilidad de que el cambio climático pueda traer consecuencias inesperadas. Por ejemplo, el cambio climático abrupto es uno de los mayores peligros a los que se enfrenta la humanidad. Dicho cambio puede provocar el aumento brusco de los niveles del mar, o la temperatura, así como la incidencia de factores meteorológicos extremos.

Lo más curioso es que, en realidad, parece que este cambio brusco, incluyendo el calentamiento global abrupto, ya lo estamos viviendo. Así lo muestran los últimos registros de temperatura, además de otra suerte de factores que nos indican lo mismo.

Esta velocidad de cambio no es normal para el planeta. Hasta donde sabemos, todos los cambios climáticos se producen a una velocidad mucho más pausada y lenta, tardando cientos de miles o millones de años. Todos los cambios ocurridos rápidamente han estado relacionados, según los datos geológicos, a pérdidas importantes de biodiversidad. Por ejemplo, hace unos 250 millones de años ocurrió la extinción masiva del Pérmico-Triásico, que acabó con el 95% de las especies terrestres.

El aumento de las temperaturas que estamos viviendo ahora mismo, sin embargo, está ocurriendo no en miles, ni tan siquiera cientos de años, sino en décadas. ¿Cuáles pueden ser las consecuencias? No lo sabemos, pero los científicos temen que pueden ser aterradoras.

Un ciclo que calentará más la Tierra

Para poder entender un poco mejor este panorama, hace ya un tiempo que una colaboración entre los científicos del National Oceanography Centre Southampton, University of Miami, Rosenstiel School of Marine and Atmospheric Science y el Atlantic Oceanographic and Meteorological Laboratory se dedica a medir con las últimas tecnologías disponibles el cambio en la corriente meridional oceánica del Atlántico.

Según los modelos, el planeta no se va a enfriar con la detención de la corriente oceánica, sino que se va a calentar más

En sus últimos estudios creen haber encontrado un patrón peligroso y que coincide con las evidencias que demostraban lo que antes contábamos: que el planeta no se va a enfriar más con la detención de la corriente oceánica, sino que se va a calentar más. Esto, según parece, se debe a que cada sesenta o setenta años cambia el ciclo de la corriente, deteniéndose. Pero en vez de enfriar, lo que provoca es una aceleración del calentamiento a nivel global.

Después, se produce una reducción de este aumento y, creen, volvería a comenzar el ciclo. Así, desde 1975 a 1998, la corriente oceánica estaba en una fase lenta. A medida que los gases de efecto invernadero se acumulaban en la atmósfera, la Tierra experimentó un calentamiento acelerado en la superficie. En el 2000 y hasta ahora, la corriente ha vuelto a su fase más rápida, con lo que el Atlántico Norte ha estado eliminando el exceso de calor de la superficie de la Tierra y almacenándolo en las profundidades del océano.

Tabla de temperatura (arriba) y capacidad de la corriente oceánica del Atlántico (abajo). Fuente: Ka-Kit Tung/Universidad de Washington

Esta investigación, además, es coherente con los últimos resultados que apuntaban a que la pausa en el calentamiento global observada en las dos últimas décadas se debe a la absorción del calor en el fondo del mar gracias a las corrientes marinas. Pero, si se cumple lo que predicen los modelos, eso significa que para 2050 el calentamiento volverá a acelerarse, lo que provocará, estimamos, nuevas consecuencias.

Como ya hemos hablado en más de una ocasión, el cambio climático no es algo que podamos detener. Lo podemos mitigar, reduciendo algunas de sus consecuencias más graves, pero la única opción ahora es adaptarnos. Y para ello, lo mejor que podemos hacer es tratar de entender lo mejor posible cómo ocurrirá.

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