Quién iba a decirlo hace tan solo unos meses. Las cifras no dejan lugar a dudas: la coyuntura actual ha cogido a los fabricantes de circuitos integrados con el pie cambiado. Venimos de dos años y medio durante los que la demanda de chips se ha disparado como consecuencia, entre otros factores, del crecimiento del mercado del ordenador personal propiciado por el teletrabajo y del cada vez mayor apetito de la industria del automóvil.
A los grandes fabricantes de semiconductores les ha ido de maravilla. De hecho, como os hemos contado durante meses, la demanda sostenida de circuitos integrados ha sido tan alta que durante más de dos años han sido incapaces de darle una respuesta. Y este panorama ha provocado que muchos de ellos opten por afrontar grandes inversiones para poner a punto en el mínimo tiempo posible nuevas plantas de fabricación de chips.
Intel, TSMC, Samsung o SMIC son algunos de los grandes fabricantes de semiconductores que ya están construyendo nuevas instalaciones, y, aunque siguen siendo necesarias, cabe la posibilidad, contra todo pronóstico, de que a corto y medio plazo no lo sean tanto como vaticinaban hasta ahora las previsiones de los analistas de este mercado. Este inesperado volantazo solo puede tener un detonante: la demanda de chips está cayendo en picado en algunos sectores.
Las cifras no mienten: la demanda ya va (inesperadamente) cuesta abajo
Han pasado casi cuatro décadas desde la última vez que la distribución de microprocesadores experimentó un descenso tan brusco en dos años consecutivos. Según Dean McCarron, un analista de la consultora Mercury Research, desde 1984 la distribución de microprocesadores no caía tanto como lo ha hecho durante el segundo trimestre de 2022.
No nos engañemos. A los fabricantes de procesadores les sigue yendo bien porque este mercado desde un punto de vista global mantiene una cierta inercia favorable, pero este cambio de tendencia les preocupa. De hecho, Intel y NVIDIA han reconocido haber identificado ya con claridad un descenso de la demanda de los chips que entregan a los integradores de ordenadores personales y servidores.
Micron Technology, que es uno de los mayores fabricantes de memorias y unidades SSD, también ha confirmado que está recibiendo menos pedidos de los centros de datos, que, al parecer, representan una de sus mayores fuentes de ingresos. Y el fabricante chino de circuitos integrados SMIC prevé que sus ventas de algunos chips se desplomen como resultado de la importante contracción que está experimentando el mercado de los smartphones.
Algunos medios de comunicación no se andan con minucias a la hora de describir cómo están los ánimos en la industria de los semiconductores. Unos aseguran que el pánico está empezando a extenderse en este sector, y otros optan por moderar el tono asegurando que los fabricantes de chips están en alerta y han decidido recortar de una forma severa sus expectativas de ventas para los próximos meses.
En cualquier caso, dos de las causas que posiblemente explican el origen del bandazo que ya ha empezado a dar esta industria son la incertidumbre en el ámbito económico desencadenada por la delicada coyuntura geoestratégica actual, y, por otro lado, la contracción cíclica del mercado que suele suceder a un periodo de crecimiento muy marcado. Dadas las circunstancias no es fácil prever qué sucederá durante los próximos meses, pero podemos estar seguros de que en este contexto no van a ser apacibles.
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