Es un tópico que se viene repitiendo desde hace décadas entre la cinefilia: Francis Ford Coppola es un gafe. O, como mínimo, un director que atrae a sus rodajes los nubarrones de tormenta. Conflictivo, temperamental, derrochador... una pesadilla para los productores por su megalomaniaca ambición, que arroja a menudo resultados artísticos impecables, pero que dejan tras de sí un rastro de actores y técnicos traumatizados.
De acuerdo, es el director de la respetadísima trilogía de 'El Padrino', pero también de 'Corazonada', recordada como uno de los mayores desastres financieros de la historia del cine, o de 'Cotton Club', otro fracaso de taquilla con rodaje conflictivo y que necesitó la colaboración de una inacabable lista de productores para ser financiada. El rodaje de 'Apocalypse Now' es célebre porque fue milagroso que se saldara sin bajas, y hay documentales que relatan un proceso creativo que fue un Vietnam por sí mismo. Y 'Drácula de Bram Stoker' acabó siendo un éxito de taquilla, pero durante el rodaje se temió un fracaso absolutamente apocalíptico debido a su desmedida ambición. Su productora, Zoetrope, se ha declarado en quiebra tres veces.
Todo ello parece haber quedado en el olvido, porque Coppola ha encontrado financiación para un nuevo y temible (económicamente, se entiende) proyecto. Se trata de 'Megalópolis', una idea no precisamente nueva: Coppola lleva intentando ponerla en pie nada menos que cuarenta años. Se trata de un proyecto personal que el director tenía en los años ochenta, pero que se vio obligado a aplazar. Películas como 'Jack', 'Legítima defensa' y la propia 'Drácula' eran encargos que fue aceptando como forma de recaudar fondos para poner en pie su proyecto.
A principios de este siglo, todo parecía indicar que Coppola podría iniciar el rodaje. Actores como Russell Crowe, Leonardo DiCaprio, Paul Newman o Nicolas Cage estaban a bordo, y el director llegó a rodar una treintena de horas de metraje de segunda unidad para usar en el film, pero entonces tuvieron lugar los atentados del 11-S. El proyecto volvió a dormir el sueño de los justos.
Finalmente, y ya con 83 años, Coppola decidió en 2019 reactivar el proyecto, poniendo íntegramente de su bolsillo el presupuesto necesario: 120 millones de dólares que ha sufragado, en parte, vendiendo parte de su negocio vinícola situado en el norte de California. El motivo de este presupuesto está en el uso de tecnología punta como la LED Volume que hemos visto en 'The Mandalorian' y que nos habría dado imágenes espectaculares de la ciudad futura del título sin necesidad de construir decorados.
¿Y qué sabemos del argumento?
Poco: 'Megalópolis' cuenta la historia de un ambicioso arquitecto que quiere rediseñar Nueva York para modernizarla tras un desastre que la ha destruido (de ese detalle del argumento vino el tener que paralizarla tras los atentados del 11-S). A él se opondrá un alcalde de gran poder, aunque la hija de éste, con la que el arquitecto mantiene una apasionada relación, le ayudará a que el proyecto salga adelante.
Y ya hay un reparto lleno de nombres de primera fila para la película: Adam Driver, Forest Whitaker, Nathalie Emmanuel, Jon Voight, Laurence Fishburne, Aubrey Plaza, Jason Schwartzman, Shia LaBeouf, Talia Shire y Dustin Hoffman son algunos de los intérpretes de esta epopeya de ciencia ficción que se han desplazado a Atlanta para el rodaje. Pero claro, como no podía ser de otra forma con Francios Ford Coppola al frente, hay problemas.
Vuelven los problemas
The Hollywood Reporter informó recientemente, a través de múltiples fuentes, de un auténtico caos en el rodaje que ha llevado a que salgan escopetados de la producción el diseñador de producción (Beth Mickle) y el supervisor de arte (David Scott). Y son solo la punta del iceberg: en diciembre fue despedido al completo el equipo de efectos especiales que comandaba Mark Russell, veterano técnico con créditos en su haber como 'Minority Report', 'Destino oculto' o 'El lobo de Wall Street' (lo que recuerda a una experiencia similar, hace tres décadas, en 'Drácula de Bram Stoker', donde Coppola despidió también a su equipo de efectos).
Al parecer, todos estos abandonos y despidos han provocado que el presupuesto se dispare y que la producción se paralice, y fuentes del medio hablan de que no está claro cuándo el rodaje retomará la normalidad. De momento, al parecer, se habría renunciado al costoso LED Volume y se ha reorientado la producción a unos efectos especiales más tradicionales, como el croma de toda la vida.
La réplica de Coppola no se ha hecho esperar: en una entrevista para Deadline asegura que "adoro a mi reparto, adoro lo que estoy viendo cada día, estoy dentro de los plazos del rodaje y del presupuesto: eso es lo que me importa". Adam Driver le secunda: "el ambiente creado por Francis es de concentración e inspiración. Por ahora, estamos cumpliendo el calendario, y honestamente, ha sido una de las mejores experiencias de rodaje que he tenido". Puede que sea mero control de daños o puede que sea cierto, pero una cosa es segura: si seguimos la tradición de Coppola, seguir todo este culebrón puede llegar a ser más divertido que la propia película.
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