Despedir masivamente por Zoom está de moda: otra empresa echa a unos 2.500 empleados por videollamada

Hace unos meses la fintech Better.com se hizo mundialmente famosa por despedir a 900 empleados a la vez en una misma videollamada de Zoom. Una práctica que parece estar extendiéndose entre las empresas de Estados Unidos, ya que ahora otra compañía norteamericana, en este caso Carvana, que se dedica a la compraventa de coches usados por internet, ha despedido a unos 2.500 trabajadores por el mismo método, según Protocol.

El caso de Carvana. En este último caso, los despidos no se habrían producido a la vez en una misma videollamada, sino en varias de ellas, aunque todos tuvieron lugar el mismo día, el pasado martes 10 de mayo, por lo que esas reuniones por Zoom fueron multitudinarias.

La empresa se ha defendido y ha señalado que menos de la mitad de los despidos tuvieron lugar a través de videollamadas, y que mantuvieron tantas conversaciones en persona como pudieron. Sin embargo, el portavoz de Carvana se negó a especificar a Protocol el número de personas que habían sido echadas de la empresa por Zoom, y no cuestionó en un principio que la cifra de despidos en remoto fuese de 2.500 trabajadores.

Los motivos. Las explicaciones de Carvana para ejecutar estos despidos son las mismas que han ofrecido otras empresas en situaciones parecidas: malos resultados económicos e inflación. Aunque, en este caso, parece que la compañía también ha apretado el cinturón a los directivos, quienes habrían renunciado a su sueldo por el resto del año para ayudar a pagar las indemnizaciones a los trabajadores que han echado, según un documento de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos.

Antecedentes. Además de Better.com, que es el precedente más conocido, otras empresas han aplicado esta fórmula para deshacerse rápidamente a un número masivo de empleados. Es el caso de TripActions, que echó a 300 trabajadores a través de una misma videollamada. Aunque, en este caso, la empresa de viajes tenía una buena excusa: los despidos se produjeron en marzo de 2020, pocos días después de que se desatase la pandemia mundial, cuando las cuarentenas obligatorias estaban a la orden del día y no se permitía que los trabajadores acudiesen a sus puestos de trabajo salvo que fuese estrictamente necesario.

Acciones imposibles en España. Este tipo de despidos masivos y a distancia sólo se pueden dar en mercados laborales poco regulados, como el estadounidense o el indio. En España, aunque también es posible despedir de forma colectiva, la ley protege mucho más al trabajador, el proceso es más largo y en ningún caso se puede resolver con una simple videollamada o un mero correo electrónico, como ya explicamos en Xataka.

Para empezar, si una empresa grande como Carvana -que antes del despido tenía unos 6.600 empleados, según su página de LinkedIn- quiere abordar una acción de esta naturaleza y tamaña envergadura, no puede simplemente comunicárselo a los afectados y proceder a echarlos, ya que el Estatuto de los Trabajadores recoge, en su artículo 51, que destituir a 30 trabajadores o más en compañías con más de 300 contratados se considera un despido colectivo, un procedimiento que se rige por unas reglas muy estrictas y concretas.

Negociación. Para proceder a un despido colectivo en nuestro país, la empresa primero tiene que comunicar por escrito (y por un medio por el que quede acreditado el recibo, como un burofax) a los trabajadores o a sus representantes su intención de iniciar el proceso, abrir un periodo de consultas y convocar una comisión negociadora, entre otros formalismos, sólo para empezar a tratar el cese de los contratos, según explica el Ministerio de Trabajo y Economía Social.

Ese escrito debe reflejar los motivos por los que se acomete esta decisión y la fecha de la rescisión. Una vez hecho esto, de forma opcional el empleador puede convocar a esa persona a una reunión por videollamada para profundizar en los detalles y abordar el despido con mayor tacto. El documento, además, tiene que ser individual. Es decir, no se podría replicar por escrito lo que hizo el CEO de Better.com en Zoom y redactar una mismo texto para echar a varios trabajadores y, así, ahorrar tiempo.

Despido improcedente. En España ya ha habido algún caso en el que se ha considerado improcedente un despido telemático porque el empleador no se ha acogido al procedimiento legal para hacerlo, aunque en este caso fue por usar el servicio de mensajería instantánea WhatsApp. Así, el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura consideró improcedente el despido de una empleada a la que fue comunicada la rescisión de su contrato por la aplicación de chat porque no lo consideró un medio de comunicación fehaciente y porque no reflejaba los motivos del cese, según recoge el portal Noticias Jurídicas.

De esta forma, las leyes españolas protegen mucho más a los trabajadores que las estadounidenses, donde el despido verbal es considerado legal, los trámites son menores y los márgenes del despido masivo, más amplios.

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