Hace unos meses conocíamos la noticia del descubrimiento del llamado “oxígeno oscuro”. Esta forma de oxígeno tiene poco de extraordinario desde el punto de vista químico: se trata de moléculas de oxígeno convencionales. Lo que no es convencional en este oxígeno oscuro es su proceso de formación.
Un nuevo proyecto. Ahora, el equipo que anunció el descubrimiento del oxígeno oscuro ha anunciado un nuevo proyecto vinculado con la presencia de estas misteriosas moléculas en las profundidades oceánicas. El objetivo de este nuevo proyecto es el de responder a algunas de las preguntas planteadas tras el hallazgo, especialmente la cuestión de si este proceso se daba en diversas zonas del fondo oceánico.
“Nuestro descubrimiento del oxígeno oscuro fue un cambio en el paradigma de nuestra comprensión de las profundidades del mar y potencialmente de la vida en la Tierra, pero arrojó más preguntas que respuestas”, explicaba en una nota de prensa Andrew Sweetman, quien liderará el nuevo proyecto.
Colaboración internacional. El nuevo proyecto es fruto de la cooperación de dos intituciones, la japonesa Nippon Foundation, encargada de financiar el proyecto con una aportación de dos millones de libras; y la Scottish Association for Marine Science (SAMS), institución que liderará la investigación.
Oxígeno oscuro. Recapitulemos, ¿oxígeno oscuro? Este concepto fue popularizado el año pasado para referirse al oxígeno molecular hallado en las profundidades del océano, lejos de los rayos del Sol, de ahí el apelativo “oscuro”. Hasta ahora, la hipótesis dominante es que el oxígeno solo se forma en nuestro planeta a través de la fotosíntesis, fenómeno dependiente de la energía emitida por nuestra estrella.
La presencia de oxígeno en un lugar donde la fotosíntesis es imposible y separado de las corrientes marinas superficiales, abrió la búsqueda de hipótesis alternativas que explicaran la presencia de estas moléculas en el inhóspito entorno. La respuesta del equipo responsable del hallazgo estaba en los metales que pueden hallarse en el lecho marino, que, según esta hipótesis estarían generando estas moléculas a través de la electricidad, es decir, gracias a la electrólisis.
Verificando la hipótesis. El nuevo proyecto podría servir para verificar esta teoría, puesta en duda por la industria minera, y para explorar hipótesis alternativas que expliquen la presencia inesperada de oxígeno en este entorno. Hipótesis como la de la radiólisis, es decir la posibilidad de que sea la radiación la que, directa o indirectamente, esté desencadenando el proceso.
El equipo también quiere explorar si los procesos que generan este oxígeno oscuro también liberan hidrógeno, así como si este elemento es utilizado como fuente de energía por las comunidades bacterianes que habitan en esta zona del océano. Además, el estudio podría ayudarnos a comprender mejor el impacto que el cambio climático pudiera tener sobre estos ecosistemas.
Conversaciones con la NASA. La agencia espacial estadounidense, la NASA, también ha mostrado interés en ampliar nuestro conocimiento sobre el oxígeno oscuro, aseguran los responsables del proyecto. “Estamos ya en conversación con expertos de la NASA que creen que el oxígeno oscuro podría rehacer nuestra comprensión de cómo la vida se sostiene en otros planetas sin luz solar directa”, añadía Sweetman.
El oxígeno oscuro puede también puede ayudarnos a comprender mejor cómo surgió el oxígeno en nuestro planeta, facilitándonos de paso información sobre el surgimiento de la vida en la Tierra. Vida y oxígeno son conceptos inseparables, pero no sabemos del todo cómo se forjó esta relación.
Imagen | BIOCYAN campaign
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