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“Lucharemos con armas políticas y jurídicas”: Feijóo intenta finiquitar el ciclo de Pedro Sánchez por todos los medios

Alberto Núñez Feijóo y Juan Manuel Moreno en la clausura de la 27 Interparlamentaria del PP, celebrada en Sevilla este fin de semana.

Daniel Cela

Sevilla —
30 de marzo de 2025 14:15 h

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La 27 Interparlamentaria del PP, celebrada este fin de semana en Sevilla, ha servido de revulsivo electoral al partido de Alberto Núñez Feijóo, quedando relegados los debates de políticas sectoriales. Los populares han celebrado foros sobre vivienda, políticas sociales, bajada de impuestos, el sector agroalimentario y la defensa de los valores democráticos, pero cada ágora se ha explayado extensamente en atizar a la figura del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Con todo, el presidente del PP se ha reservado un anuncio de calado para el discurso de clausura: la deflactación de la tarifa del IRPF para la campaña de la renta que arranca en abril, una medida que los populares llevarán al Congreso a través de una proposición no de ley (PNL), reclamando además que se produzca “con carácter retroactivo”. En realidad, es la segunda vez que presentan esta medida.

La deflactación del impuesto de la renta sobre las personas físicas es una medida que ya existe en Andalucía, en otras comunidades gobernadas por el PP, pero también por el PSOE. Los de Feijóo se lanzaron a apoyar que quienes cobran el Salario Mínimo Internacional no tributen por el IRPF, tras ver el profundo cisma que provocó este asunto entre la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la de Trabajo, Yolanda Díaz. Esa cicatriz, resuelta con un acuerdo in extremis, ha sido probablemente la crisis más aguda dentro del Gobierno de coalición, que deja una imagen de mayor inestabilidad cuando airea sus diferencias en políticas sociales.

El PP ha visto un filón en esa arena política, que además le permite hacer gala de su paradigma fiscal, convencido de que bajar sistemáticamente los impuestos reactiva la economía y genera más ingresos. Liberalismo de libro. “Vamos a reclamar que los que ganen menos de 40.000 euros paguen menos impuestos a través del IRPF”, ha detallado Feijóo.

“O España o nosotros”

Pero la 27 Interparlamentaria del PP en Sevilla no ha tratado de políticas sectoriales ni de iniciativas parlamentarias previstas para esta semana. Había dos mensajes: uno de fortaleza hacia adentro, de tener a toda la tropa con la rodilla clavada en el suelo de la pista de carreras para cuando suene el disparo. “Hay que llevar la calle a los parlamentos y los parlamentos a la calle”, ha dicho Feijóo. “Lucharemos con armas políticas y judiciales”, ha remachado Moreno. Y otro, más recurrente, sobre la imagen de una España al borde del precipicio, empujada por Pedro Sánchez, y de la que sólo el PP puede salvarla.

“O España o nosotros”, ha resumido en la clausura el presidente y líder del PP andaluz, Juan Manuel Moreno, evocando aquella frase mal atribuida al general De Gaulle -“O yo o el caos”-, tras describir la España de Sánchez como una suerte de país avocado al precipicio. “El PP es el único que puede sacar al país del atolladero en el que nos ha metido Sánchez”, ha asegurado el anfitrión, subrayando que “esta vez el PP está preparado, convoquen cuando convoquen, aunque lo hagan el 2 o el 3 de agosto, esta vez no cuela”.

El foro de los populares ha sido una expresión del músculo de poder institucional que atesoran en España. “El PP gobierna este país a través de 14 comunidades autónomas, diputaciones, alcaldías, concejos”, ha afirmado Elías Bendodo, vicesecretario general de Política Autonómica y organizador del evento.

Las cifras del poder del PP se han repetido una y otra vez a lo largo de la Interparlamentaria: un total de 769 parlamentarios, que incluye los 465 diputados autonómicos, 145 senadores, 137 diputados en el Congreso y 22 eurodiputados. Feijóo ha esgrimido esa fortaleza institucional, pero sus continuos llamamientos a Sánchez para que disuelva las Cortes y convoque elecciones ha visibilizado su falta de apoyos para presentar una moción de censura. Tampoco la ha mencionado hoy, pero sí ha tronado: “O se somete a las Cortes o se somete a las urnas. No es posible seguir con la decadencia de la democracia y del Estado de derecho. ¿Qué república bananera es esta?”.

