Cada vez hay más empresas intentando alcanzar el elusivo santo grial de la energía limpia: la fusión nuclear. Una de las que promete conseguirlo a bajo coste es First Light Fusion con su proyectil de tungsteno.
Disparo récord. La startup británica ha avanzado este año en su camino hacia la fusión nuclear disparando una máquina de pulso electromagnético de 80 billones de vatios, la más potente del mundo, a una presión sin precedentes.
First Light ya fue en su momento la primera empresa privada en disparar la Máquina Z del Laboratorio Nacional de Sandia, en Estados Unidos. Gracias a su tecnología amplificadora, la empresa ha conseguido hacerlo ahora a una presión de 1,85 terapascales, batiendo el récord anterior de 1,5 terapascales y demostrando que el pulso puede generar las condiciones extremas necesarias para la fusión.
Un poco de contexto. La fusión nuclear es la misma reacción que alimenta a las estrellas, en la que los átomos de hidrógeno se fusionan para formar helio, liberando una inmensa cantidad de energía.
Lograr este proceso en la Tierra ha obsesionado a científicos e ingenieros de todo el mundo durante décadas, ya que desbloquearía una fuente de energía limpia y prácticamente ilimitada. Pero, hasta ahora, la complejidad y el coste de los métodos tradicionales, que utilizan láseres y potentes campos magnéticos, han sido grandes obstáculos.
El proyectil de First Light. La estrategia que ha elaborado First Light Fusion, basada en el confinamiento inercial de plasma, es lanzar un proyectil de tungsteno a una velocidad muy alta para que colisione con una cápsula de deuterio alojada en el interior de una cámara de vacío.
La velocidad a la que se desplaza el proyectil debe ser lo suficientemente alta para que la energía del impacto provoque la implosión de la cápsula de combustible y la reacción de fusión entre los átomos de deuterio, un isótopo del hidrógeno, tenga lugar.
Ventajas y problemas de esta estrategia. El método de First Light evita los complejos láseres e imanes de los reactores de fusión por confinamiento magnético, así como su alto coste energético, abriendo la puerta a una fusión más sencilla y barata.
Pero aunque estos avances sean significativos, la escalabilidad y sostenibilidad a largo plazo de la fusión por confinamiento inercial están lejos de superarse. Para que el sistema de First Light sea viable tiene que ser capaz de lanzar un proyectil cada 30 segundos que sostenga la reacción de fusión a lo largo del tiempo, algo que están lejos de conseguir.
Imagen | First Light Fusion
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