Una DANA llama a las puertas de España, pero es un espejismo: las temperaturas "moderadas" no van a volver

Julio parecía que nos iba a dar un respiro. Tras meses de rarezas meteorológicas y situaciones extremas, parecía que íbamos de cabeza a un mes estable y caluroso; vamos, un mes "plenamente veraniego", como dicen los expertos. Pero, rápidamente, eso se ha acabado: la llegada este domingo de una pequeña DANA desde el Atlántico está dejando lluvias en todo el noroeste y, quizás, una pequeña bajada de temperaturas en el Cantábrico. Es mejor no confiarse.

Venimos de dos meses horrorosos.... Junio ha sido un mes muy raro. Tras la intensa ola de calor del 11 al 18, llegaron unos días con temperaturas muy bajas para lo habitual. No obstante, en conjunto, el mes ha sido "extremadamente cálido y seco en casi todo el país".

No ha llegado a los extremos de mayo (que, recordemos, fue el mayo más cálido desde 1965), pero el cómputo general nos deja en muy mal lugar. Sobre todo, con respecto al agua embalsada (seguimos con un 20% menos que la media de los últimos diez años).

...pero parecía que se había acabado. Aquí, como siempre, la palabra clave es "parecía". La semana pasada fue, en casi toda la península, una semana de temperaturas moderadas. Muy moderadas si las comparamos con las que estaban sufriendo en el norte de Europa. Por eso, la llegada de una borrasca puede generar falsas expectativas sobre cómo va a ser el verano.

¿Qué hace falta para que haga calor en verano y por qué lo tenemos (casi) todo? Más allá de las explicaciones astronómicas básicas (el hecho de que el eje de la Tierra está inclinado y eso hace que la exposición al sol cambie a lo largo del año), la verdad es que la península ibérica es un lugar especialmente bueno para producir calor. Solo se necesita falta de nubosidad, un alto número de horas de sol, cierta estabilidad atmosférica (que hace que el calor quede atrapado e impide que se distribuya) y falta de viento para que el termómetro suba de forma rapidísima. Es decir, solo hace falta que sea verano.

Y eso es hacia lo que vamos. Así que no: aunque durante la semana puede haber chubascos, lo cierto es que las temperaturas van a ir a más. La borrasca no va a tener suficiente entidad como para romper los equilibrios atmosféricos, quebrar la 'trampa de calor' y frenar la producción de altas temperaturas.

De hecho, según la AEMET y su portavoz Rubén del Campo, nos vamos a encontrar un "calor típicamente veraniego, con temperaturas quizá un poquito más altas de lo normal, sobre todo en la mitad occidental". En los próximos días, se alcanzarán hasta 38ºC en puntos del interior oriental y las noches serán tropicales en el área mediterránea. Las lluvias serán un trampantojo. Vamos de cabeza al verano térmico en su sentido más clásico; de cabeza al calor.

Imagen | Ahmer Kalam

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