Feijóo ha admitido que, pese a ganar las últimas cuatro elecciones -generales, autonómicas, municipales y europeas- “nos faltó completar el 100% de nuestros objetivos”. Moreno ha asegurado que ve al PP ufano, eufórico, con ganas, con expectativas de ganar. Es cierto, pero también lo es que esa frustración por no tener el Gobierno de España ocupa casi tanto espacio como el orgullo de controlar la mayoría de autonomías, alcaldías y diputaciones del país. En el PP se mezcla el entusiasmo con un cabreo indisimulado, que se filtra a través de un lenguaje bronco: “sinvergüenzas”, “golfos”, “amigos de asesinos”, “corruptos” son algunos de los apelativos dirigidos a los socialistas y, en particular a Sánchez.

El dirigente gallego ha regresado a Sevilla tres años después del congreso que le encumbró como presidente del PP en una transición exprés y volcánica para cercenar a su predecesor, Pablo Casado, tras un pulso fallido contra la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso.

El presidente del PP ha repetido hoy las mismas palabras que hace tres años en Sevilla: “No soy infalible, pero sí soy tenaz, y no voy a parar hasta que logre que los españoles tengan un gobierno del que fiarse”. El público se ha levantado para aplaudir, porque de eso va esta película, mantener tensionada a la tropa, porque en el PP está instalada la sensación -entre el ansia y el vértigo- de que Sánchez puede convocar en el mejor momento para él y en el momento más imprevisible para sus rivales, como hizo en 2023.

“Somos el rival a batir de todos, de la izquierda y de la derecha”, ha dicho, en unas jornadas en las que ningún dirigente se ha guardado las puñaladas contra Vox, a los que han tildado de “mayordomos de los poderosos”. “Dicen que están en contra de los aranceles, pero a favor de Donald Trump. Eso es como decir que estás a favor del Papa, pero en contra de la Iglesia. No es posible”, ha resumido Bendodo.

Por el camino de Mazón

En el foro del PP en Sevilla, que ha reunido a más de 500 personas en un céntrico hotel de la ciudad, ha revoloteado la ausencia del presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, la figura que más inquieta ahora en el partido: por su gestión de la DANA, que dejó más de 200 muertos, y que está bajo la lupa de la Justicia; y por el pacto presupuestario que acaba de cerrar con la ultraderecha, previo peaje de hacer suyo los postulados más radicales de Vox en materia de inmigración y de negacionismo climático.

Mazón no ha estado en Sevilla, pero tampoco el resto de presidentes autonómicos. Tampoco en la anterior Interparlamentaria, celebrada en Ourense en enero de 2024. Pero el pacto PP-Vox en la Comunidad Valenciana sí ha formado parte del debate interno del PP. La secretaria general, Cuca Gamarra, dejó claro el sábado que el camino está allanado para que otros gobiernos regionales sigan los pasos de Mazón, con toda seguridad, Murcia y Aragón, y con más dudas en otros territorios, como Castilla y León y Baleares.

Gamarra avaló esos pactos recordando precisamente el antecedente andaluz: Moreno fue el primero, en 2018, en firmar un pacto PP-Vox en España para ser investido presidente de la Junta, asumiendo también postulados ultraderechistas que rompieron consensos políticos que hasta entonces parecían intocables: sobre igualdad de género y lucha contra la violencia machista, sobre cooperación y políticas de integración en materia de inmigración, sobre medio ambiente y lucha contra el cambio climático.

Moreno gobernó en minoría con Ciudadanos dentro del Ejecutivo, firmó tres presupuestos autonómicos con Vox antes de convocar elecciones en 2022, distanciarse en campaña de sus socios ultraderechistas, y ganar con mayoría absoluta. “Primero gobernamos en minoría y luego tuvimos mayoría absoluta”, ha recordado Gamarra, apelando a un recuerdo del que el presidente andaluz se desentiende cada vez que se lo recuerda la oposición de izquierdas.

“O España o nosotros”. Es la diatriba en la que el principal partido de España sitúa ahora sus militantes. La polarización como estado de ánimo, aunque todos los que han pasado por Sevilla, desde Feijóo a Moreno, han acusado a Sánchez de ser un político que “divide a los españoles”. El binomio que ha verbalizado el presidente andaluz se resolverá en las próximas elecciones generales, que Moreno espera se convoquen “cuanto antes”, pero que sus rivales socialistas en Andalucía ansían ver en el calendario el mismo día que las andaluzas, por ahora previstas para 2026.

A la espera de saber si Moreno se inspiró en De Gaulle, queda otra referencia similar en la mítica portada de la revista Hermano Lobo, donde un orador gritaba a la multitud: “O nosotros o el caos”. La gente le respondía a voces: “¡El caos, el caos!”. Y el político terminaba concediendo: “Es igual, también somos nosotros”.

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