'The Witcher' en libros, videojuegos y televisión: tres visiones para un solo Geralt de Rivia

Ni siquiera una saga de libros tan cargados de acción y movimiento como los que componen la saga de 'The Witcher' puede ser adaptada permaneciendo rigurosamente fiel a la letra. Es imposible, como imposible ha sido adaptar literalmente la épica de 'Juego de Tronos', por volver a poner sobre la mesa la comparación de siempre (por última vez, de verdad, que la nueva serie de Netflix se ha ganado ser valorada por sus propios méritos).

Con 'The Witcher', además, tenemos otro elemento en discordia: los videojuegos de CD Projekt Red, que adaptaron los libros de Andrzej Sapkowski antes que la serie de Netflix, en una espléndida trilogía que dio a conocer a Geralt de Rivia a nivel internacional y más allá de los círculos de lectores de novelas de fantasía. Entre los tres Geralt (y alguno extra que también comentaremos) se ha dado forma a un personaje esencial para entender el estado actual de la ficción fantástica, y los tres tienen más rasgos que los unen que los que los distinguen.

Vamos a revisar cómo se ha retratado al Lobo Blanco en libros, videojuegos y la serie de Netflix. ¿En qué se parecen y en qué se diferencian? ¿Hay tres Geralt de Rivia distintos o uno solo visto desde diferentes perspectivas? Así es como ha cambiado 'The Witcher' en sus distintas encarnaciones.

'The Witcher': La saga literaria

'The Witcher' (o 'Wiedźmin', como se las conoce en polaco, idioma en el que fueron escritas originariamente) es una saga de novelas y abundantes relatos cortos escrita por Andrzej Sapkowski. Comenzaron de forma muy modesta, con un relato llamado así, 'The Witcher', publicado en la revista especializada 'Fantastyka' en 1986. Unos años después, en 1990, cuatro relatos se editaban en una antología independiente bajo el mismo nombre, todos acerca del personaje (uno de ellos rastreando sus orígenes antes de que naciera).

En 1992 y 1993 llegarían las recopilaciones de relatos 'La espada del destino' y 'El último deseo', que muchos lectores consideran la mejor puerta de entrada en el mundo de Geralt de Rivia. En la segunda mitad de los noventa, vería la luz una pentalogía de novelas que componen la saga principal de 'The Witcher', y que cuenta la historia de la relación entre Geralt y Ciri, la joven heredera del tono de Cintria con poderes sobrehumanos: 'La sangre de los elfos', 'Tiempo de odio', 'Bautismo de fuego', 'La torre de la golondrina' y 'La dama del lago'.

Bastantes años después, en 2013 (cómo les gusta a los autores del género tomárselo con calma), leeríamos 'Estación de tormentas', novela autoconclusiva situada temporalmente entre los primeros relatos.

Los libros fueron traducidos al inglés, con su consiguiente impacto internacional, a partir de 2007, al mismo tiempo que el videojuego de CD Projekt Red se convertía en superventas. Las traducciones al español habían llegado algo antes, a principios de esa década.

Geralt de Rivia (que no es de Rivia, aunque puede imitar el acento: el topónimo es para infundir confianza) fue entregado siendo un bebé a una hermandad de brujos. Como es habitual, estos le hicieron pasar por enormes tribulaciones durante la Prueba de las Hierbas, donde ganó poderes sobrehumanos, y cambiaron la pigmentación de su piel y su cabello. Su personalidad es fría y cínica, pero obedece a un rígido código ético en un mundo que ofrece constantes desafíos morales, lo que ha hecho que algunos críticos comparen la actitud del personaje con personajes de novela negra como Philip Marlowe, la inmortal creación detectivesca de Raymond Chandler.

A lo largo de los libros, Sapkowski presenta a un héroe leal y absolutamente fiel a sus amigos, y de un peculiar sentido del humor que arranca de su fachada aparentemente fría. Como es normal, en los libros su personalidad está más matizada y encontramos a un Geralt más melancólico y susceptible, que además cae bastante a menudo en la autocompasión (repite sin parar la frase "solo soy un brujo tonto y simple", en unas ocasiones con más ironía que otras). A menudo tendrá que tomar terribles decisiones, optando por la vía "menos mala", lo que sin duda ensombrecerá su carácter.

