No fue hace un par de años atrás, tampoco una o incluso dos décadas, imaginar cómo serían los hogares del futuro es algo que llevamos haciendo desde hace ya muchos años. El ser humano siempre ha estado y estará imaginando cómo será el futuro, es lo que nos permite seguir evolucionando, creando y también, condenándonos a un futuro que siempre está llegando.
La domótica es ese campo que más está aprovechando dichas ideas de futuro aunque también uno de los que más sufre la velocidad de innovación y la falta de un consenso o estandarización de las normas que se crean.
El sueño de un hogar del futuro
Años atrás ya se soñaba con hogares automatizados, futuristas, capaces de ofrecer las mayores comodidades a sus habitantes. Y uno de los puntos que más visiones generaba era la cocina. Muebles que tras insertar una tarjeta preparaban la receta, encimeras de inducción para calentar los alimentos y mecanismos con los que la comida llegaba sola a la mesa.
Ideas que en aquel momento dejarían sorprendidas muchas amas de casa pero que con el tiempo se han ido desdibujando. Hemos sobrepasado el año 2000 y no sólo seguimos sin coches voladores, tampoco esas cocinas ni por supuesto trajes ajustados al más puro estilo de Kill Bill. Pero no pasa nada, lo que quedó en bocetos dio paso a otras ideas que sobrepasan lo imaginado. Claro que, aún hay mucho trabajo por delante. Hablamos del internet de las cosas.
El internet de las cosas es un concepto que hace referencia a la forma en que objetos cotidianos se conectan con internet y entre ellos. La idea propuesta por Kevin Ashton en 1999 cobra cada año más importancia. Tanto que, se estima que 50 mil millones de dispositivos estarán conectados en el año 2020, formando así su propia internet.
El problema es que si el avance es imparable, la falta de un nexo en común entre todos ellos está ocasionando más problemas que soluciones, convirtiendo a las soluciones domóticas actuales en un desastre si queremos incorporar de forma seria diferentes soluciones en nuestro hogar.
El desastre de la domótica actual
Si habéis seguido la actualidad las últimas ferias de electrónico de consumo, como IFA, seguro que ya conoceréis mucho de los dispositivos de los que hablaremos ahora. En estos momentos podemos encontrar una gran variedad de aparatos que podemos controlar a través de aplicaciones para smartphones. Tenemos bombillas, interruptores, persianas, cerraduras e incluso cafeteras entre otros tantos gadgets.
Mediante el uso de conectividad wifi o bluetooth, estos dispositivos permiten que los controlemos remotamente desde una aplicación instalada en nuestro terminal móvil. Podemos elegir el color y potencia de las bombillas Philips HUE, modificar la temperatura de nuestro aire acondicionado a través de un termostato como NEST o recibir una notificación una vez finalice el lavado en la nueva Samsung WW9000.
De forma individual, cada uno de estos productos son geniales. Son fáciles de configurar, usar y cumplen. El desastre llega cuando queremos incorporar las soluciones de otros fabricantes. Por ejemplo, junto a nuestras bombillas inteligentes conectamos un sistema de vigilancia, una cerradura inteligente y un termostato. A menos que pertenezcan al mismo ecosistema o fabricante, vamos a encontrarnos con situaciones en la que habrá que ir saltando de aplicación en aplicación para controlar cada uno de ellos. Si son sólo dos vale, pero si son más… ¿cuánto tiempo necesitamos antes de salir de casa?
Las prisas y ganas que numerosos fabricantes tienen por lanzar sus productos y ganar cuota de mercado está provocando que no jueguen bien con otro. La idea inicial siempre fue que pudieran trabajar juntos pero la realidad es muy diferente. Cada uno de ellos suele hacer uso de una caja central que se encarga de gestionarlo a través de los comandos que nuestro smartphone u ordenador envía.
Pero tener cada uno su propio centro de control no sería tanto problema si al menos hablasen el mismo “idioma”. Los sistemas de conexión entre dispositivos usan en la mayoría de ocasiones la conexión wifi, ZigBee o Z-Wave. Los dos últimos son las opciones más interesantes debido a su facilidad de conexión y menor consumo energético.
Una solución es esperar a que propuestas como Thread, un nuevo estándar propuesto por Samsung, Nest y otras compañías con la idea de impulsar el desarrollo del hogar inteligente. Esta medida facilita una solución de conexión a bajo nivel que permitiría interconectar las propuestas de todos los fabricantes.
