En los sitios normales, las cigarras tienen ciclos de vida de uno o dos años, tienen tamaños variados de alrededor de una pulgada y pasan los días de invierno pidiéndole comida a las hormigas. Pero América del Norte no es un sitio normal.
Allí nos encontramos con las conocidas como 'cigarras periódicas'. Son siete especies: tres tienen un ciclo de vida de 17 años y otras cuatro, unos de 13. Esto hace que, por los caprichos de la biología y la combinatoria, cada 221 años dos generaciones de circadas (con sus miles de millones de componentes) emerjan del suelo a la vez.
Esto es lo que va a ocurrir en 2024.
¿A la vez? Sí y cuando digo "a la vez" no estoy siendo metafórico. Aunque puede haber algunos ejemplares precoces y otros rezagados, la inmensa mayoría de cigarras salen del suelo durante una noche o dos. Escalan árboles, troncos o plantas altas, se deshacen del cuerpo ninfal y en cuestión de horas maduran y empiezan el festival. Un festival, insisto, de miles de millones de bichos hambrientos.
Poco después de la noche clave, "los machos comienzan a cantar mientras que las hembras permanecen en silencio". En 10 días se habrán apareado y habrán comenzado a poner huevos. Serán unos 500 por hembra, pero el proceso será caótico y atropellado. Las cigarras vuelan, pero son torpes y no dejan de chocarse con cosas convirtiéndose en un alimento fantástico para unos pájaros que no se pueden creer lo que están viendo.
Pero... un momento. ¿De verdad es tan excepcional como parece? Es decir, si nos fijamos en el mapa superior podemos comprobar que en los últimos años otras generaciones de cigarras han coincidido sin que se arme este estruendo. La explicación es que la Generación XIII de las de 17 años y la XIX de las de 13 no solo son unas generaciones enormes, sino que anidan muy cerca (a veces en el mismo sitio), en los mismos territorios del medio oeste y el sureste.
Vale, ¿Y por qué nos interesa? Además de por el hecho de que es un evento que no se repetía desde antes de que Napoleón invadiera España, por su espectacularidad. En principio, las cigarras son inofensivas para los humanos. No obstante, hay que tener en cuenta que producen sonidos para aparearse, por lo que la situación en Ilinois y alrededores va a ser muy muy ruidosa.
Eso es lo más llamativo, pero no es lo más interesante: lo más interesante es que son relojes biológicos a grandísima escala y, estudiando las distintas generaciones, podemos aprender sobre cómo está cambiando el mundo con el cambio climático.
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Imagen | Ian Hutchinson
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