Es quizás en el aspecto donde más diferencias con respecto a visiones posteriores del héroe se presentan: frente a los Geralt más imponentes, casi gigantescos de videojuego y serie, el protagonista de los libros es descrito como delgado y fibroso, y a veces se comenta que es raro que alguien con un físico así sea capaz de masacrar monstruos con facilidad. Es por eso que en los libros recibe unas palizas de impresión, que a menudo lo dejan al borde de la muerte, y que hacen que, en su versión literaria, ande con mucho cuidado con quien se mete. Obviamente, por definición, en un videojuego y una serie de acción como las que protagonizó más tarde, eso no sucede.

'The Witcher': Los videojuegos

Los videojuegos de 'The Witcher' no son exactamente una adaptación, sino secuelas de los libros. CD Projekt Red se encontró con un callejón sin salida argumental con la conclusión de la saga literaria. Para solucionarlo, por así decirlo, reinició mandando al brujo a la fortaleza de Kaer Morhen, donde se había ganado sus poderes siendo un niño. Una conveniente amnesia propicia el argumento progresivo típico de los videojuegos, pero el Geralt que nos encontramos aquí es distinto al original, precisamente por el género del juego, un RPG de acción.

Aquí tenemos a un Geralt más dispuesto a la acción, y cuyos poderes, como es lógico, van creciendo según se progresa. También se trabaja el guión para que el personaje resulte más empático y que los jugadores deseen controlarlo durante todas las horas que dura el juego. Y está en manos del jugador, a través de las decisiones que se van tomando, que Geralt permanezca siendo el brujo antipático y gruñón de los libros o alguien más proclive a ayudar al prójimo con comentarios simpáticos. Todas las opciones se ponen sobre la mesa, y el personaje se desvirtúa parcialmente.

Nada de eso importa demasiado porque los son juegos extraordinarios, y el mejor de ellos, 'The Witcher 3', deja bien claro que este Geralt es distinto al literario. En este lanzamiento de 2015, la Cacería Salvaje anda tras la pista de Ciri para aprovecharse de sus poderes, y Geralt y Yennefer tienen que recuperar a la que es, a todos los efectos, su hija adoptiva. Su misión está clara y las relaciones entre los personajes, aunque sigue siendo una aventura tenebrosa y violenta, carecen de los claroscuros morales de las novelas.

Geralt es aquí un brujo experto, como lo es en los libros, pero sus poderes salen a flote de formas más espectaculares: Geralt controla voluntades ajenas, lanza proyectiles de energía a grupos abundantes de enemigos y usa la capacidad de generar fuego como un arma, que en los libros se restringe a una utilidad para proporcionar luz y calor. Como sucede en todo RPG, las habilidades de Geralt tienen que ser cada vez más potentes y vistosas para enfrentarse a enemigos más poderosos, y eso es algo que no sucede en los libros.

Y no solo se trata de las habilidades relativas al combate. En los juegos, la narrativa de progresión permite al jugador vender y comprar equipo y con ello ganar dinero, llegando a extremos de cierto desahogo económico para generar inventario y demás. El Geralt de los libros es poco más que un vagabundo (las menciones a su olor corporal y a la necesidad de que se cambie de ropa abundan), y va siempre con lo puesto: pantalones, jubón, espada y poco más.

Físicamente, Geralt se gana una barba ocasional y deja de tener el aspecto enfermizo y en ocasiones monstruoso de los libros. Porta dos espadas en vez de una y su voz adquiere el tono grave e imponente que le distancia también de su precedente, y que conservará (casi hasta la autoparodia) Henry Cavill. Además, tiene los ojos dorados, algo que también permanecerá en la serie, en oposición a los ojos oscuros del Geralt literario. De hecho, en los juegos, las reacciones de quienes le rodean (los niños se asustan, los gatos le bufan) es similar al temor que a veces inspira en los libros, pero su aspecto no es ni remotamente tan amenazante, y las cicatrices son más un toque de aventurero que una señal de deformidad.    

