La lluvia puede resultar molesta. Nos moja, nos pone tristes y puede arruinar días señalados. De hecho no es ninguna casualidad que existan empresas que cobren por asegurarse de que no lloverá el día de tu boda. Pero si hay algo peor que la lluvia es la falta de ella, y por eso cada vez hay más países que invierten dinero en la siembra de nubes.
Aunque pueda parecer algo sacado de un libro de ciencia ficción, lo cierto es que llevamos más de cincuenta años sembrando nubes y haciendo que llueva o nieve en determinados lugares de forma artificial. Hay muchas empresas y gobiernos invirtiendo dinero para desarrollar diferentes técnicas para conseguirlo, aunque todas ellas tienen un origen común.
¿Quién puede querer que llueva?
¿Pero para qué hacer que llueva? Las razones son de lo más variadas, desde políticos que quieren que parezca que están ayudando más a los agricultores hasta la lucha contra incendios o las evidentes necesidades de aquellas zonas del mundo que sufren continuas sequías que están dejando en la miseria a miles de personas.
En julio de 1946, el químico y meteorólogo norteamericano Vincent Schaefer fue el primero en conseguir producir nieve artificial. Lo hizo metiendo huelo seco (CO2 en fase sólida) en una nevera para provocar un descenso de la temperatura, pero se dio cuenta de que el agua enfriada presente en el aire estaba formando nubes de cristales de hielo. Poco después desarrolló su técnica y también fue capaz de hacer que lloviese al aire libre.
Desde entonces se han creado hasta un total de 34 empresas privadas alrededor del mundo que viven de la modificación del clima. También están utilizando estas técnicas gobiernos como el chino, que cosecha nubes en 22 de sus 23 provincias tanto para combatir la polución en las grandes ciudades como para mejorar las lluvias para la agricultura.
Años atrás hubo varios debates sobre si hacer que llueva en una ciudad era robarle la lluvia a otra a la que se dirigía esa nube, pero a día de hoy meteorólogos como el norteamericano Dave Reynolds lo tienen claro: "Las nubes se regeneran continuamente, y se desprenden sólo de una porción de su humedad cuando llueve". Traducido a un lenguaje llano, eso quiere decir que provocar precipitaciones no hace que llueva menos en otros lugares, sino que llueva más en varios sitios.
¿Cómo se puede hacer llover?
Dependiendo del clima y del lugar hay varias maneras diferentes para realizar la siembra de nubes. Las más comunes son en las que se utilizan sustancias como el yoduro de plata, o en las que se usa hielo seco o dióxido de carbono congelado. Para que tenga eficacia es necesario que la nube contenga agua sobreenfriada o en estado líquido por debajo de cero grados.
La sustancia como el yoduro de plata tiene una estructura en forma de cristal parecida a la del hielo, y actúa provocando una nucleación de cristales de hielo a partir de esas gotas de agua. Utilizando hielo seco no hace falta que exista agua por ser un material que, al expandirse, enfría el aire hasta crear hielo a partir del vapor. Aun así, sí que es necesario que haya si lo que queremos es que esos cristales de hielo crezcan tanto como para crear precipitaciones.
Estas técnicas preocupan a algunas personas porque el yoduro de plata en grandes concentraciones puede ser perjudicial para la salud. Pero estudios realizados en Estados Unidos han determinado que la cantidad de este compuesto en los copos de nieve creados de forma artificial es tan pequeño que resulta prácticamente indetectable. De hecho se han detectado mayores cantidades en sitios en los que ni siquiera se han utilizado técnicas de cosechado de nubes.
En algunas otras zonas más cálidas como La India está ganando en popularidad el realizar la siembra de nubes utilizando materiales higroscópicos como la sal. Las moléculas de agua son atraídas por la sal, por lo que sirve para atraerlas, unirlas y crear con ellas gotas de agua.
Los empresarios que se dedican a este tipo de actividades advierten de que sus técnicas no son un Santo Grial que puedan provocar lluvia de la nada, e insisten en que "es tan difícil saber si vas a poder provocar que llueva como predecir el clima", ya que nunca hay dos nubes iguales. También está el problema de que hace falta que haya nubes, aunque ya se está trabajando en sistemas capaces de crear nubes de lluvia mediante láseres.
Imágenes | Hernán Piñera, Hernán Piñera, Wikimedia y _ Liquid
En Xataka | Pedir que no llueva en tu boda es cosa del pasado, lo de hoy es alterar las nubes
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