La democratización de la domótica
A pesar de los problemas que hemos visto lo cierto es que la domótica está viviendo un periodo de democratización muy importante. La llegada de productos como la familia WeMo de Belkin, Philips y sus bombillas HUE o todo el ecosistema creado por Smartthings además de la bomba mediática que es NEST han permitido que más y más usuarios introduzcan la domótica en sus hogares.
En la actualidad, cualquiera de nosotros puede tener un sistema domótico sencillo y práctico en su casa. Por supuesto, habrá situaciones donde resulten más o menos cómodas cada una de las situaciones pero si os interesa podéis integrarlas en casa.
Desde mi punto de vista, en estos momentos, las soluciones más interesantes y de la que todos podemos sacar partido son las siguientes:
Interruptores inteligentes. Gracias a ellos, y conectados en aquellos puntos de verdadero interés, podemos irnos tranquilamente a la calle que si tenemos dudas de si la plancha, la freidora o incluso la placa de inducción encendida la dejamos encendida podremos apagarlos. También son una opción para programar encendidos automáticos mientras estamos fuera durante las vacaciones. Ya sabéis, supuestamente, en casa con luz no entran ladrones.
Termostatos inteligentes. Aquí la oferta es muy amplia, en algunos países NEST no es compatible por defecto pero tenemos alternativas como Wattio, Smartthings y similares. Si tenemos un sistema de calefacción o aire acondicionado estos dispositivos nos permiten ahorrar energía y hacer un consumo eficiente. Por supuesto, también permitirnos llegar a casa y encontrarla a la temperatura idónea. Algo que podemos programar según un horario o incluso mediante opciones de geolocalización.
Sistemas de vigilancia. Posiblemente muchos penséis en Dropcam o las diferentes cámaras IP que otros fabricantes ofrecen. Gracias a ellas podemos vigilar nuestro hogar cuando estamos fuera, tener controlados a los niños mientras juegan solos en su habitación o cualquier cosa que se nos ocurra.
El futuro de la domótica
Durante 2014 hemos visto dos importantes movimientos de cara al futuro de la domótica. Soluciones potentes y flexibles las ha habido siempre. Estándares como KNX, Insteon, X10, etc permiten múltiples posibilidades pero son más costosos de integrar. Pero una vez todo el tema de la domótica ha empezado a interesar al usuario de a pié es cuando las grandes compañías como Google o Apple han movido ficha.
Google con la adquisición de NEST y la reciente presentación de Android Wear son su apuesta por facilitar esa integración y control entre dispositivos. Especialmente interesante es el uso de un smartwatch para controlar nuestro hogar inteligente.
Apple por su parte presentó HomeKit, una plataforma que permitirá integrar en una sola aplicación todos aquellos dispositivos conectados. Una solución a ese problema de las cincuenta aplicaciones para controlar cada dispositivo en la actualidad.
Por tanto, junto al Smartphone que sigue siendo la llave del hogar digital, el futuro de la domótica pasa por establecer un sistema de interconexión común, por métodos que permitan asignar y controlar varios dispositivos desde una sola aplicación y con el teléfono móvil o wearables como mando a distancia.
Asistentes de voz y la inteligencia artificial
Por supuesto no nos olvidamos de dos aspectos claves en el futuro de la domótica en el hogar: el uso de asistentes de voz y la inteligencia de los dispositivos. La llegada del uso de los asistentes de voz a la domótica, más allá de simples comandos ya predefinidos, llegará este mismo año con HomeKit y Sir, Google Now y también Cortana de Microsoft.
Los tres principales desarrolladores de sistemas operativos para dispositivos móviles ya cuentan con asistentes de voz que mejoran rápidamente en su capacidad de comprensión, y el la apertura de sus APIs para ser usados por aplicaciones de terceros son una realidad. Además, al igual que en los smartphones, vamos a poder activarlos mediante un simple comando que “despertará” al asistente.
El tema de la inteligencia artificial, de esa capacidad de actuar en consecuencia y según lo aprendido aún tiene mucho desarrollo por delante. Mediante el uso de diversos algoritmos o servicios como IFTTT se pueden automatizar y dotar de cierta capacidad de elección a nuestro termostato por ejemplo. Pero aún no es un sistema capaz de tomar decisiones según el número de personas en una habitación, la situación y actividad que realiza cada uno, etc. Para eso habrá que esperar y por supuesto da para otro artículo en el que hablar largo y tendido. Lo interesante es que se está avanzando y uno de los últimos ejemplos ha sido Jibo, un robot que seguro todos querréis tener.
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