'The Witcher': La serie de Netflix

La versión de Henry Cavill es un poco un término medio entre las dos anteriores: físicamente hereda (incluso exagera) elementos del videojuego que fueron construidos por su naturaleza de aventura RPG. Su corpulencia extrema, su voz profunda, sus ojos dorados y la pérdida de esos elementos casi desagradables que caracterizaron al original, como es la abundancia de cicatrices y marcas de batallas. En la serie de Netflix las conserva, pero de nuevo son un elemento que llega a ser hasta atractivo, como demuestra que, en la cama, una de sus amantes las acaricia con curiosidad, muy lejos de sentir repugnancia.

Pero por otra parte, las historias que cuenta la serie de Netflix son las de los libros, no son otra secuela como los videojuegos. Parten en su mayoría de lo narrado en 'El último deseo', ya que se centran casi todas en los orígenes de Yennefer y Ciri, antes de que se cimente su relación con Geralt, conformando una especie de preámbulo de lo que luego será la saga literaria principal.

En cuanto a la actitud y comportamiento, paradójicamente se ha seguido el camino inverso a los videojuegos: el Geralt de Henry Cavill es menos dicharachero que el de los videojuegos y las novelas, hasta el punto de que a veces su vía de expresión son meros gruñidos, pero no es tan tan antipático y oscuro como el original. De hecho, en el primer libro, Geralt mantiene largas conversaciones con quienes le rodean, y una de las partes del libro es un extenso monólogo.

En una entrevista con la web RadioTimes, la showrunner de la serie, Lauren Schmidt Hissrich reconoció que "es muy difícil porque tienes ocho libros y tres mil y pico páginas de material. (...) Tratamos de mantenermos fieles al material de partida. Dicho eso, para que éste nos funcione tenemos que ir añadiendo cosas de forma ocasional". Es lo que hace que en para este nuevo enfoque se hayan inventado cuestiones como los orígenes de Yennefer o la singular estructura con saltos en el tiempo de la narración.

The Witcher: Otras versiones

Unas últimas palabras para otro par de versiones de Geralt de Rivia. Las menos interesantes son las que se han visto en los comics, que han tenido dos encarnaciones: por un lado una serie polaca de novelas gráficas publicada entre 1993 y 1995 en plena fiebre en aquel país por los relatos e inspirada en varios de éstos, y también una basada en una historia no publicada del propio Parowski.

Con la llegada de los videojuegos de CD Project Red aparecieron algunas miniseries más en Polonia ya abiertamente inspirados en los juegos y que continuaban en el argumento de 'The Witcher 2'.

En 2015, la editorial independiente Dark Horse continuó la saga basada en los videojuegos, adaptando relatos, la novela 'Estación de tormentas', y también continuando donde acabó uno de los finales de 'The Witcher 3'. En general, ninguno ha dado en el clavo de retratar a un Geralt nuevo, y son respetuosos con el Geralt menos original: físico fornido como el de los juegos, actitud heroica y pocos detalles oscuros.

En cuanto a las extrañas película y serie polaca de principios de siglo, el propio Sapkowski las despachó en 2003 diciendo que "para responder a esta pregunta, solo tengo una palabra, y esa palabra es indecente, aunque breve...". No es para menos: la película de 2001 es un desastre que intenta versionear distintos momentos de la serie de libros en una trama llena de altibajos de ritmo y con un reparto poco apropiado: Geralt está interpretado por Michał Żebrowski, físicamente un término medio entre el brujo de los libros, delgado y agresivo, y el aventurero al uso de los videojuegos.

La serie que continuó la película en 2003 fue mejor recibida: las tramas, de nuevo inspiradas directamente en los libros, tenían más espacio para desarrollarse, y algunos personajes como Ciri o Yennefer eran más fieles a lo que se había descrito previamente (Ciri, por ejemplo, es una niña, no una adolescente, como en la serie de Netflix). Aún así, es una aventura familiar que carece del componente oscuro, violento y peligroso de la obra de Sapkowski, y no es de extrañar que apenas sea conocida fuera de Polonia.

Este ha sido nuestro repaso por los Geralt de Rivia que en el mundo han sido. Como ves, todos son relativamente fieles a un concepto común de antihéroe muy marcado por el género literario de la dark fantasy al que pertenecen las novelas originales. Y la versión de Henry Cavill, que posiblemente acabará convirtiéndose en la más popular de todas, es buena muestra de que siempre se pueden encontrar matices distintos para una creación aparentemente inamovible. Larga vida a los witchers.

The Witcher: ¿en qué orden cronológico hay que leer los libros?

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